MORGANHORAS ANTESCuando veo que Megan desaparece de mi campo de visión, los deseos que tengo de asesinar a la mujer que me dio la vida, incrementan con cada segundo que ella actúa como si Megan no hubiera estado nunca aquí. Dejo de lado el pañuelo que sostenía en la mano y recargo mi espalda en la silla. —Ahora que se fue, puedes estar tranquila —comienzo—. Puedes dejar de actuar como una perra sádica. —Cuida tus palabras, eres mi hijo y yo soy tu madre, soy la máxima autoridad aquí, en la empresa y en nuestra familia. —¿Y dónde queda mi padre en todo esto? —enarco una ceja con incredulidad. —Él solo es un medio para un fin, sabes bien que desde el inicio de nuestra relación los dos teníamos las cosas claras, ¿por qué tomas el tema de tu padre? Cuando lo que es importante aquí, es que te hagas responsable de lo que aceptaste hace años —arguye.En ese momento llega el mesero y coloca para mi sorpresa dos platos más un postre, una rebanada de pastel de cereza, cosa que ella no co
MEGANEl mundo parece estallar cuando por fin estaba teniendo uno de esos momentos en los que creo que todo va bien, cuando Morgan está a nada de besarme y yo de aceptar lo que me ofrece, el grito desgarrador de Carelle, hace que la burbuja rosa en la que nos encontrábamos se rompa. —Mierda —susurra él. Los dos entramos a la casa para ver de qué va, y nos encontramos con una Carelle tendida en el suelo al final de las escaleras, su belleza es inigualable, parece una modelo de pasarela, me recuerda un poco a Alicia, de quien ya no hemos sabido nada, no desde que al parecer Lena se esfumó de la faz de la tierra y Morgan tomó el mando de todo. —¡Me duele, me duele mucho! —chilla dejando escapar un par de lágrimas. Morgan se acerca a ella y la carga en brazos en modo nupcial, ella rodea su cuello sin dudarlo y ambos suben, Morgan da instrucciones de que tengan listo todo para cuando regresemos, ya que de la noche a la mañana, parece que los empleados que eran inexistentes, ahora lo s
MEGANMe congelo con las palabras que me arroja Morgan en cuanto me ve, siento que el aire me falta, un hormigueo recorre mis manos, los brazos y las piernas, me parece que quiero despertar del sueño, no lo hago, al contrario, mientras pasan los minutos creo que es la más real. —¿Divorcio? Morgan no habla, no dice nada, solo asiente con lentamente. —Creí que estábamos bien, yo… —doy un paso adelante y él retrocede, lo que me saca de cuadro—. Morgan, qué es lo que está pasando, ¿qué te dijeron? —No me dijeron nada, sencillamente no puedo dejar a mi familia a la deriva como si nada, no tengo porqué darte explicaciones pero si te sirve de algo, es porque me di cuenta de que contigo no voy a ninguna dirección, estamos estancados. Me niego a creer que sea cierto lo que dice, es decir, hasta hace un par de horas me reclamaba como suya. —Imposible, me niego, sé que tu madre te dijo algo. —Yo no dije nada, mocosa insolente —Aby me lanza una mirada despectiva—. Mi hijo se ha dado cuenta
MEGANMe encuentro dentro del despacho que todavía considero del abuelo, si antes mi situación estaba perdida, ahora estoy más confundida, sin poder entender bien qué es lo que Lena, Alicia y peor aún, Brandon, están haciendo aquí, ¿por qué vinieron? Gabriel me pidió que solo guardara silencio y que escuchara lo que tiene para decirme. Eso es lo que estoy haciendo, el problema es que pensé que solo hablaríamos los dos, no todos en un mismo sitio, detallo el rostro de Alicia, hacía mucho tiempo que no la veía, pese a que el maquillaje cubre su bonita piel, diviso los moretones en su rostro. Gabriel mantiene la mirada gacha mientras Lena se pasea por la estancia, detallando cada cosa hasta que Brandon llega y toma asiento en la silla principal. —Sé que esto puede ser confuso para ti, Megan —comienza a hablar Gabriel—. Mamá mató al abuelo, Brandon intentó matarse y sufre una doble personalidad, Alicia te odiaba y yo… Bueno, soy débil ante los ojos del mundo entero. —Tu lo has dicho —
MEGANAún no puedo creer lo que estoy escuchando del juez que está esperando a que firme, es como un maldito dejá vu, trago grueso, a mi derecha se encuentra Alicia, mirándome con cierta lástima, la esperamos luego de que me dijera que íbamos a salir y a mi izquierda, Brandon, callado e implacable. Cuando escucho que el juez me pide que firme los documentos en los que estoy aceptando ser la esposa de Brandon, creo que escucho mal y niego. —No me voy a casar contigo —logro articular apenas con dificultad. El ambiente se vuelve pesado, un Brandon tranquilo toma una bocanada de aire y metiendo las manos a sus bolsillos, voltea a verme. —Si no firmas, tu vida correrá peligro —dice—. Sabes que no juego. —No importa. —Firma o juro que Gabriel entonces sufrirá las consecuencias —sentencia una última vez. Cierro los puños, es mi primo, mi sangre, pero a él tampoco le importó meterme en esta situación cuando planeó todo con ellos y les volvió a abrir las puertas de la casa, así que esta
MEGANHan pasado tres días en los que he tratado de adaptarme a las constantes exigencias de Brandon, no ha intentado nada conmigo hasta ahora, lo cual agradezco, prefiero que las cosas sean así, Alicia sigue siendo mi sombra hasta en la oficina, aunque más que eso es como una nueva compañera, no diría que somos amigas, no tenemos tantas cosas en común, y aún sentimos que los errores del pasado no se pueden esfumar de la noche a la mañana. Pero es sin duda un apoyo, mi primo Gabriel está mejor, hablé con él por la noche y me pidió una disculpa, él solo quería que las cosas volvieran a ser como antes, y ese es su mayor error, porque ya nada será como antes, no importa lo que haga, volver al pasado no es una opción. Lena se mantiene a raya, no hemos cruzado una palabra y se la pasa encerrada en su habitación, tampoco baja al comedor, prefiere trabajar, ya que si se presenta en la empresa, iríamos de picada, Brandon tuvo hace unas horas una junta con los socios, y aunque a la mayoría
MEGANLas cosas no están bien, no cuando desde un principio empezaron con el caos y terminaron como el infierno, para cuando despierto, temo encontrarme de nuevo frente a la realidad, me siento una pieza de ajedrez en la que han estado ganando todos menos yo, estoy cansada, necesito un respiro. El problema con esto es que no estoy en la habitación de la casa de los Lewis, porque aunque lleve su sangre, no me siento parte de nada, mucho menos de ellos. Me incorporo de la cama, noto que estoy atada a un par de mangueras de suero, me los quito, la mano la tengo vendada, seguro por el accidente, no estoy dentro de un hospital, eso se puede ver a leguas, jamás había visto esta habitación, me asomo por la ventana, está anocheciendo, traigo puesto un camisón que cubre mi trasero aunque no lo suficiente. Siento que el aire se me atasca en la garganta cuando llego a la puerta y está abierta. El pasillo está a oscuras, camino buscando una salida hasta que me encuentro con Alicia, subiendo l
MORGANCuando estaba a punto de llegar a mi destino sin ser visto, un auto me interceptó en medio camino, es por ello que cambié la ruta, pero ya era demasiado tarde para hacer un cambio en mi plan, Brandon Lewis bajó del auto, ambos nos apuntamos con un arma, solo que él fue más veloz y me dio en el brazo. —Nos volvemos a encontrar, Morgan Shaw —sisea.—¿Acaso me has estado pensando? —inquiero con burla. No dice nada, solo chasquea los dedos y al verme herido es como su ego se engrandece más, un segundo y tienes a tu enemigo cara a cara. Frunzo el ceño cuando me toman por la fuerza y me acercan a él, no le temo, nunca lo he hecho. —Si mi abuelo viera esto, se daría cuenta de que yo siempre fui la mejor opción —me suelta un puñetazo que me gira el rostro—. ¿No crees? Mi boca se llena de sangre y río. —Claro, ¿y con quién estoy hablando? Con Brandon el serio o Brandon el demente. Mis palabras hacen que me gané un nuevo golpe en la nariz. Pero no me dejo doblegar por él, no por a