Templo Budista de Carixis 3
Día 1 del Mes 1 del Año 2102 D.A.
Rupert penetró en los sagrados recintos de su templo budista favorito. Un enorme altar con la imagen de un Buda delgado y solemne sentado en flor de loto, alrededor de ofrendas de agua, velas y frutas, era bañado tersamente por una cortina de aromático incienso. Las extensas salas del templo exudaban una nítida paz, en medio de las columnas talladas, la iconografía budista y los suelos de fina madera.
Al pie del altar, Rupert reconoció a la mayor Cheng meditando en posición de loto. Cuando esta entreabrió los ojos, reconoció a su superior.
—¡Señor! –dijo comenzando a incorporarse.
—Por favor, no se moleste, Mayor –detuvo Rupert. Cheng prosiguió su meditación y Rupert encendió una vela.
—¿Puedo hablar con usted, Gobernador? –le preguntó Lothar quien sorpresivamente había penetrado en el templo.
—Por
Apartamento del capitán ZílogZílog oraba meditabundo y desnudo frente al altar de sus dioses. El cuarto estaba iluminado a media luz mientras Sálax esperaba respetuosamente, también desnuda, bajo las sábanas de la cama. Cuando notó que Zílog se removía en su asiento, dijo:—¿Oras porque Nam esté bien?—Sí, o porque tenga una muerte rápida.—¿Te han tomado prisionero alguna vez?—Sí, fui prisionero de los sarconianos durante la Segunda Guerra de Carixis. Me torturaron de forma horrible. Sé lo que se siente esa oscura desesperación que produce un dolor perpetuo y sistemático. A veces, deseas morir. —El comunicador de Zílog sonó. —¿Sí?—Capitán –dijo alarmada Cheng— una flot
Cuartel General de las Fuerzas Sarcono—DevoradorasPlaneta ÁxaronLa Zona AnárquicaCurshok torturaba a Nam haciendo que su asistente, la científica cabezona sarconiana llamada Zardack, le quemara el rostro y el dorso –que estaba desnudo— con láseres de bajo calibre. Nam seguía encadenada a la silla.—Ponga fin a su agonía, comandante Nam –dijo Curshok malévolamente.—¡Hágame lo que quiera! ¡No diré nada! –dijo en medio de dolorosos espasmos.—Bien, bien... –dijo Curshok deteniendo a Zardack con un gesto de la mano. –Tal vez será más útil como postre de los devoradores. –Curshok apretó un botón en su escritorio. Las puestas de su oficina se plegaron dejando entrar un grupo de al menos 10 fieros
Carixis 2Kriggs disparaba a los brakioneses con dos potentes armas láser en sus manos. A su lado estaban disparando también varias decenas de efectivos de seguridad y de simples civiles armados en defensa de sus tierras y familias. Lograban asesinar a varios brakioneses cuyos cuerpos caían pesadamente sobre el pavimento, pero simultáneamente caían atravesados por láseres muchos de los ciudadanos afiliados que libraban su batalla valientemente.Un aeromóvil explotó debido a los disparos brakioneses muy cerca de Kriggs. Ésta se lanzó al suelo y rodó para evitar el impacto de la explosión, el cual hizo volar a dos humanos varios metros, hasta caer estrepitosamente contra el duro suelo, matándose al instante.Mientras tanto, en el espacio, la flota afiliada estaba notoriamente diezmada y escaseando cada vez más. El mismo acorazado se
Nave SephirotAstronave de la Afiliación Democrática de PlanetasCerca de la Constelación de Draco (territorio brakionés)Día 7 del Mes 1 del Año 2102 D.A.La Sephirot viajaba camino al Planeta Brakionés, segundo planeta de la Estrella Alfa Draconis, tripulada en exclusiva por Zílog, Rupert y Maktub.—En verdad Rupert –le decía Zílog— siento que esta misión es virtualmente una misión suicida.—¿Y que sugieres? –espetó Rupert— ¿qué abandonemos a Kriggs a su suerte?—Ha pasado una semana y no sabemos si está viva –le respondió Zílog. –Sin embargo, somos tres personas a punto de internarnos en el propio Planeta Brakionés para buscar a una sola mujer que no
En algún lugar del espacioLa Sephirot flotaba por el espacio girando descontrolada.—Los sistemas, todos colapsaron –decía Kriggs flotando dentro de la nave mientras observaba una consola maltrecha— impulso, salto hiperespacial, gravedad artificial, soporte de vida, sistemas de comunicación. Esta nave es ahora un cascarón viajando por el espacio.—¿No podemos siquiera enviar un mensaje de auxilio? –preguntó Zílog, que como sus tres acompañantes, flotaba por la cabina.—No... –respondió Kriggs con tono lóbrego. –El oxígeno no se recicla, así que en unas dos horas, más o menos, nos asfixiaremos. Lo único que podemos hacer es grabar un mensaje para nuestros familiares. Quizás algún día encuentren la nave y ellos aún vivan, y puedan darles el mens
Acorazado Estrella RojaLa Zona AnárquicaLa mayoría de las naves de la Afiliación contaban con capillas especiales para los tripulantes. Normalmente eran capillas ecuménicas. En el caso de la capilla del Acorazado Estrella Roja, había un altar al Único, la principal deidad de los cártagik, un altar con la Pareja Divina Kálog y Kólag, los dos dioses adorados por los brazzky, otro mostraba el símbolo solar representativo del dios sol de los lobarianos. El altar más complejo era el del área humana, se circunscribía a las seis religiones humanas más practicadas en aquél momento (el judaísmo, el cristianismo, el islamismo, el budismo, el hinduismo y el neopaganismo), pero los tripulantes humanos de otras religiones podían solicitar espacios para su religión.También era muy común que
Oficina de Rupert CorradoEdificio de GobernaciónDía 13 del Mes 3 del Año 2102 D.A.A pesar de la dolorosa resaca que tenían Rupert y sus compañeros, realizaban una reunión de asesores en la oficina.—Lo que 200 encontró es bastante preocupante –explicó Rupert— estamos hablando de un reporte de Seguridad de hace más de 100 años, cuando Cibertopía era territorio afiliado. Se reportan sacrificios de personas en rituales de sangre bastante detestables.—¿Pero que tienen de extraños? –se preguntó Kriggs notoriamente molesta por el dolor de cabeza. –Sabemos de la existencia de miles de sectas oscuras adoradoras de los Abismales desde hace miles de años dispersas por la Galaxia. Sus ritos frecuentemente son de esta naturaleza.—
Residencia de la Dra. Shikha.Maktub y Shikha se encontraban sentados en los exuberantes jardines de la casa de la científica. Sentados en posición de loto, uno al frente del otro, con aromáticos inciensos invadiendo la atmósfera.—¿Estás segura de esto? –le preguntó Maktub. –Mi pueblo realizaba esta fusión mental telepática como una forma de tener relaciones sexuales. Es algo muy íntimo.—Según entiendo –dijo Shikha— incrementará notablemente mis poderes telepáticos, algo que me interesa mucho.—Pero tú ya eres una psíquica muy poderosa. Espero no estés ambicionando demasiado.—Confía en mí.—De acuerdo. Si estás lista, entonces –dijo tomándola de las manos. —¡Concéntrate!