Capítulo 33Bruno detiene la mano de Aurora antes de que ella continúe caminando, la mira con ojos de compasión y niega con la cabeza—No, lo siento, pero no puedo. Ella, sonrojada, retira su mano rápidamente, agacha la mirada y tartamudea.—Alfa, perdóneme... Soy tan torpe... La loba empieza a llorar, y Bruno la abraza, sintiéndose culpable. —No quiero rechazarte, pero, por favor, entiende: Ariadna es mi mate, el amor de mi vida. Aurora se seca las lágrimas y responde con voz entrecortada: —Alfa, yo... solo quiero ayudarlo. Sé que la desaparición de Ariadna le duele profundamente. Bruno asiente y decide ser sincero con ella, compartiendo la verdad y el consejo que recibió: —No quiero que pienses que te estoy rechazando, pero cuando amas como yo a Ariadna, es difícil tener a otra loba cerca. Aurora, llena de determinación, lo abraza con fuerza, le da un alivio saber que el alfa no la tocara, pero además sabe que debe ser un apoyo para Bruno en momentos difíciles.—Soy
Capítulo 34La enfermera que le debe lealtad a Sam le informa sobre lo que ocurre, ignorando la súplica desesperada de Ariadna para que guarde silencio. La loba teme cómo reaccionará su secuestrador. —¿Es cierto que estás embarazada? —gruñe Sam furioso, mientras la toma del cuello con fuerza. —¡Es verdad! Así que ya no te sirvo. No solo estoy marcada, también llevo en mi vientre la semilla de otro lobo —responde Ariadna, manteniendo la firmeza pese a la amenaza que enfrenta. Sabe que tiene dos caminos, la muerte o el rechazo y prefiere cualquiera antes de seguir en este lugar.Sam suspira, y su expresión se torna aún más sombría. —¿Crees que me vas a ganar? —el lobo sonríe cínico —Te quedarás aquí. Nadie te encontrará, y ese bebé tiene solo dos caminos. Ariadna, alarmada, toma la mano de Sam. La amenaza que percibe en sus palabras podría arrebatarle lo único que le da fuerzas para seguir luchando. —¿Qué vas a hacerle a mi bebé? ¡Es mi cachorro! No puedes decidir sobre él.
Capítulo 35El rostro de Aurora se vuelve pálido. Úrsula gruñe al notar que Leticia tiene información comprometedora sobre las aventuras de Aurora con David. —¿Qué dices, nana? —gruñe Bruno, clavando una mirada inquisitiva en Aurora, quien no puede ocultar su nerviosismo. —Recuerda que tu nana está algo enferma —interviene Úrsula, intentando salvar la situación. Pero Bruno la interrumpe—¡Cállate! ¿Con quién viste a Aurora? Leticia abre los ojos, su mente se pierde entre recuerdos confusos. Finalmente, señala con voz temblorosa: —Tú… eras tú, Alfa. Bruno suspira, frustrado. Ordena a una de las sirvientas que lleve a Leticia a descansar. Aurora, temblando y al borde del llanto, decide retirarse de la mesa.—¿Estás bien, Aurora? —pregunta Bruno, preocupado, pero ella lo ignora, avanzando con pasos rápidos hacia su habitación.—¡Por supuesto que no! —interviene Úrsula con voz acusadora —Mi sobrina se sintió ofendida. No por las palabras de su nana, que entendemos está delicada de
Capítulo 36La voz de Nadia se quiebra, arrastrada por la desesperación. La noche pasada había sido mágica, un escape fugaz de la realidad que tanto aborrece. En los últimos días, sus sentimientos hacia Francia habían crecido, y lo sucedido fue su entrega total. —Nadia, lo que siento por ti es verdad —dice Francia, intentando encontrar las palabras adecuadas —pero no está bien lo que sucede. Ella es la Mate de mi Alfa. Nadia sacude la cabeza con furia, incapaz de aceptar esas palabras. Su rabia la consume, brota como un fuego incontrolable. —¡Dime la verdad! —gruñe, con las lágrimas corriendo por su rostro — ¿¡Solo te burlaste de mí!? El escándalo atrae la atención de un guardia que, alarmado, corre a informar a Sam. El Alfa se dirige a la habitación, consciente de que su secreto podría estar en peligro. Desde afuera, Sam escucha fragmentos de la discusión. —¡Me entregué a ti por amor! —grita Nadia, con la voz rota —Yo sí pude traicionar a mi Alfa... ¿Por qué tú no puedes
Capítulo 37Francia no puede evitar que sus manos tiemblen mientras intenta disimular el miedo. Sabe que cada palabra, cada gesto, podría condenarla.Hace unas horas...Recuerda lo que sucedió antes de emprender el viaje de regreso. Sam, con una frialdad aterradora, toma a Nadia del cabello y la arrastra hacia la celda. Una daga centellea en sus manos, lista para desgarrar la garganta de la loba.—Iremos a *White Moon*, y si realmente amas a Nadia, deberás decir que todo está bien en este lugar —ordena Sam, dejando claro que ella no tiene opción.—Lo haré, pero no le haga daño. Además, tengo una condición y cumpliré sus órdenes sin cuestionarlas —Francia, con lágrimas en los ojos, se resigna.—No lo hagas, Francia, sin ti no podré vivir en este lugar. Por favor, no te sacrifiques por mí —suplica Nadia con la voz quebrada, luchando por mantener la calma.Francia niega con la cabeza, determinada. —Seré feliz solo si tú lo eres. —Suspira profundamente antes de volverse hacia Sam—. Rompe
Capítulo 38Los gritos de Úrsula resuenan en aquel lugar, rompiendo el silencio que gobernó un par de segundos.La loba irrumpe en la habitación de Aurora, quien llora desconsolada. La abraza con fuerza, pero su gesto solo intensifica el dolor de la loba—¡No me toques! —grita Aurora, intentando apartarla. Con una fuerza inesperada, la empuja al suelo. —Mi pequeña, entiendo tu dolor. Siempre estaré aquí para ti, lo sabes. Daría mi vida por estar a tu lado —gruñe Úrsula, con los ojos llenos de lágrimas. —¡Te escuché! Y quiero la verdad. ¿Eres mi madre? —Aurora siente cómo su garganta se quiebra al lanzar la pregunta, su mirada está cargada de odio por el engaño.—Yo… —Úrsula tartamudea —Es verdad, soy tu madre. —¡Explícate! Entonces, ¿no soy hija de mi padre? —Aurora siente que su corazón se descompone. —Lo eres —responde Teodoro, acercándose para abrazarla —Pero no de la misma madre. Úrsula traicionó a su propia hermana. Úrsula intenta explicar su historia, pero Aurora no se
Capítulo 39 Nicolás está llorando. El lobo sostiene una botella de whisky y bebe sin control. —¡Yo la amaba más que tú! —grita, con los ojos vidriosos y el alma desgarrada—Solo tenía que esperar, y ella sería mi reina, como siempre debió ser, la Luna de esta manada. Su voz se quiebra mientras su cuerpo tiembla. Desde que supo de la muerte de Ariadna, siente que su alma se partió en dos. Un dolor inexplicable lo consume, parecido al que siente un lobo al separarse de su marcada. —¡Ella no merecía esto! —le escupe a Bruno con furia —Tú le arruinaste la vida con tu marca. Bruno respira agitado, su animal interior lucha por salir. Sin embargo, logra controlarse al ver a Nicolás arrastrando del cabello a Luciana, quien estaba escondida bajo el escritorio. —Todo es culpa de esta perra. Si su envidia no la hubiera corrompido, Ariadna habría estado a mi lado —vocifera Nicolás, con una mirada desquiciada. Su mano temblorosa apunta un arma directamente a la cabeza de Luciana, qui
Capítulo 40Aurora intenta mantenerse tranquila, pero siente que ha fallado en todo lo que se ha propuesto en su vida. Ni siquiera logra cumplir con su rol como Luna de White Moon. —¿Por qué, Alfa? Sé que no lo he apoyado y que perdí al bebé, pero… Bruno toma sus manos con delicadeza, interrumpiéndola. —Eres una buena loba, Aurora, y creo que mereces tener a un lobo que realmente ames, una familia que elijas. Ambos sabemos que hasta ahora solo has seguido las órdenes de tu mamá .—Úrsula —corrige ella con un tono de amargura —Me niego a llamarla mamá. Bruno la abraza, un gesto cálido que Aurora percibe como un destello de amor y protección. En su soledad, anhela desesperadamente ese tipo de refugio. —¿Por qué no lo intentamos? Ariadna ya no está… usted ha mencionado cualidades en mí. Tal vez podríamos… Bruno niega con la cabeza, acaricia suavemente su mejilla y responde con pesar—Nunca podré olvidar a Ariadna. Ella fue el amor de mi vida. Fue un error aceptar que la reemp