Capítulo 46

Los días pasaron con cierta lentitud, no por falta de trabajo, sino porque las jornadas se extendieron al máximo. Adams decidió mover las reuniones al departamento en el que anteriormente vivía Glenda, evitando así la atención que sus movimientos podrían generar en el Corporativo. No sabía cuántos ojos lo vigilaban, ni cuántos espías podía tener cerca. Además, salir de casa también era una estrategia para proteger a su esposa. Aunque Glenda hacía un esfuerzo genuino por mantenerse al margen, su naturaleza inquieta y analítica la llevaba a estar más involucrada de lo que él quería. Adams conocía demasiado bien a su mujer, y sabía que la única forma de ayudarla a cumplir su promesa era alejándola del fuego cruzado.

Por su parte, Elizabeth tenía casi todo listo para la Gala de Navidad. La eficiencia con la que se había encargado de cada detalle le ganó puntos con Adams, pero lo que realmente lo hizo considerar la idea de unas disculpas públicas fue la intervención de Morgan y el impecabl
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