Inicio / Romántica / CARIXIS: UN ROMANCE EN LAS ESTRELLAS PARTE 2 / CAPÍTULO VII LA SEMILLA DE LA DESTRUCCIÓN (quinta parte)
CAPÍTULO VII LA SEMILLA DE LA DESTRUCCIÓN (quinta parte)

Sesión ordinaria de la Secretaría de Gobernación de Carixis

—Khan Karzat XXI —le dijo Ker, un viejo cártagik de mirada severa y rostro soberbio, mientras se levantaba de su curul, rodeado de los otros alcaldes. —¿Quién tomó la decisión de incorporar al Imperio Brakionés dentro de la Afiliación?

 —Fui yo. —Respondió Karzat sentado frente a los alcaldes al lado de Rupert.

 —¿Usted solo?

 —Sí. Para los brakioneses el Khan es un dios. Un ser divino encarnado. Mis decisiones son incuestionables.

 —¿Quiere decir que todos los brakioneses están de acuerdo en afiliarse? ¿Nadie adversa la idea?

 —Nadie adversa los mandamientos de un dios.

 —Y... ¿qué pasaría si usted muerte y el próximo Khan decide que los brakioneses deben matar a cuantos afiliados encuentren cerca, una vez que ya están dentro de la Afiliación? ¿Es eso posible?

 —Sí. Pero improbable. Una vez dentro de la Afiliación, los brakioneses los consideraremos nuestros hermanos y estaremos dispuestos a dar nuestras vidas por la Afiliación.

—Algo me preocupa, sinceramente, Khan —continuó Ker de forma inquisitorial— tenemos conocimiento de que los brakioneses sacrifican personas a sus dioses y que gran parte de sus saqueos incluye el secuestrar víctimas para dichas inmolaciones...

 —He abolido el sacrificio de personas...

 —Pero... ¿qué pasaría si los brakioneses son presa de algún tipo de furor religioso en el futuro?

 —¿Qué pasaría si lo son los cártagiks? —preguntó Karzat. Rupert no pudo evitar expresar una leve risa.

 —Sus argumentos no me convencen, Karzat. Mi propio padre murió en un ataque brakionés a una nave civil y muchos amigos míos fallecieron durante su más reciente ataque. Para mí son un peligro, una amenaza a la Galaxia entera.

 Después de decir esto, Ker salió del edificio y a su lado los alcaldes que normalmente se plegaban a la influencia de Ker.

 —No salió muy bien —le dijo Rupert— pero Ker normalmente es así con todo. Talvez... con algo de tiempo...

 —Comprendo. —Dijo Karzat enigmático.

Barrios bajos de Solaria

Ciudad xirgona en Carixis

 Un aeromóvil conducido por Kriggs y Zílog sobrevolaba cerca de una vieja bodega abandonada. Habían enviado una micro-sonda espía, un aparato volador del tamaño de una mosca, que transmitía sonidos e imágenes a un computador.

 —Los tengo —dijo Kriggs a Zílog mientras observaban la consola del ordenador en el aeromóvil— la microsonda los está filmando.

 La pantalla mostró a diez xirgones toscos y malencarados con típico aspecto de criminales.

 —Están hablando xirgón —apuntó Zílog— pon el traductor electrónico.

 —Hablo xirgón —le respondió Kriggs— es más eficaz si traduzco yo que el traductor electrónico...

 —Shalak ashakarg velakist mekordarg Shamak Xirgónush —decía el que parecía líder del grupo.

 —Pronto seremos los nuevos gobernantes del Imperio Xirgón —tradujo Kriggs.

 —Geretorg nashak Makush Decontik shemmelak surgot Shamak sakorturg nashik feshalak mashukorg.

 —Como corresponde los Escuadrones de la Muerte purgaremos al Imperio de sus enemigos internos y externos.

 —¿Gashakamorg dukast nekorirg Fasha Kamok shas? —dijo otro xirgón.

 —¿Pero donde conseguiremos la Ojiva de Agujero Negro?

 —Shammakok nashirg bresk dénuzeb nekorirg Shann velekomman shakarg shash. Shakamakot zukorg belashirg fasha mekotam shammakok deshamamak ashammekorg disahakort commushiamek. Mekoshirg velakotish makurasj nekargorg...

 —Nos será entregada por un importante empresario dénuzeb llamado Shann. Tiene contactos con el gobierno imperial y logró robar la ojiva. Cuando la tengamos, la venderemos a un buen precio y con ello financiaremos nuestra revolución...

 —Shammalok tengashik Felashiammak, Vegash Kataorg kash  Devorirg Mekoshato kashamarg lekot nisha sakammarg Shammak Xirgónush.

 —Tras lo cual la Afiliación, el Reino Vegano y todo el Concejo Galáctico temblarán ante el poderío inmenso de nuestro régimen en el Imperio Xirgón.

 —Suficiente, vámonos —alertó Zílog.

 Algunos minutos después discutían la información recopilada en el despacho de Rupert al lado del resto del equipo.

 —Una Ojiva de Agujero Negro —explicaba Shikha— o como poéticamente la llaman los valtáricos; “La Semilla de la Destrucción”, es el arma de destrucción masiva más terrible que se conoce, capaz de destruir planetas enteros. Básicamente, replica de forma artificial a un agujero negro que es la fuerza destructora más grande de la Galaxia. Solamente se ha utilizado dos veces y en ambos casos fue contra planetas colonias, nunca contra un mundo—hogar.

 —Sin embargo —recordó Rupert— debido a su potencial destructivo el Tratado de Carixis prohibió el uso de las tecnología de agujeros negros contra cualquiera de los miembros del Concejo y estableció como prohibido la creación de nuevas ojivas de agujero negro. Hasta donde se sabe solamente tres Estados de la Galaxia cuentan con dicha tecnología y con ojivas; la Alianza Valtárica, la Afiliación y el Imperio Xirgón. La principal razón por la cual se conservan las ojivas ya existentes es por supuesta defensa contra el Planeta Oscuro.

 —Gracias a la información que conseguimos de Inteligencia logramos escuchar la conversación de estos xirgones —explicó Kriggs. —Miembros del Escuadrón de la Muerte, un grupo radical xirgón conformado por fanáticos nacionalistas. Se les considera altamente peligrosos y responsables de atrocidades cometidas contra veganos y carlagianos. Generalmente, el Escuadrón realiza “limpiezas étnicas”, ataca villas alejadas donde comete asesinatos masivos, torturas y humillaciones. Dejan con vida a unos pocos para que sirvan de testigos aterrados de sus horripilantes crímenes. Hace dos semanas atacaron un pueblo en Marte de 500 habitantes, donde asesinaron a todos los humanos. Sólo quedó viva una niña de 12 años cuyo estado prefiero no describir.

 —Sin embargo —mencionó Zílog. —Los xirgones cuentan ya con tecnología de agujero negro, por lo cual es poco probable que el Escuadrón desee utilizar la ojiva. Se puede deducir de su conversación que su fin último es vender la ojiva para recaudar fondos y tomar el poder en Xirgón. El problema es a quien piensan vender la ojiva. Puede ser desde un gobierno hostil como el sarconiano hasta la mafia organizada.

 —No nos queda más remedio que buscar a Shann —dijo Rupert.

 —Pero según me informaron en Inteligencia —respondió Kriggs. —Shann dejó Carixis hace un mes y viajó a alguna parte del Imperio Xirgón. Para encontrarlo tendríamos que buscarlo en todo el Imperio... que es bastante grande...

 —Pues aunque tengamos que recorrer cada centímetro del Imperio, deberemos hacerlo —sentenció Rupert.

 —¿Y cómo pretendes que las autoridades xirgonas nos permitan viajar libremente por todo su territorio? —preguntó Maktub. —Las relaciones entre la Afiliación y Xirgón nunca habían estado tan tensas...

 —Sólo hay una opción —reconoció Rupert— recurrir a la ayuda de Ushuk Larg. Es un hombre razonable.

4 horas después

 La nave Sephirot se preparaba para partir en su misión de búsqueda de Shann dentro del Imperio. Zílog, Kriggs y Maktub viajarían solos por tratarse de un caso de espionaje donde no podían llamar demasiado la atención. Al lugar llegaron Rupert, Ushuk, su esposa Sashak y tres xirgones.

 —Hemos accedido a cooperar en este caso —dijo Ushuk— viajaremos con ustedes en la misión y nos aseguraremos de que no vayan a espiar a favor de la Afiliación y en detrimento del Imperio.

 —Comprendido —dijo Zílog. —Su presencia será muy bienvenida, no sólo por su experimentada carrera militar, sino además porque es la única forma de poder transitar el Imperio Xirgón sin problemas.

 Finalmente la Sephirot sobrevoló el cielo púrpura de Carixis 2 hasta perderse de vista.

 

Colonia agrícola de Cronos 15

Imperio Xirgón

Día 13 del Mes 1 del Año 2103 D.A.

 —¿Está seguro que no ha visto un dénuzeb por acá? —consultó Rupert a un viejo campesino xirgón curtido por el sol que detuvo su labor de arar las fértiles tierras para atenderlo.

 —No señor —dijo con fuerte acento xirgón— no hemos visto a ningún extranjero en muchos thriliaks. Lo lamento...

 —Gracias.

 —Shannak. De nada.

—¿Tuviste suerte? —le preguntó Zílog aproximándose.

 —No. Estos campesinos son muy humildes y la mayoría habla valtárico bastante mal. Espero que Kriggs y Larg hayan tenido mejor suerte. Al menos ellas hablan xirgón.

 —El informe de aduana de Carixis aseguraba que Shann dejó el sistema con rumbo a alguna colonia rural en la frontera. Esta es la más cercana a Carixis.

 Poco después llegaron Larg y Kriggs.

 —¿Algo? —consultó Rupert. Ambas negaron con la cabeza.

 —Shann es un gusano de cinco metros de altura —adujo Kriggs— no creo que pase desapercibido fácilmente. ¿Qué se sabe de los dénuzeb?

 —Bueno —comentó Ushuk— al igual que Xirgón, Istaria y Dashán, el Planeta Dénuzeb era una provincia bajo el dominio del Imperio Valtárico, y tras el colapso de éste pasó a ser provincia de su sucesor, el nuevo Imperio Xirgón, al igual que Istaria y Dashán. Pero de todas las provincias xirgonas son los más sumisos. Jamás han tenido movimiento independentistas. Es más, se adaptaron plenamente al Imperio y se consolidaron como los principales mercaderes del mismo. Muchos dénuzeb han sido ministros de la Corte Imperial como el actual chambelán, Zinn. Y hasta practican la religión xirgona. A cambio, el Imperio les permite tener gran autonomía y elegir al gobernador de Dénuzeb de entre su pueblo.

 —Por tanto, —mencionó Rupert— Shann puede moverse libremente por el Imperio. Tendremos que...

 —Disculpe Gobernador —interrumpió un comandante xirgón. —General Larg, hay un reporte de Inteligencia Imperial que ubica a un dénuzeb identificado como Shann en el Sistema Gálathos.

 —¡Vamos para allá! —dijo Sashak.

Sistema Gálathos

Imperio Xirgón

Día 17 del Mes 1 del Año 2103 D.A.

 La Sephirot sobrevolaba en el espacio cerca de la órbita de Gálathos 5, capital de la colonia.

 —Excelente —aseguró Sashak— la aduana de Gálathos registra la entrada de Shann...

 —Rupert —dijo Kriggs escuchando un mensaje que llegaba desde el hiperespacio a todas las naves afiliadas y probablemente a las xirgonas también— creo que deben escuchar esto:

 —Atención todas las naves afiliadas —decía el mensaje proveniente del Comando General— hace media hora la Guardia Imperial Xirgona atacó e invadió el Planeta Lobaria. Repetimos; el Planeta Afiliado de Lobaria ha sido invadido por el ejército xirgón. Se convoca a todas las naves afiliadas a que viajen a Lobaria para defender territorio afiliado. Repetimos, todas las naves afiliadas deben viajar a Lobaria de inmediato...

 Ushuk y sus subalternos sacaron sus armas láser y las apuntaron a los afiliados. Zílog y Kriggs hicieron lo mismo de forma simultánea.

 —¡No permitiremos que esta nave vaya a atacar al Imperio! —dijo Sashak.

 —¡Esta es una nave de la Afiliación! ¡Quedan arrestados! —dijo Zílog.

 —¡Basta! —gritó Rupert. —De nada nos sirve matarnos mutuamente. Zílog, te ordeno que bajes tu arma...

 —Tu mandas Rupert.

 —¡Kriggs! —comandó Rupert, la soth continuó ignorando la orden. —Kriggs, soy gobernador, tu superior jerárquico. Te ordeno que bajes tu arma... —Kriggs obedeció.

 —Si... señor... —dijo sarcástica.

 —General Larg, le suplico que haga lo mismo —pidió Rupert. —No sólo no tiene sentido que nos matemos. Estamos en una importante misión contra un enemigo común de nuestros pueblos.

 —De acuerdo —dijo Ushuk— bajen las armas —todos obedecieron al instante. —Hagamos un acuerdo de honor, Gobernador. Durante el resto de la misión ignoraremos el hecho de que nuestros gobiernos están en guerra y no nos traicionaremos. Que este acuerdo perdure hasta que la Sephirot esté fuera de territorio xirgón.

 —Trato hecho —dijo estrechándole la mano.

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