Capítulo 30Henry se acerca a Marcia y le pide bailar una pieza, quiere averiguar información del diario.—Nunca pensé ver al gran lobo Blair sacar a bailar a una loba como yo —sonríe coqueta. Marcia siempre ha sido el centro de las críticas de la manada. Para todos, es una vividora que se casó con su anciano esposo por dinero, aunque pocos conocen la verdad de su historia. —Solo quería preguntarle por el diario. Mi hija me dijo que usted se lo dio —comenta Henry, sonriendo. La belleza de Marcia y su actitud envolvente lo descolocan. Al sentir sus manos, algo en su interior parece renovarse. —Estaba entre las cosas de mi esposo —responde Marcia con un tono amable—. Siempre me pareció extraño porque él nunca fue cercano al Alfa Gregorio. Sin embargo, supongo que, al ser miembro del consejo, tuvo acceso. Marcia se acerca más a Henry. A pesar de la diferencia de edad, siempre ha considerado al lobo un hombre caballeroso y atractivo. —Sé que mis preguntas pueden parecerle extrañ
Capítulo 31La manada está en caos. Todos corren de un lado a otro mientras Henry y otros lobos cargan al Alfa Bruno hacia su habitación para atenderlo.—¡Necesitamos sangre! —grita uno de los lobos. Teodoro, malherido pero consciente de su deber, decide donar sangre. Sabe que la sangre entre Alfas ayuda a acelerar el proceso de curación. En la cocina, Marcia busca toallas con urgencia y se encuentra con Leticia en el suelo. Su grito de ayuda resuena en toda la casa. La tragedia parece haberse apoderado de la manada White Moon. Mientras tanto, Úrsula entra en la habitación de Aurora. La joven loba está sentada en la cama, llorando desconsolada tras enterarse de la noticia de su embarazo, que para ella solo significa el resultado de lo que percibe como una traición del lobo que ama. —¿Qué sucede afuera? —pregunta Aurora entre sollozos, intentando contener las lágrimas. —No te preocupes, mi corazón. Lamentablemente, Ariadna fue secuestrada, y Bruno está herido. Ahora debes c
Capítulo 32Ariadna intenta tomar el cuchillo de la mesa. Suspira nerviosa, pero su cuerpo no responde; se siente débil, como si estuviera hecho de gelatina. —¿Qué... qué intentas hacer? —pregunta con voz temblorosa mientras sus ojos se abren con temor. Sam toma el cuchillo con calma, lo aleja de la mano de Ariadna y sonríe antes de besarle la mejilla. —Yo te ayudaré a comer. Recordé que te gusta el pato a la naranja —dice con una sonrisa mientras intenta acercarle un bocado a la boca. —¡¿Estás loco?! Yo no quiero estar aquí. ¿Qué pretendes? —Ariadna intenta alejarse, pero su cuerpo no le obedece. El lobo la mira fijamente antes de inclinarse hacia ella y besarla a la fuerza. —Tenerte —responde con firmeza. Con una copa de vino en la mano, Sam se levanta y comienza a caminar alrededor de la silla donde está Ariadna. —No soy tuya ni de nadie. ¡Déjame ir! —Ariadna siente cómo su corazón late desbocado, casi saliéndose de su pecho. —Bruno no te quiere; ya tiene una Luna
Capítulo 33Bruno detiene la mano de Aurora antes de que ella continúe caminando, la mira con ojos de compasión y niega con la cabeza—No, lo siento, pero no puedo. Ella, sonrojada, retira su mano rápidamente, agacha la mirada y tartamudea.—Alfa, perdóneme... Soy tan torpe... La loba empieza a llorar, y Bruno la abraza, sintiéndose culpable. —No quiero rechazarte, pero, por favor, entiende: Ariadna es mi mate, el amor de mi vida. Aurora se seca las lágrimas y responde con voz entrecortada: —Alfa, yo... solo quiero ayudarlo. Sé que la desaparición de Ariadna le duele profundamente. Bruno asiente y decide ser sincero con ella, compartiendo la verdad y el consejo que recibió: —No quiero que pienses que te estoy rechazando, pero cuando amas como yo a Ariadna, es difícil tener a otra loba cerca. Aurora, llena de determinación, lo abraza con fuerza, le da un alivio saber que el alfa no la tocara, pero además sabe que debe ser un apoyo para Bruno en momentos difíciles.—Soy
Capítulo 34La enfermera que le debe lealtad a Sam le informa sobre lo que ocurre, ignorando la súplica desesperada de Ariadna para que guarde silencio. La loba teme cómo reaccionará su secuestrador. —¿Es cierto que estás embarazada? —gruñe Sam furioso, mientras la toma del cuello con fuerza. —¡Es verdad! Así que ya no te sirvo. No solo estoy marcada, también llevo en mi vientre la semilla de otro lobo —responde Ariadna, manteniendo la firmeza pese a la amenaza que enfrenta. Sabe que tiene dos caminos, la muerte o el rechazo y prefiere cualquiera antes de seguir en este lugar.Sam suspira, y su expresión se torna aún más sombría. —¿Crees que me vas a ganar? —el lobo sonríe cínico —Te quedarás aquí. Nadie te encontrará, y ese bebé tiene solo dos caminos. Ariadna, alarmada, toma la mano de Sam. La amenaza que percibe en sus palabras podría arrebatarle lo único que le da fuerzas para seguir luchando. —¿Qué vas a hacerle a mi bebé? ¡Es mi cachorro! No puedes decidir sobre él.
Capítulo 35El rostro de Aurora se vuelve pálido. Úrsula gruñe al notar que Leticia tiene información comprometedora sobre las aventuras de Aurora con David. —¿Qué dices, nana? —gruñe Bruno, clavando una mirada inquisitiva en Aurora, quien no puede ocultar su nerviosismo. —Recuerda que tu nana está algo enferma —interviene Úrsula, intentando salvar la situación. Pero Bruno la interrumpe—¡Cállate! ¿Con quién viste a Aurora? Leticia abre los ojos, su mente se pierde entre recuerdos confusos. Finalmente, señala con voz temblorosa: —Tú… eras tú, Alfa. Bruno suspira, frustrado. Ordena a una de las sirvientas que lleve a Leticia a descansar. Aurora, temblando y al borde del llanto, decide retirarse de la mesa.—¿Estás bien, Aurora? —pregunta Bruno, preocupado, pero ella lo ignora, avanzando con pasos rápidos hacia su habitación.—¡Por supuesto que no! —interviene Úrsula con voz acusadora —Mi sobrina se sintió ofendida. No por las palabras de su nana, que entendemos está delicada de
Capítulo 36La voz de Nadia se quiebra, arrastrada por la desesperación. La noche pasada había sido mágica, un escape fugaz de la realidad que tanto aborrece. En los últimos días, sus sentimientos hacia Francia habían crecido, y lo sucedido fue su entrega total. —Nadia, lo que siento por ti es verdad —dice Francia, intentando encontrar las palabras adecuadas —pero no está bien lo que sucede. Ella es la Mate de mi Alfa. Nadia sacude la cabeza con furia, incapaz de aceptar esas palabras. Su rabia la consume, brota como un fuego incontrolable. —¡Dime la verdad! —gruñe, con las lágrimas corriendo por su rostro — ¿¡Solo te burlaste de mí!? El escándalo atrae la atención de un guardia que, alarmado, corre a informar a Sam. El Alfa se dirige a la habitación, consciente de que su secreto podría estar en peligro. Desde afuera, Sam escucha fragmentos de la discusión. —¡Me entregué a ti por amor! —grita Nadia, con la voz rota —Yo sí pude traicionar a mi Alfa... ¿Por qué tú no puedes
Capítulo 37Francia no puede evitar que sus manos tiemblen mientras intenta disimular el miedo. Sabe que cada palabra, cada gesto, podría condenarla.Hace unas horas...Recuerda lo que sucedió antes de emprender el viaje de regreso. Sam, con una frialdad aterradora, toma a Nadia del cabello y la arrastra hacia la celda. Una daga centellea en sus manos, lista para desgarrar la garganta de la loba.—Iremos a *White Moon*, y si realmente amas a Nadia, deberás decir que todo está bien en este lugar —ordena Sam, dejando claro que ella no tiene opción.—Lo haré, pero no le haga daño. Además, tengo una condición y cumpliré sus órdenes sin cuestionarlas —Francia, con lágrimas en los ojos, se resigna.—No lo hagas, Francia, sin ti no podré vivir en este lugar. Por favor, no te sacrifiques por mí —suplica Nadia con la voz quebrada, luchando por mantener la calma.Francia niega con la cabeza, determinada. —Seré feliz solo si tú lo eres. —Suspira profundamente antes de volverse hacia Sam—. Rompe