Capítulo 22Úrsula compra un conjunto de lencería para Aurora. La joven loba se siente incómoda con la prenda, pero Úrsula insiste en que debe usarla. —Te ves hermosa. Así es como debes lucir frente al Alfa —dice Úrsula, colocándola frente al espejo. —No quiero. El Alfa Bruno es un buen lobo, pero no me atrae de esa manera. Creo que solo puedo sentir respeto por él —responde Aurora con un suspiro. Aurora lucha contra la presión. Sueña con que su primera vez sea por amor, incluso si ha sido entregada al Alfa Bruno. Úrsula la agarra con fuerza de los brazos y le da una bofetada, mirándola furiosa. —¿Qué piensas, tonta? Tu deber es obedecer. Te he criado y sé lo que te conviene. Aurora abre los ojos, asustada. —Lo sé, pero entiéndelo. No quiero acostarme con él. Además, él ama a Ariadna; no creo que él tampoco lo desee. Úrsula rueda los ojos con exasperación, haciendo sentir a Aurora como una ignorante. —Eres una loba bella. Debes seducirlo. Yo me encargaré del resto. T
Capítulo 23Bruno despierta con una terrible jaqueca, pero la culpa pesa aún más al ver a Aurora, indefensa, acostada a su lado. —¿Qué pasó entre nosotros, Aurora? —le pregunta mientras la sacude suavemente para despertarla.Aurora abre los ojos, llorosos y llenos de angustia. Se siente incapaz de mentir. —Alfa... yo... Bruno golpea la cama con frustración. —¡Habla! No recuerdo nada. ¿Cómo terminaste en mi cama? La puerta de la habitación se abre de golpe. Úrsula entra acompañada de Leticia, aprovechando el momento para tener un testigo, con la excusa de llevar el desayuno. —Felicidades —dice Úrsula con una sonrisa falsa —Quisimos traerles su primer desayuno como pareja oficial de la manada White Moon. Leticia, que dudaba de lo que Úrsula había insinuado temprano en la cocina, se queda helada al confirmar la escena. —¡Cállense! —interrumpe Bruno desesperado —No recuerdo nada. Estaba ebrio, no sé qué sucedió aquí. ¡Habla, Aurora! —insiste, clavando sus ojos en los de ell
Capítulo 24Nicolás sonríe al ver llegar a Ariadna. Los ojos de la loba están teñidos de un negro profundo; el hechizo de marcaje la obliga a obedecer cada orden. —Sabía que vendrías. Hoy serás completamente mía, y nadie podrá destruir nuestra ilusión —declara con arrogancia. El lobo se inclina hacia la marca en su cuello, la lame con satisfacción, sabiendo que gracias a ella, Ariadna está bajo su control. Los ojos de Ariadna se llenan de lágrimas. Su conciencia grita que no desea esto, pero su cuerpo, sometido a la voluntad de Nicolás, no responde. Nicolás la toma del brazo y la empuja al césped. Su obsesión lo consume; siempre soñó con poseerla y ser el dueño de su virtud. Comienza a despojarla de su vestido mientras sus manos recorren su cuerpo con desesperación. —Dime cuánto te gusta —le ordena, su voz cargada de dominio —Dime cuánto me deseas. —Se... se siente bien —murmura Ariadna, su voz apenas un susurro, mientras lucha contra el control que la encadena. El lobo,
Capítulo 25—¡¿Engañaste a Ariadna?! Sé que, como Alfa, puedes tomar a tu Luna, pero mi hija sufrirá por esto —exclama Henry, golpeando la mesa con fuerza. —¡Fue un error! No puedo explicarlo ni tengo que hacerlo, pero jamás quise lastimarla —responde Bruno, agachando la cabeza. La culpa aún pesa sobre él como una losa. —¡Eres un lobo sin moral! Mi hija te ha demostrado su amor de mil maneras —grita Henry, fuera de sí. —Usted no es el más indicado para juzgarme, y lo sabe muy bien —gruñe Bruno, con la mirada fija y desafiante. Henry suspira, consciente de que no debe perder el control. Tras un momento de reflexión, le ofrece una disculpa. Bruno, al verla, relaja su postura. —¿Qué vas a hacer? Teodoro quiere que reconozcas ante la manada que Aurora fue tuya —dice Henry, recuperando la calma. Henry siempre se ha encargado de los asuntos legales de la manada y de las negociaciones con otros Alfas. Su experiencia en estos temas es legendaria en White Moon. Por eso recibe esta
Capítulo 26David se acerca, nervioso. Suplica a Leticia que lo deje explicar lo que está ocurriendo. —Nos amamos. Vamos a aclararle nuestra situación a Bruno. Leticia toma sus manos y los mira con ternura. —No pueden vivir escondidos. El amor no se puede ocultar. Estoy segura de que Bruno lo entenderá. Aurora la interrumpe con una súplica. Necesita tiempo antes de revelar la verdad. —Por favor, mantén este secreto. Pienso confesarle a Bruno después de su fiesta de cumpleaños. Si los ancianos se enteran antes de que solicite mi libertad como Luna, le amargarán el día. Leticia asiente con seriedad, dándoles la fiesta como plazo límite. Mientras tanto, Ariadna decide visitar a su amiga Luciana, quien vive oculta en el viejo establo de su padre. Al llegar, la encuentra desaliñada, pero viva. Luciana, al verla, la abraza con fuerza. —He sobrevivido robando comida de la cocina —admite, avergonzada —Pero ya no puedo más. Ariadna la mira con decisión. —No puedes seguir vi
Capítulo 27Ariadna recuerda las palabras escritas en el diario de Margarita mientras observa a Bruno, quien desespera al no entender por qué sus poderes han dejado de funcionar. Él carga a Luciana en sus brazos y la lleva a casa, mientras Marcia corre en busca de un médico para atenderla.En el pasillo de la habitación, esperan noticias. Bruno intenta acercarse a Ariadna, pero ella se mantiene distante.—¿Cómo está, doctor? —pregunta el Alfa cuando el médico finalmente sale de la habitación.—Debe descansar. El golpe fue severo y pudo haber causado una lesión seria, pero con reposo es probable que se recupere —responde el médico.Ariadna le agradece y se retira, dejando atrás a Bruno, quien la sigue con aire culpable.—¿Estás enojada conmigo? Sé que fui algo intransigente, pero entiende... ella es, ante todos, la esposa de Nicolás, mi enemigo —dice Bruno mientras la toma del brazo en un intento desesperado de detenerla.Ariadna lo mira fijamente. —¿Me estás ocultando algo? Bruno
Capítulo 28Ariadna se coloca el vestido con delicadeza. Es hermoso, pero no puede evitar maquillar la cicatriz en su cuello, tratando de ocultar la marca que Nicolás dejó al reclamarla como suya.Desea olvidarla, aunque sea por un día, pero sabe que no puede borrarla ni lo que representa. Solo le queda resignarse y convivir con esa huella. Bruno entra a la habitación. Al verla, una sonrisa se dibuja en su rostro. Para él, su esposa es perfecta. —Eres el mejor regalo en este día —dice, acercándose para tomarla por la cintura y besarla con intensidad. El quiere llevarla a la cama, la belleza de Ariadna es su debilidad, Pero la loba le recuerda que los esperan.—Soy el cumpleañero, creo que puedo pedir lo que más deseo.El carga a Ariadna del trasero, ella entrelaza sus pies en la cintura del lobo, los besos son babosos, llenos de adrenalina.Cómo puede, el Alfa se baja la bragueta y hace a un lado la pantaleta de Ariadna, ella gruñe al sentir la dureza entrar en ella.El Alfa la
Capítulo 29Con las manos temblorosas, Ariadna desciende las escaleras hacia el salón. Su mirada está perdida y sus ojos llenos de lágrimas delatan el peso de su descubrimiento. Se acerca a su padre, quien conversa con un grupo de lobos, y le pide un momento a solas. Henry sonríe al principio, pero al notar el rostro devastado de su hija, la sonrisa se desdibuja. Algo en su corazón le dice que Ariadna lleva un dolor profundo. —¿Qué sucede? ¿Por qué estás así? —pregunta, tomando sus manos que no dejan de temblar. —¿Cómo murió mamá? —Ariadna toma aire, pero su voz se quiebra al mirarlo directamente a los ojos —Quiero escuchar de tu boca lo que realmente pasó. El lobo suspira pesadamente. Lucia había sido su más grande amor, pero la culpa por lo ocurrido lo persigue hasta el día de hoy. Los dos se alejan de la mirada de los presentes, escondiendose en la cocina.—Ella… —comienza, titubeando mientras intenta encontrar las palabras adecuadas. Sin embargo, algo en la mirada de s