Estas palabras ni siquiera entraron en los oídos de Mateo. No tenía interés alguno en escuchar la sarta de tonterías de Regina, solo tenía un punto claro: —No puedes reemplazar a Lucía, ¡ni te atrevas a tener ideas extravagantes conmigo queda claro!—Agradezco su instrucción, señor Rodríguez. Llamaré enseguida al restaurante para que traigan una nueva comida —respondió Regina preocupada, sin atreverse a levantar la mirada hacia Mateo.Mateo habló firmemente: —¡No es necesario!Dicho esto, Mateo se levantó, dejando a Regina atrás.Incluso después de que Mateo abandonara la oficina, Regina seguía aún temblando. Mateo pensaba que ella se estaba extralimitando en sus labores al querer tomar el lugar de Lucía, pero Lucía la había contratado precisamente para reemplazarla en todo.Con esta tendencia de Mateo, en cualquier momento podría despedirla.Ella trabajaba para el Grupo Rodríguez. Si Mateo la despedía, ¿qué empresa la contrataría después de ver su historial laboral?¡Además!¡Se enfre
Ana resopló con desdén:—Si ella vuelve a venir, definitivamente esta vez no la dejaré irse tan fácilmente. La bondad se presta al abuso, nosotros no hemos hecho nada malo, ¿por qué deberíamos temerle?A Lucía se le humedecieron los ojos.Sus padres actuaban así, después de todo, por ella.Lucía le respondió con voz ronca:—No quiero que ustedes tengan problemas con nadie. Lo de Carolina lo resolveré yo misma.Carolina ya la detestaba desde antes.Ahora que Mateo se negaba a divorciarse, quizás Carolina podría convertirse en un punto de avance.Preparó una comida para sus padres antes de marcharse.Inesperadamente, cuando estaba a punto de tomar un taxi en la entrada del vecindario, vio un lujoso auto negro estacionado al otro lado de la calle. La ventanilla descendió, revelando claramente el apuesto rostro de Mateo.Tenía un brazo apoyado en la ventana, con un cigarro a medio consumir entre sus largos dedos.Lucía dudó un momento, pero finalmente se acercó.El movimiento de abrir la p
Lucía, a su lado, se sorprendió al escuchar la palabra "envenenamiento". ¿Camila no estaba en el hospital y había sido pues envenenada? ¿Qué estaba pasando? Camila sintió que su garganta se tensaba y un escalofrío le recorrió el cuerpo; Mateo lo sabía, pero no había acudido inmediatamente a verla. Mateo había cambiado, ¡el Mateo de antes nunca habría actuado así!—Mateo, ¿crees que estoy fingiendo? —sollozó Camila—. No es así, tengo todos los informes médicos, el suplemento ya fue enviado para análisis.Al oír esto, Lucía comprendió la situación. Camila había sido envenenada por aquel suplemento que ella misma le había llevado. Carolina apreciaba tanto a Camila que había querido enviarle ese suplemento. Carolina no podía ser quien la envenenó. ¡La única posibilidad era ella!—Yo únicamente llevé ese tal suplemento al hospital siguiendo las instrucciones de mi madre —dijo Lucía con frialdad—, pero en ningún momento lo abrí. Si lo hubiera hecho, la señorita Pérez definitivamente lo habr
Mateo permaneció en silencio. No respondió, pero en su cara se veía la tensión acumulada.—Lucía, por el divorcio hasta has aprendido a hacerte la víctima. ¿No deberías mejor trabajar en la televisión como actora?Aquella voz fría y sarcástica resonó en los oídos de Lucía.—¿En tus ojos esto es hacerme la víctima? —preguntó Lucía, incrédula.Había estado a su lado tanto tiempo que, incluso sin sentimientos románticos, a través de su convivencia diaria, él debería conocer su carácter y moral. ¡Y aun así se atrevía a decir algo tan hiriente!—Piensa lo que quieras —respondió Lucía decepcionada—. Solo tenemos un matrimonio por contrato. Lo que haga en otros aspectos de mi vida es mi libertad, no tienes derecho a interferir.Entrar o no en el mundo del espectáculo era decisión suya.En cuanto a la acusación de envenenamiento de Camila, tendría que demostrar su inocencia.—Señor Rodríguez, ¿piensa usted conducir? Si no tiene intención de arrancar, me bajaré —dijo Lucía, haciendo ademán de a
—Estos juegos de poder y manipulación... ¡esto podría convertirse en el papelón de una película de drama! ¡Y seria buena!Lucía dejó de leer los comentarios en línea. Solo sabía que las pruebas ya estaban publicadas, y mientras pudiera demostrar su inocencia, no le importaba cómo se desarrollara la situación en internet.Como había estado viviendo en Vista Hermosa, también tenía algunas pertenencias allí. Recogió lo que necesitaba y dejó lo que no. No eran muchas cosas, así que terminó rápidamente.Apenas abrió la puerta, vio a Mateo parado frente a ella. Su mirada se fijó en las cosas que llevaba en la mano, y su expresión se ensombreció instantáneamente, volviéndose fría como el hielo.—En realidad, pensaba mostrarte estas pruebas a ti, pero los comentarios en línea eran demasiado agresivos y solo quería demostrar mi inocencia —dijo Lucía. Ya fuera que Camila la estuviera incriminando deliberadamente o que hubiera sido envenenada por otra persona y la culpara por error, ahora que hab
Los ojos cristalinos de Lucía estaban llenos de determinación. Esta Lucía gallarda y corajuda era muy diferente a la de antes.—El próximo miércoles iré contigo a hacer la cita en el registro civil —declaró Mateo fríamente.Lucía si que estaba decidida esta vez a que no la humillaran.Pensó un momento en el tiempo. Hoy apenas era lunes, faltaban varios días para el miércoles próximo. Un segundo podía cambiarlo todo, ¡cuánto más estos días!—¿Por qué no podemos hacer la cita hoy? No quiero que surjan más complicaciones —dijo Lucía apretando los labios.—El asunto de Camila aún no está resuelto —respondió Mateo secamente, sin querer continuar con la conversación.Su actitud mostraba que no quería verla ni un segundo más.¿Y qué significaba exactamente lo que acababa de decir? ¿Creía que ella tenía algo que ver con el envenenamiento de Camila? Ya había presentado pruebas claras, ¿acaso Mateo seguía dudando de la veracidad de su investigación?Sin embargo, que Mateo aceptara ir al registro
Alvaro dejó la taza de té sobre la mesa y murmuró:—¿De qué sirve decir todo esto? Él dijo que sabe lo que hace, así que déjalo mejor resolver esto por sí mismo.Al escucharlo, Carolina se enfureció aún más:—¿Cómo puedes ser tan indiferente? Si lo dejamos manejarlo solo y al final no consigue divorciarse, ¿qué haremos?Álvaro levantó la mirada hacia Carolina y respondió fríamente:—Si no logra divorciarse, también es su problema. ¿Por qué te preocupas tanto?—Es mi hijo, ¿cómo no me voy a preocupar? —enfatizó Carolina.Viendo su actitud, un destello de disgusto cruzó los ojos de Álvaro, quien volvió a guardar silencio.Carolina, notando su reacción, se impacientó:—¿Lo consideras siquiera tu hijo? En todos estos años nunca te has ocupado de él. ¡Da igual si estás o no en esta familia!—En todos estos años, ¿no le ha ido bien? —respondió Álvaro con su habitual frialdad, como si Mateo no fuera su hijo.—No es cercano a nosotros ni mucho menos, ¿cómo podría pues estarle yendo bien? —repl
Las palabras de Mateo cayeron sobre ella con frialdad.Lo que ella quería conservar con cariño, para Mateo era ridículo e indiferente.—Solo preguntaba —replicó Lucía con ironía—. Después de todo, un viaje gratis es un viaje gratis, sería una pena desaprovecharlo. No quiero seguir con esta conversación sin sentido. ¿Hay algo más?El significado implícito: si no hay nada más, pues entonces me voy.Mateo no respondió.Lucía no esperó más y se marchó.Lo que Mateo no esperaba era que Camila se hubiera cortado las venas.Mari lo llamó angustiada:—Señor Rodríguez, Camila dice que nunca intentó culpar a Lucía de todo. Yo misma la vi tomar el suplemento.—Estoy con ella constantemente, yo nunca le haría daño. Camila dice que no quería que su empresa fuera criticada, y que solo con su muerte puede probar su inocencia...La voz de Mari temblaba violentamente, se le notaba el miedo.—¿Cómo está ella ahora? —preguntó Mateo con expresión tensa.Mari rompió a llorar:—Camila está siendo atendida d