Residencia Corrado (Universo 210)
Día 5 del Mes 14 del Año 2103
Rupert despertó. Al principio no reconoció nada pues estaba aturdido. Estaba durmiendo boca abajo sobre una cama muy cómoda. Se movió boca arriba y notó que vestía un sedoso pijama. Tras levantarse sobre la cama se frotó los ojos y tomó su comunicador, diciendo con un susurro:
—Computadora, ¿dónde estoy?
—Se encuentra en el Sistema Carixis, dentro de los territorios de la Afiliación Democrática de Planetas. Fecha del Día 5 del Mes 14 del Año 2103 Después de la Astromaquia.
Rupert se esperanzó pensando que había regresado a su universo.
—¡Excelente! ¡Que bien! —dijo con una voz extremadamente aguda. Al tocar su dorso encontró dos senos femeninos que
Dos semanas despuésDIARIO EL METEOROMás de 1500 años produciendo periodismo de calidadREVUELTAS HUMANAS AZOTAN EL IMPERIODesde que el caudillo Rupert Corrado comenzó a liderar las rebeliones humanas, se registran revueltas de esclavos humanos en todas partes del Imperio. El gobierno imperial ha contrarrestado dichas revueltas con justificada violencia y encarcelando a los humanos disidentes. Su Majestad Imperial, el Emperador Larg IV ha decretado estado de emergencia ante esta conducta anómala de parte de los humanos. Todo humano sospechoso de disidencia será arrestado de inmediato y la Guardia Imperial está autorizada de utilizar cualquier método necesario para detener a posibles terroristas humanos. Sin embargo, lo más peligroso es que los huma
Instituto Científico de Carixis (Universo 020)Fecha desconocidaRupert despertó sobre un escritorio durante una soleada tarde. Reconoció la oficina como la del director del Instituto Científico.—Doctor Corrado —dijo Nam entrando a la oficina— ¿Es usted?Rupert notó sus manos de piel escamosa y sus dedos de uñas afiladas. Se tocó el rostro y era idéntico. Aunque vestía un traje de humano normal, su cabeza carecía de cabello y tenía una cresta en su lugar. Se miró a un espejo cercano notando su aspecto reptil.—Soy... soy un lagarto... —se dijo a si mismo.—Veo por su reacción que no es usted.—Hola Nam. Si es que te llamas Nam.—Si, me llamo Nam. Dra. Nam. La subdirectora del Instituto.—De
Ciudad DomoTerritorios xirgones en CarixisDía 15 del Mes 8 del Año 2104 D.A.Wushuk fue llevado a rastras por dos fornidos maleantes xirgones, hasta introducirlo en una lujosa habitación algo oscura. Lo tiraron azotándolo contra el suelo.Frente a Wushuk había una piscina cuadrada repleta de un agua verdosa y pastosa. Del agua emergió un sujeto bastante desagradable. Era de piel blanca y callosa, extremadamente gordo y desnudo. Su enorme barriga prominente caía bofa sobre el agua con notorias llantas de grasas. Sus brazos tenían piel gelatinosa por la manteca. Su cabeza era totalmente calva, con orejas algo puntiagudas, ojos amarillos lechosos, una nariz larga y respingada, con una boca enorme y llena de colmillos amarillentos. Incluso sus dedos grotescos y gruesos eran algo afilados. A sus espaldas había un ventanal con una herm
Hospital Central de AbukusPlaneta CártagikNam despertó en una camilla del hospital. A su lado estaba un compañero de la guerrilla que le sostenía la mano.—¿Qué... qué pasó? —preguntó con dificultad al hablar.—Lo logramos —le anunció el joven cártagik. —Derrocamos a los fundamentalistas. Tomamos el edificio de la Conferencia Episcopal. El cobarde de Zum se suicidó. Pero la mayoría de los obispos integristas que no fueron asesinados en la refriega están bajo custodia. Los enjuiciaremos por sus crímenes. Lástima que cuando nos introduzcamos de nuevo a la Afiliación no podremos aplicar la pena de muerte.—¿Quién... es el... nuevo Arzobispo?—Un sacerdote moderado llamado Kal. Es buena persona. Ya solicitó
La Zona InexploradaDía 6 del Mes 7 del Año 2104 D.A.El Walhalla llegó hasta la órbita de un planeta de nubes blancas y clima ártico que resaltaba como una bola de nieve en el espacio.En el enorme puente se encontraban Zílog (en la silla del capitán), Sashak sentada muy cerca, Velkhar en una consola aledaña, Cheng, Arg y Kerozt en sus respectivas consolas de navegación, y otros muchos tripulantes todos de origen afiliado.—¿Cómo encontraremos una esfera del tamaño de un globo en un espacio de territorio que es casi un tercio de la Galaxia? —preguntó Sashak algo sarcástica.—Hace casi mil años, los guardianes —explicó Velkhar— que entraron a la Zona Inexplorada a esconder la esfera nunca regresaron. Pero transmitieron un mensaje a una frecuencia que s
La Zona InexploradaLa Walhalla estaba sumida en una violenta refriega contra una gigantesca nave oscura de casi sus mismas dimensiones. La nave era, como todas las naves oscuras, una maraña de picos y alerones filosos. Pero esta en particular, tenía un aspecto más terrible por su enorme tamaño.El Puente ya mostraba los estragos de la contienda con consolas estalladas, humaredas, cables chispeantes y paneles desprendidos. Varios tripulantes estaban muertos o heridos, mientras Cheng (la oficial de mayor tango en ese momento) hacía lo que podía por defenderse de los brutales ataques oscuros.El módulo que viajó al planeta logró esquivar los ataques del planeta oscuro para introducirse nuevamente a la Walhalla. Al Puente llegaron Zílog, Sashak y Velkhar. Pero además llegaron acompañadas de una inusual figura que alarmó a los tripulantes; el oscur
La Zona AnárquicaEn la noche, los nativos realizaban danzas y cánticos al tiempo que daban a sus nuevos dioses unos alimentos consistentes en gusanos, escarabajos, lombrices y otros insectos aún más desagradables, oriundos del planeta. Habían encendido una fogata y el chamán de la tribu realizaba un rito fetichista ante el fuego.—¿Les preguntaste sobre la Esfera? —consultó Zílog a Velkhar.—Sí. Aparentemente adoran una estrella que fue traída por antiguos dioses similares a mí hace muchas, muchas lunas. Dicen que se encuentra escondida en la montaña sagrada donde tienen prohibido poner pie.—Debemos ir a esa montaña sagrada a buscar la esfera —dijo Zílog.—No es tan sencillo, Zílog —le respondió Velkhar. —¿Tienes idea de que clas
La Zona Anárquica —Creo que hemos evidenciado la peligrosidad de la Zona Anárquica —decía Zílog en la sala de reuniones aledaña al puente, en una junta de oficiales, al lado de Sashak, Velkhar, Cheng, Arg y Kerozt. —Pero más aún, la peligrosidad de nuestra contraparte oscura en esta misión.—¿Qué haremos con el oscuro? —preguntó Kerozt quien sentía una repulsión particular por el susodicho.—Hasta ahora Némesis nos has sido útil —reconoció Zílog. —Nos advirtió que Rastrero no era un hombre normal y dijo la verdad.—No confío en él... —le dijo Sashak.—Yo tampoco, Sashak, pero por lo pronto no debemos desaprovechar una oportunidad estratégica de conocer la naturaleza del enemigo. Lo mantendremos vig