Capítulo 13 Ariadna se queda paralizada. Su padre le aconseja que pase la noche en casa y que luego hable con Bruno sobre lo sucedido. Al salir, Nicolás se acerca con una sonrisa burlona. —¿Qué pasó, querida? ¿Acaso tu esposo ya se olvidó de ti? —Si es así, no debería importarte —responde ella, suspirando al notar cómo la élite de la manada presta atención a las burlas de Nicolás. —Me preocupa, soy el Alfa. Si mi hermano desprecia mis sobras, es como si al final yo no tuviera buen gusto. Los lobos presentes estallan en carcajadas. Ariadna se siente humillada, y Henry le pide a un alcoholizado Nicolás que controle sus comentarios. —¿Sabes qué debería preocuparte? Contar cuántos cachorros omegas tienes con las lobas que secuestras y abusas. La fiesta se detiene en un silencio sepulcral. Los lobos de la élite abren los ojos con sorpresa y palidecen. —¿Por qué no se siguen riendo, caballeros? —Marcia se acerca, decidida a apoyar a Ariadna ante aquel ruin ataque. —No me d
Capítulo 14Bruno se desmaya. Ariadna, aún temblorosa por lo que acaba de presenciar, llama a gritos a la nana Leticia y a David. Ambos logran llevar a Bruno a su habitación. La loba, todavía nerviosa, le pregunta a Leticia qué es lo que está sucediendo. —Bruno es un lobo sanador. Su madre le heredó ese don, pero cada vez que sana a alguien enferma un poco, porque aún no ha logrado liberar a su lobo interior —explica la nana. Ariadna, sorprendida, comprende ahora por qué Bruno siempre parecía sanarla de inmediato, incluso la desaparición de su cicatriz de cachorra, el enfermaba un poco cada vez que la ayudaba.—Me quedaré con él —afirma con determinación. Mientras cuida la fiebre de Bruno, este abre los ojos y sonríe débilmente. —¿Ahora eres mi cuidadora personal? —pregunta, con la frente perlada de sudor. —¿Por qué no me lo dijiste? Yo merecía saber que tenías ese don —le reprocha Ariadna, acariciando su mejilla. —Eso no cambia nada. Sigo siendo un bastardo, y como mi l
Capítulo 15Los ancianos abren los ojos al darse cuenta de que la profecía del Alfa Supremo, quien se revelaría durante el eclipse, está frente a ellos. Bruno, transformado en un imponente lobo negro de ojos rojos, se abalanza contra Nicolás, quien en su forma lobuna es mucho más pequeño. La batalla entre ambos es feroz. Las heridas son profundas, pero Bruno no puede contener la rabia al saber que Nicolás ha marcado a la loba que ama. Leticia y Marcia se acercan a Ariadna, quien sigue mirando fijamente un punto en el vacío. Drogada, la loba sangra por el cuello tras haber sido marcada por los afilados colmillos de Nicolás. El anciano líder del consejo lanza un potente aullido que resuena en los tímpanos de los dos lobos, obligándolos a detener su combate. Nicolás, herido, es atendido por Luciana, quien corre hacia él para ayudarlo, mientras Leticia y David apoyan a Bruno. Bruno se aproxima a Ariadna, toma sus mejillas y la abraza, pero el aroma dulce a chocolate que siempr
Capítulo 16—¡Ella es mi esposa! ¡Sigue siendo mi Luna! —La voz de Bruno retumba en la habitación como un trueno feroz, cargado de determinación. Los ancianos agachan la cabeza, respetuosos ante la autoridad que emana de él. Reconocen el imponente carácter del Alfa y asienten en silencio. —La ceremonia de nombramiento se realiza mañana, coincidiendo con la luna llena —declara uno de ellos, solemne. Bruno permanece congelado. Sus manos tiemblan mientras intenta asimilar todo lo que ocurre. Hace apenas unas horas, su vida era diferente . Saboreaba la felicidad de compartir su existencia con la loba que ama. La tranquilidad que anhelaba parecia al alcance de su mano. Ahora, el bastardo que una vez fue despreciado recibe el reconocimiento como Alfa supremo, con su animal interior despierto y lleno de poder debería sentirse completo, Pero en este camino, perdio lo que más ama. Lola aparece en la sala. Se arrodilla ante él y lo abraza con desesperación. —¿Qué pretendes? —gruñe
Capítulo 17Ariadna abre los ojos, incrédula por lo que acaba de escuchar. Bruno ni siquiera es capaz de sostenerle la mirada.—Ella está marcada por el desterrado Nicolás. —Es indigna. —No sería una buena Luna. Las voces de los lobos susurran a su alrededor, señalándola. Ariadna siente un nudo en el pecho mientras sus palabras la hieren como cuchillos.—Repítelo mirándome a los ojos —le exige a Bruno, firme. —Estás marcada por mi enemigo. No puedes ser una Luna de confianza —repite Bruno con incomodidad evidente, reflejando que esta decisión le pesa.Uno de los ancianos se acerca, con gesto solemne. —Ariadna, debes estar orgullosa de ser la esposa del Alfa. Otro te habría echado de aquí. Sin embargo, no puedes exigir tantas consideraciones. Para ser la Luna de nuestra manada, deberías ser perfecta, y esa marca no te lo permite. El anciano señala el cuello de Ariadna, donde la marca, a ojos de todos, resulta repulsiva. Para ella, esa cicatriz es un recordatorio de su dolor
Capítulo 18Ariadna abraza a Leticia. —No quiero sentirme así... Todos me odian. —¡No lo permitas! Bruno te ama, y sé que tú también lo amas. No será una batalla fácil, pero debes luchar —responde la anciana con firmeza, alentándola a no rendirse. —Es que... si él me diera una señal, si pudiera sentir que aún puede amarme... Bruno encuentra a Ariadna en la cocina. Ella le pide que la deje sola y se retira rápidamente a su habitación. El Alfa golpea la mesa con tal fuerza que la parte en dos. —¡¿Qué te pasa?! —Leticia lo abofetea —Ella es tu esposa. No puedes tratarla así. Tú la amas, lo sé. Bruno suspira profundamente. No quiere perderla, pero sabe que ha sido demasiado duro con ella. Sobre los restos de la mesa rota, encuentra una pequeña bolsa llena de hierbas aromáticas. Piensa que podrían enmascarar el insoportable olor a canela que lo atormenta. Guarda la bolsa en su bolsillo y sube a la habitación, donde Ariadna se está cambiando. Al verla completamente desnuda
Capítulo 19Úrsula se aleja de todos, aún con los pies temblorosos y el corazón latiendo a mil por segundo. Henry, el amor de su vida y también el lobo que le causó tanto dolor, resulta ser el padre de la enemiga que ahora debe eliminar. Nunca fueron novios, solo amigos de la infancia, pero Úrsula estaba segura de que Henry la elegiría como su pareja. Sin embargo, su sorpresa fue enorme cuando descubrió que su mejor amiga era quien se llevaría el corazón del lobo. Desde entonces, Úrsula no se casó y dedicó su vida a ser la nana de sus dos sobrinos: un Alfa que no la respeta y una loba tan insignificante que, en su opinión, nunca estará destinada a la grandeza. Llena de ira, decide su futuro: destruirá a Ariadna, el fruto del amor que, según sus palabras, "la condenó a ser la esclava de su hermana". Teodoro se acerca a Ariadna con una sonrisa coqueta y le extiende la mano. Ella responde con cortesía, pero su nerviosismo es evidente: lo reconoce. Bruno, que percibe la tensión entre
Capítulo 20Ariadna se acerca temblando, esperando que todo sea una confusión. Desea que su padre esté equivocado, que su mente le esté jugando una mala pasada. —¡¿Qué dijiste?! —grita de nuevo, con una rabia contenida por no recibir una respuesta.—Puedo explicarlo... —Henry suspira, frunce el ceño y dirige la mirada a una nerviosa Leticia.—¿Qué sucede? —Bruno entra a la habitación, abraza a una Ariadna llorosa y espera una explicación.—Lola no es mi hija —La nana Leticia decide romper el silencio —Ella es mi nieta. Mi hija Tina es su madre y, en algún momento, fue amante del señor Henry. Lola es su hija.Ariadna siente que las piernas le tiemblan como gelatina.—¿Es verdad, papá? ¿Engañaste a mamá? —Fue un error de mi juventud, pero yo amaba a tu madre, la sigo amando. Ella es lo más importante en mi vida. Ariadna, superando el respeto que siempre le tuvo, le da una fuerte bofetada. Su imagen de padre amoroso se derrumba ante sus ojos. Sale corriendo de la casa. Bruno intenta