Sistema Carixis
En cuestión de un día, la terrible plaga se había propagado por todo Carixis, y los diversos miembros del Consejo debieron unir esfuerzos para hacer frente a la pandemia.
—Debe tratarse de guerra biológica por parte del Planeta Oscuro —decía el médico 200 a Rupert mientras atendía a una larga hilera de enfermos de todas las especies en el suelo de los pasillos del Hospital General de Carixis, donde no cabrían más pacientes. Salvo por los androides y los cártagiks, el resto del personal no infectado se cubría con trajes herméticos —Es una vieja táctica de guerra. Te agota los recursos médicos, personales y financieros, pero especialmente, golpea la moral...
—Según nos reportan —dijo Rupert— hay brotes de la Plaga en la Tierra, Kinsoha y Brazzky, así como en Xirg&oacut
Sistema CarixisLa crisis con la epidemia se había salido de las manos. Por las calles deambulaban los infectados de todas las especies, furiosos atacando todo lo que encontraban a su paso. Oleadas de miles de personas que parecían una horripilante marejada de gentes enloquecidas.Extrañamente, los infectados no se atacaban entre sí...Las avenidas y calles pululaban de figuras maniáticas, quienes destruían vehículos, edificios, vitrinas, y todo a su paso, provocando incendios y destrucción.Las personas sanas se refugiaban aterrados como podían, generalmente en sus casas y lugares de trabajo, pero muchas veces, la ira encarecida de estos locos era capaz de remover puertas, portones y demás medios de protección, adentrándose al lugar para luego asesinar horriblemente a las infortunadas víctimas.Rupert contemplab
La Zona InexploradaLos esclavos rebeldes libraron una feroz batalla contra los cerdos, lagartos y cíclopes al servicio de Vosh. No obstante, hasta hace poco los rebeldes libraban sus batallas sólo armados de lanzas y flechas contra las armas láser de los monstruos de Vosh, y ahora, la Walhalla les había suministrado armamento de alta tecnología. De tal forma, que los cerdos, lagartos y cíclopes fueron ultimados uno a uno, hasta que los pocos sobrevivientes huyeron a internarse en la selva, corriendo entre los cadáveres ensangrentados de sus congéneres.Los rebeldes celebraron y liberaron a los demás esclavos de sus cadenas.Al entrar en el palacio, encontraron a Sashak sentada en el trono, con Némesis a su lado (quien ahora era un oscuro de nuevo).—¿Dónde está Vosh? —preguntó Ikhi, quien tenía a Z&
La Zona InexploradaDía 3 del Mes 12 del Año 2105 D.A.Año y medio había transcurrido desde que la Walhalla comenzó su misión en la Zona Inexplorada. La nostalgia comenzaba a hacer mella entre los tripulantes por sus familiares y amigos.Durante los últimos seis meses casi no habían tenido ninguna emoción importante y se habían limitado a patrullar las extensas áreas de la Zona Inexplorada. Siguiendo el rastro de los antiguos guardianes que escondieron la Esfera Perdida en algún lugar, encontraron solo mundos deshabitados desde hace milenios y civilizaciones primitivas sin desarrollo tecnológico.Sin embargo, esto estaba por cambiar.Némesis se despertó súbitamente a altas horas de la madrugada. Un febril terror se había apoderado de él. Se levantó de su cama y
Nave Walhalla—No entiendo que pasa, señor —dijo Cheng a Zílog en el puente. La totalidad de la tripulación de alto rango se había despertado, uniformado y llegado al puente para analizar la crisis. —La nave no detecta nada, nada en absoluto alrededor. Ni siquiera la más minúscula partícula de luz.—Némesis —dijo Zílog al oscuro reformado. —¿Por qué te opusiste tan fehacientemente a que entráramos a la Nebulosa? ¿Es esto una trampa de los oscuros que conocías?—No. No es algo que tenga que ver con mi pueblo. Sentí... un presentimiento extraño. Un... temor aprehensión inexplicables.—¿Puedo hacer conjeturas científicas? —preguntó Velkhar.—Por favor. —Respondió Zílog.&mdash
Nave Walhalla—Por lo que pude dilucidar —dijo Velkhar con una bolsa de hielo en la cabeza, mientras hablaba con el resto de los oficiales en la sala de reuniones— son una especie muy antigua y avanzada, que ha estado encerrada en éste lugar por más tiempo del que fui capaz de concebir. Sus conocimientos científicos son mucho más desarrollados que los nuestros. Sin duda, pueden ayudarnos a escapar, pero creo que sólo lo harán si los ayudamos a ellos.—La pregunta es si son confiables —dijo Kerozt. —Si los exiliaron en éste infierno deben haber hecho algo muy malo.—No importa que hayan hecho —comentó Zílog— nadie merece un castigo como éste. Además, ¿qué tal si eran disidentes políticos enviados aquí por una dictadura tiránica?—¿No tienes
Nave WalhallaDía 7 del Mes 12 del Año 2105 D.A.Zílog hacía el amor con Cheng. La hermosa humana oriental se encontraba sobre el capitán brazzky a horcajadas.Súbitamente, Zílog observó horrorizado los ojos de Cheng, volviéndose negros totalmente, y contempló con repugnancia como un tentáculo largo y negruzco emergía de su boca y le aferraba el cuello estrangulándolo.—¡NO! —gritó Zílog y se despertó de golpe en la cama, sentándose agitado y respirando entrecortadamente. Estaba desnudo, y a su lado yacía Cheng, desnuda también.Zílog se recostó de nuevo e intentó conciliar el sueño.Es justo entonces que una gran iluminación pareció invadir su cuarto. Él y Cheng se despertaron extr
Carixis, sede del Consejo Galáctico. Día 9 del Mes 12 del Año 2105 D.A.—La mayor concentración de naves oscuras jamás detectadas se aproximan a Carixis —explicó con preocupación Rupert—, nuestros satélites espías han contabilizado hasta tres millones. Están acompañadas de los devoradores y de lo que parece ser una facción disidente del Panal.—¿El Panal? —preguntó Arsala intrigada.—Tras la última derrota al parecer un sector de su colectivo se alió al Planeta Oscuro —explicó Rupert—, nuestros expertos creen que se debe a que consideraron a los oscuros una civilización digna por haberlos vencido. A nosotros no, a pesar de haber contribuido a la derrota. Los últimos reportes muestran que la derrota del Panal causó estr
LAS CRIATURAS QUE ESPERAN EN EL ABISMOEl Orm Infernal se removía inquieto, incómodo, molesto en lo profundo del Abismo Infinito, el reino de sombras y maldad absolutos donde habitaba. Estaba hambriento, muy hambriento, tras haber sido encerrado en su prisión infernal hacía cientos de miles de años. Pero también ansioso. Las estrellas se estaban alineando de forma correcta, y sentía que su liberación estaba cerca. —El ser, mi señor –dijo una voz sombría y gutural desde miles de años luz de distancia. Era Cronos, uno de sus vástagos oculto en el agujero negro del centro de la Galaxia. –El ser que está en Carixis, mi señor. ¿Será el Avatar?—Si lo es... habrá que matarlo –recalcó Y’lir Komuth, desde otra distancia inimaginabl