Capítulo 502
Rosa, muy atenta, le colocó una albóndiga de camarón en el plato, pero Luciana la miró extrañada.

—No la quiero.

Rosa se quedó fría. Esa no era la Luciana de siempre. Se inclinó hacia ella, preocupada:

—Luciana… ¿estás segura de que no te emborrachaste?

—¿Eh? —Luciana giró la cabeza con la mirada algo perdida—. No, estoy perfectamente bien.

Claramente no lo estaba.

Rosa tragó saliva y se inclinó hacia ella, preocupada.

—¿Te sientes mal en alguna otra forma?

—No —respondió Luciana, soltando una risita.

—¿Y… tu vientre? —Rosa dirigió la mirada a su abdomen. Dentro de él crecía el futuro heredero de la familia Guzmán; cualquier detalle era importante.

—¿No te duele el estómago?

—¿El estómago?

Luciana posó ambas manos sobre su vientre, acariciándolo con cuidado.

—Ah, es mi bebé…

Rosa intercambió una mirada de alarma con Jhonny. ¿Qué podían hacer?

De repente, un murmullo se propagó por la mesa. La gente se levantó y volteó hacia la puerta.

—¡Señor Guzmán!

—Señor Guzmán, buenas noches.

Delio
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