Capítulo 27Ariadna recuerda las palabras escritas en el diario de Margarita mientras observa a Bruno, quien desespera al no entender por qué sus poderes han dejado de funcionar. Él carga a Luciana en sus brazos y la lleva a casa, mientras Marcia corre en busca de un médico para atenderla.En el pasillo de la habitación, esperan noticias. Bruno intenta acercarse a Ariadna, pero ella se mantiene distante.—¿Cómo está, doctor? —pregunta el Alfa cuando el médico finalmente sale de la habitación.—Debe descansar. El golpe fue severo y pudo haber causado una lesión seria, pero con reposo es probable que se recupere —responde el médico.Ariadna le agradece y se retira, dejando atrás a Bruno, quien la sigue con aire culpable.—¿Estás enojada conmigo? Sé que fui algo intransigente, pero entiende... ella es, ante todos, la esposa de Nicolás, mi enemigo —dice Bruno mientras la toma del brazo en un intento desesperado de detenerla.Ariadna lo mira fijamente. —¿Me estás ocultando algo? Bruno
Capítulo 28Ariadna se coloca el vestido con delicadeza. Es hermoso, pero no puede evitar maquillar la cicatriz en su cuello, tratando de ocultar la marca que Nicolás dejó al reclamarla como suya.Desea olvidarla, aunque sea por un día, pero sabe que no puede borrarla ni lo que representa. Solo le queda resignarse y convivir con esa huella. Bruno entra a la habitación. Al verla, una sonrisa se dibuja en su rostro. Para él, su esposa es perfecta. —Eres el mejor regalo en este día —dice, acercándose para tomarla por la cintura y besarla con intensidad. El quiere llevarla a la cama, la belleza de Ariadna es su debilidad, Pero la loba le recuerda que los esperan.—Soy el cumpleañero, creo que puedo pedir lo que más deseo.El carga a Ariadna del trasero, ella entrelaza sus pies en la cintura del lobo, los besos son babosos, llenos de adrenalina.Cómo puede, el Alfa se baja la bragueta y hace a un lado la pantaleta de Ariadna, ella gruñe al sentir la dureza entrar en ella.El Alfa la
Capítulo 29Con las manos temblorosas, Ariadna desciende las escaleras hacia el salón. Su mirada está perdida y sus ojos llenos de lágrimas delatan el peso de su descubrimiento. Se acerca a su padre, quien conversa con un grupo de lobos, y le pide un momento a solas. Henry sonríe al principio, pero al notar el rostro devastado de su hija, la sonrisa se desdibuja. Algo en su corazón le dice que Ariadna lleva un dolor profundo. —¿Qué sucede? ¿Por qué estás así? —pregunta, tomando sus manos que no dejan de temblar. —¿Cómo murió mamá? —Ariadna toma aire, pero su voz se quiebra al mirarlo directamente a los ojos —Quiero escuchar de tu boca lo que realmente pasó. El lobo suspira pesadamente. Lucia había sido su más grande amor, pero la culpa por lo ocurrido lo persigue hasta el día de hoy. Los dos se alejan de la mirada de los presentes, escondiendose en la cocina.—Ella… —comienza, titubeando mientras intenta encontrar las palabras adecuadas. Sin embargo, algo en la mirada de s
Capítulo 30Henry se acerca a Marcia y le pide bailar una pieza, quiere averiguar información del diario.—Nunca pensé ver al gran lobo Blair sacar a bailar a una loba como yo —sonríe coqueta. Marcia siempre ha sido el centro de las críticas de la manada. Para todos, es una vividora que se casó con su anciano esposo por dinero, aunque pocos conocen la verdad de su historia. —Solo quería preguntarle por el diario. Mi hija me dijo que usted se lo dio —comenta Henry, sonriendo. La belleza de Marcia y su actitud envolvente lo descolocan. Al sentir sus manos, algo en su interior parece renovarse. —Estaba entre las cosas de mi esposo —responde Marcia con un tono amable—. Siempre me pareció extraño porque él nunca fue cercano al Alfa Gregorio. Sin embargo, supongo que, al ser miembro del consejo, tuvo acceso. Marcia se acerca más a Henry. A pesar de la diferencia de edad, siempre ha considerado al lobo un hombre caballeroso y atractivo. —Sé que mis preguntas pueden parecerle extrañ
Capítulo 31La manada está en caos. Todos corren de un lado a otro mientras Henry y otros lobos cargan al Alfa Bruno hacia su habitación para atenderlo.—¡Necesitamos sangre! —grita uno de los lobos. Teodoro, malherido pero consciente de su deber, decide donar sangre. Sabe que la sangre entre Alfas ayuda a acelerar el proceso de curación. En la cocina, Marcia busca toallas con urgencia y se encuentra con Leticia en el suelo. Su grito de ayuda resuena en toda la casa. La tragedia parece haberse apoderado de la manada White Moon. Mientras tanto, Úrsula entra en la habitación de Aurora. La joven loba está sentada en la cama, llorando desconsolada tras enterarse de la noticia de su embarazo, que para ella solo significa el resultado de lo que percibe como una traición del lobo que ama. —¿Qué sucede afuera? —pregunta Aurora entre sollozos, intentando contener las lágrimas. —No te preocupes, mi corazón. Lamentablemente, Ariadna fue secuestrada, y Bruno está herido. Ahora debes c
Capítulo 32Ariadna intenta tomar el cuchillo de la mesa. Suspira nerviosa, pero su cuerpo no responde; se siente débil, como si estuviera hecho de gelatina. —¿Qué... qué intentas hacer? —pregunta con voz temblorosa mientras sus ojos se abren con temor. Sam toma el cuchillo con calma, lo aleja de la mano de Ariadna y sonríe antes de besarle la mejilla. —Yo te ayudaré a comer. Recordé que te gusta el pato a la naranja —dice con una sonrisa mientras intenta acercarle un bocado a la boca. —¡¿Estás loco?! Yo no quiero estar aquí. ¿Qué pretendes? —Ariadna intenta alejarse, pero su cuerpo no le obedece. El lobo la mira fijamente antes de inclinarse hacia ella y besarla a la fuerza. —Tenerte —responde con firmeza. Con una copa de vino en la mano, Sam se levanta y comienza a caminar alrededor de la silla donde está Ariadna. —No soy tuya ni de nadie. ¡Déjame ir! —Ariadna siente cómo su corazón late desbocado, casi saliéndose de su pecho. —Bruno no te quiere; ya tiene una Luna
Capítulo 33Bruno detiene la mano de Aurora antes de que ella continúe caminando, la mira con ojos de compasión y niega con la cabeza—No, lo siento, pero no puedo. Ella, sonrojada, retira su mano rápidamente, agacha la mirada y tartamudea.—Alfa, perdóneme... Soy tan torpe... La loba empieza a llorar, y Bruno la abraza, sintiéndose culpable. —No quiero rechazarte, pero, por favor, entiende: Ariadna es mi mate, el amor de mi vida. Aurora se seca las lágrimas y responde con voz entrecortada: —Alfa, yo... solo quiero ayudarlo. Sé que la desaparición de Ariadna le duele profundamente. Bruno asiente y decide ser sincero con ella, compartiendo la verdad y el consejo que recibió: —No quiero que pienses que te estoy rechazando, pero cuando amas como yo a Ariadna, es difícil tener a otra loba cerca. Aurora, llena de determinación, lo abraza con fuerza, le da un alivio saber que el alfa no la tocara, pero además sabe que debe ser un apoyo para Bruno en momentos difíciles.—Soy
Capítulo 34La enfermera que le debe lealtad a Sam le informa sobre lo que ocurre, ignorando la súplica desesperada de Ariadna para que guarde silencio. La loba teme cómo reaccionará su secuestrador. —¿Es cierto que estás embarazada? —gruñe Sam furioso, mientras la toma del cuello con fuerza. —¡Es verdad! Así que ya no te sirvo. No solo estoy marcada, también llevo en mi vientre la semilla de otro lobo —responde Ariadna, manteniendo la firmeza pese a la amenaza que enfrenta. Sabe que tiene dos caminos, la muerte o el rechazo y prefiere cualquiera antes de seguir en este lugar.Sam suspira, y su expresión se torna aún más sombría. —¿Crees que me vas a ganar? —el lobo sonríe cínico —Te quedarás aquí. Nadie te encontrará, y ese bebé tiene solo dos caminos. Ariadna, alarmada, toma la mano de Sam. La amenaza que percibe en sus palabras podría arrebatarle lo único que le da fuerzas para seguir luchando. —¿Qué vas a hacerle a mi bebé? ¡Es mi cachorro! No puedes decidir sobre él.