Capitulo 46

Mauricio le suplica por una oportunidad, sabe de sus errores, ha cargado con el Silencio como una gran piedra tras su espalda.

Ella ve a su bebé, es todo lo que siempre quiso, quieren lo mejor para el pero no está segura si eso significa que Mauricio este con ellos.

—¡Lárgate!— Exclama siente que sus manos tiemblan mientras señala la puerta y arrulla a su bebé que abrió los ojos al escuchar el estruendoso ruido.

Mauricio con lágrimas en los ojos accede lo último que quiere es perturbar los momentos de calma que le quedan a Susan con su incómoda presencia como ella lo ha llamado.

Al salir el único que se acerca a el para darle un poco de apoyo es su amigo, aunque siempre juzgando su mala actuación.

Italo se siente entre la espada y la pared, quiere ser apoyo para su amigo pero sabe que Susan lo necesita.

Julián empuja la puerta con fuerza, le importa muy poco que quieran sacarlo de la manada y que debería estar escondido por todas sus mentiras.

—¡¿Ustedes me engañaron?!— El