Lucien Black, sabía que había tenido la mala suerte de convertirse en el objetivo de una mujer caprichosa y engreída que pensaba que el dinero podía comprar absolutamente todo, pero estaba equivocada a él lo último que le hacía falta era dinero y tampoco estaba a la venta

— Bueno, con que eres padre y no fuiste para contarme, tú si que eres un mal amigo, Black, déjame ver a mi sobrino — Leron Camel, se acercó a Lucien Black, que después de que Casandra, los dejó de molestar estaba alimentando a su hijo

— ¿Quién es este señor, papá? ¿tú no le dijiste que tenías un hijo, al pequeño Lucien? ¿te da vergüenza que sepan que eres padre y que no me cuidabas? eso es por qué estabas perdido, no podías encontrarme para ser mi papá — el niño siempre terminaba aplastando el gran ego de su padre, parecía ser experto en eso

Los dos hombres se quedaron viendo el uno al otro, ese pequeño si que era todo un caso, Lucien Black, no lo tenía nada fácil, el carácter de su hijo era de una honestidad implaca