Capítulo 662
Dicho y hecho: pinchó una albóndiga para colocarla en su plato.

—Ah… —Alejandro, sin embargo, se inclinó un poco hacia ella y abrió la boca, como si esperara que se la llevara directamente a los labios.

Luciana se quedó petrificada. Quería caerle bien para poder pedirle un favor, pero… ¿darle de comer en la boca?

—¿Qué esperas? —insistió él con fingida impaciencia—. Se me está cansando la mandíbula de tenerla abierta. ¿No quieres que la coma?

—Ehm… vale. —Con el corazón acelerado, Luciana llevó la albóndiga a su boca.

—Mmm. —Alejandro cerró los ojos, complacido, y una sonrisa curvó sus labios—. Deliciosa.

Mientras tanto, Luciana forzó una risa cortante. Llevaba todo el rato pensando cómo mencionar lo de Marc, pero no encontraba las palabras. Y la cena avanzaba. Cuando casi habían terminado, Alejandro colocó el cuchillo y el tenedor a un lado.

—Ya estoy satisfecho…

¿Se iba ya? ¡Aún no había podido plantearle lo de Marc!

—¿Te apetece un poco de caldo? —soltó de inmediato, tomando su plat
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