Capítulo 110
Semejantes palabras dejaron por supuesto a Lucía pasmada, jamás había imaginado que tales palabras saldrían de su boca.

Sus besos se intensificaron, pasando de suaves a cada vez más ardientes, cargados de posesividad masculina, dejando a Lucía en un estado de aturdimiento.

Cuando sintió el frío en su piel al momento en que Mateo le desabotonaba la blusa que usaba para dormir, esa sensación helada la hizo reaccionar instantáneamente. Al mirar hacia su vientre, su corazón se sobresaltó y empujó a Mateo con firmeza:

—¡No!

Mateo, que estaba completamente absorto, se despejó de golpe ante el empujón.

Observó la reacción exagerada de Lucía, quien con terror en los ojos se apresuró a abrocharse de nuevo la ropa, mostrando rechazo y repulsión ante su contacto.

Sus ojos, antes llenos de deseo, se enfriaron al instante. Su cara se endureció y con labios tensos, preguntó con frialdad:

—¿Te mantienes pura para Nicolás o quizás para Theo?

Su fuerte reacción, su rechazo a su contacto, solo podía sig
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