El mundo entero parecía detenerse cuándo sus manos se habían cerrado fuertemente el Oráculo en su muñeca y las marcas que lo unían a la Vampiresa empezaron a arder como si el mismo estuviera ardiendo entre las llamas del fuego, el pequeño temblor que se produjo por el impacto del intento de hechizo lanzado por Martina Betancourt no se comparaba con el temblor que el cuerpo de los Vampiros empezaron a desarrollar al observar al Rey Kamill Moretti con la furia reflejado en su perfecto rostro el viento emitía ráfagas suaves mientras la bota militar que traía puesto dejaba la marca de sus pisadas.

Incluso las Betancourt sintieron que el final había llegado, muchos dicen que es Dios quién nos lanza al Infierno, pero en ese preciso momento los ángeles infernales que habitan el lugar del mal podrían caer de rodillas ante el poderoso hombre, en sus ojos se deleitaba el peor odio que podía existir y era el odio del hijo hacía un padre cada vez más sus puños se cerraban con más fuerza y los Vam