Rocío, salió del hospital y fue rodeada de cuidados y el cariño de la familia Black, el bebé fue tomando fuerzas al mismo tiempo que la madre se vitaminó y se alimentó como era debido, Angelo, salía todas las mañanas al trabajo y regresaba a estar pendiente de su mujer y su hijo que le había resultado igual o más latoso que el pequeño Lucien

— Angelo, Angelo... — Llamaba Rocio al padre de su hijo, tenía un antojo urgente

— ¿Qué pasa Rocío? ¿te duele algo?, ¿quieres que te lleve al médico? — el joven CEO habló adormilado

— Cariño, el bebé tiene antojo de sushi, podrías traer un sushi para mí — la joven Ferrer, hizo ojitos del gato del shrek, mientras que A gelo abría más sus ojos sorprendido de que su mujer quisiera sacarlo de la cama para ir por un sushi, él solo quería seguir durmiendo

— ¿No puedes esperar hasta mañana? son las dos de la mañana, querida, ten compasión de mí

— Está bien, no te preocupes, iré a la cocina a ver si encuentro algo que se me antoje, tu sigue durmiendo — R