Narra Katherine.
Luego de nuestro baile, nos dirigíamos al centro del salón donde se presentaría el pastel. Los aplausos sonaron cuando algunos camareros se acercaron a la mesa con el pastel de bodas de cuatro niveles. En la parte superior había dos figuritas pequeñas, una novia y un novio.
Liam y yo cortamos el pastel y luego nos dimos de comer un trozo. La crema de chocolate se derritió en mi lengua. Este fue el último punto programado para nuestra boda. Después de eso, fuimos libres de retirarnos para consumar el matrimonio. Mi vientre se hundió con los nervios, mi esposo también parecía ansioso.
Minutos después regresamos a la mesa. Nuestras familias estaban comiendo pastel y charlando, luciendo relajados y felices
—¿Te parece si nos vamos?—me dijo Liam con un tono provocativo. La adrenalina corrió por mis venas con sus palabras. Aun así, asentí con una pequeña sonrisa. Era ridículo posponer lo inevitable. Liam se dirigió hacia nuestra famil
Narra Liam.Katherine yacía ante mí como una diosa, con las piernas separadas, lo que me permitía una hermosa vista de su bonito coño. Su clítoris estaba hinchado y rojo, desesperado por llamar la atención. Los labios de su vagina y sus nalgas brillaban con su lujuria por mí. Mierda, mi cuerpo gritó para hacerla realmente mía, para hundirme en esta hermosa mujer. En cambio, tracé la parte interna del muslo con mi dedo índice, avanzando lentamente hacía la parte exterior de los labios de su vagina. Había anhelado hacer esto durante meses. Ella apretó y su pequeña protuberancia pareció hincharse aún más. Gemí, mis ojos buscando los de ella. Katherine se sonrojó, pero no apartó la mirada.—No puedo esperar para comer tu hermoso coño—le dije excitado.Se mordió el labio, sus ojos destellaron con un hambre que se dirigió directamente a mi polla que estaba dura debajo de mí pantalón. Separé sus muslos aún más para darme un mejor acceso y una vista espléndi
Narra Katherine.Cinco meses después.Nos encontramos en la recepción de la boda de mí hermano e Isabela. Ambos lucían felices y enamorados. Estaba realmente felices por ellos.Liam y yo habíamos estado casados durante cinco meses y la gente ya preguntaba por los niños todo el tiempo. Él y yo nunca habíamos hablado realmente de niños. Sabía que tomaba la píldora y nunca me había pedido que dejará de tomarla. Supuse que ambos necesitábamos más tiempo para conocernos y disfrutar de nuestro matrimonio. Él me preguntó que deseaba hacer ahora en adelante, la costumbre o tradición era que las mujeres fueran solamente esposas, la mayoría en Jefferson solo se dedicaban a ser madres y constantemente se involucraban en fundaciones sociales. Muy pocas iban a la universidad, yo no quería seguir esa tradición, quería superarme primero, así que le dije a Liam que ingresaría a la universidad a estudiar Negocios Internacionales, él por supuesto me apoyo, me dijo&
Narra Katherine.Entramos y nos encerramos. Cogí su cremallera, pero él me detuvo y empujó mi espalda contra el lavabo.—Levántate la falda del vestido—me pidió. Agarré el dobladillo de mi vestido de cóctel y lo subí hasta que mis bragas. Se veía una mancha húmeda en la tela roja oscura de mi tanga—.Estas jodidamente mojada— gruñó Liam. Sacó el control remoto y bajó la vibración, luego se hundió en el inodoro cerrado y bajó mis bragas. En el silencio del baño el suave zumbido del vibrador era inconfundible—.Tu clítoris está pidiendo atención— murmuró. Se acercó, agarró mis caderas. Se puso de pie y me besó sensualmente hasta que se me curvaron los dedos de los pies. Él se apartó y metió un dedo en mi boca—.Chupa—me ordenó. Lo hice. El deseo torció sus facciones. Este lado oscuro y dominante de Liam me excitaba. Cerré mis labios firmemente alrededor de su pulgar y chupé con fuerza. Él soltó un fuerte suspiro, sus labios se abrieron mientras me miraba. Era extrañ
Narra Liam.La sensación de mi polla dentro del culo de Katherine y la vibración distante del juguete en su coño hicieron que mi placer se disparara. Se necesitó cada gramo de autocontrol para no salir de inmediato, especialmente al ver el rostro de ella en el espejo. Sus labios estaban rojos por chuparme y su cara estaba sonrojada. Con cada empuje de mi polla, se balanceaba hacia adelante, sus dedos se clavaban en el mostrador de mármol. Tenía los labios entreabiertos y cada gemido era una dulce melodía en mis oídos. Acaricié su garganta, luego eché su cabeza hacia atrás para darle otro beso profundo, deteniéndome un momento para saborear realmente el momento de estar enterrada completamente dentro de ella. El zumbido del vibrador se mezcló con nuestro jadeo. Las pestañas de Katherine se agitaron antes de que sus ojos se abrieran, mirándome directamente. Se arqueó
Narra Katherine.Cuatro años después.Siempre quise tener hijos, y no solo porque necesitaba seguir las tradiciones, ni tampoco porque Liam necesitará un heredero, sino porque deseaba formar una familia con él. Durante estos años jamás me presionó para tenerlo, siempre me dejó decidir sobre mí vida y mí cuerpo. Había terminado mí carrera universitaria hace unos meses atrás y estaba trabajando junto con él en algunos proyectos, me sentía realizada profesionalmente, pero estaba lista ahora para el siguiente paso.Vi a mí esposo mientras me quitaba los aretes, habíamos ido a cenar a unos de los nuevos restaurantes que habíamos inaugurado recientemente.—He estado pensando en no tomar más la píldora—le informe.Él me vio directamente a los ojos Sorprendido, se acercó a mí está quedar a pocos centímetros.—¿Te sientes lista?—me preguntó.Sonreí ante su pregunta.—Hemos experimentado mucho en los últimos cuatro años y me a
Narra Liam.Katherine me esperaba en el sala cuando llegué a casa, luciendo a punto de estallar. Antes de que pudiera preguntarle qué pasaba, me mostró una prueba de embarazo, en su rostro se dibujó una gran sonrisa.—Estás..—¡Embarazada!—respondió, corrió hacia mí y se arrojó a mis brazos. Nos había llevado casi tres meses y había empezado a preocuparme, así que ahora se me quitó un peso de encima. Nos convertiríamos en una familia. No podía esperar más.Me arrojó una imagen de ultrasonido. Eché un vistazo a la imagen en blanco y negro, pero no tenía ni idea de qué buscar. Había una gran forma redonda con dos formas más pequeñas.—Entonces, ¿Todo está bien?—le pregunté algo preocupado.—Todo esta estupendo—respond
Narra Katherine.Liam llevaba a ambos niños en sus brazos mientras yo sujetaba a Rocky nuestro perro labrador por la correa. Mis hijos querían a su padre como locos y siempre querían que él los abrazara cuando estaba en casa. Tenía que trabajar mucho, por lo que era natural que buscaran su cercanía cada vez que tenían la oportunidad, y él trataba de hacer tiempo para ellos con la mayor frecuencia posible. Nombramos a nuestros hijos: Alec y Ethan. Nuestros pequeños tenían tres años de edad.Ambos me dieron una gran sonrisa desde el brazo de su padre. Eran la viva imagen de Liam. Mí Madre abrió la puerta antes de que pudiéramos tocar el timbre, sonriéndonos. Como de costumbre, estaba estilizada a la perfección con un elegante peinado, una falda de tubo de lana y una blusa de seda fluida. Al menos no llevaba pendientes largos ni collares delgados. A pesar de su estilo perfecto, me dio un fuerte abrazo antes de arrancar a Alec del abrazo de Liam
Narra Liam.Tomé la carpeta observando cada nombre de la Lista Dorada: se llamaba así porque en la sociedad de Jefferson existía una tradición de matrimonios arreglados que se remontaba desde muchos años atrás, tradición que todos querían conservar para su conveniencia financiera. Ahora yo tenía que elegir una de las mujeres que aparecía en dicho listado para que fuera mí esposa. Parecía como si estuviera en un restaurante pensando que plato escoger, esto era absurdo, pero todo en está ciudad se manejaba de está manera, las apariencias, honor, la estabilidad, matrimonio e hijos eran lo más importante. Crecí en este lugar y ahora no podía darme el lujo de seguir siendo señalando como el hombre que su prometida lo había dejado unos días antes de la boda para estar con otro hombre. Mí posición no me permitía estar en la boca de todos por una situación tan desagradable. Pero no todo era malo, era el CEO más deseado y ahora que estaba soltero de nuevo estaba e