MEGANLa alarma de mi despertador resuena por toda la habitación, la apago, no pude dormir, por lo que definitivamente tengo sueño, me doy una ducha y me alisto, me coloco unos shorts de vestir color negro, una blusa blanca abotonada y un blazer oscuro que hace conjunto, zapatillas de tacón, hace mucho que no me sentía tan decidida. Me mentalizo con soportar este infierno para poderme ir de esto, alejarme de las maldiciones que son para mí la familia Lewis y Morgan. Estoy tan desorientada, no sé qué es lo que ha pasado con Lena, es decir, es como si se la hubiera tragado la tierra, la última vez que recuerdo haberla visto, amenazó a Morgan y después… bueno, eso es pasado. Morgan me compró un móvil nuevo, sin embargo, en cuanto tenga la oportunidad me compraré otro, no quiero nada que venga de él, aunque el dinero sea de mi abuelo, mi familia y mi sangre. Borre su número, ya que cuando lo revisé, ya tenía el suyo registrado como contacto principal, el muy imbécil puso “Esposo” como n
MEGAN—¿Qué haces aquí? —me pregunta. El problema es que sus palabras suenan tan lejanas. —¿Me escuchas? ¿Estás bien? —frunce el ceño. Quiero hablar, pero la verdad es que me siento demasiado débil. Aunque logro asentir ligeramente con la cabeza. —Lo siento, es que… —Te llevaré al hospital —me interrumpe. Me pongo nerviosa, si me lleva al hospital entonces Morgan se dará cuenta y no quiero interrumpir su día romántico con Rachel, además, me propuse alejarme lo más que pueda de él. —No —logro ponerme de pie—. Estoy bien, solo no he comido nada y… —¿Dónde está Morgan? Mi inquietud es arrasada por su actitud tan arrogante, es un empleado, no obstante, le habla y se dirige hacia él con todos como si se conocieran de años. —¿Lo conoces bien? —abro los ojos como platos. —¿Qué si lo conozco? —bufa—. Es mi maldito hermano mayor. La noticia me deja sin palabras, en especial porque no hay parecido alguno en los dos, lo único que veo que comparten a simple vista, es el carácter tan h
MORGANNo estoy emocionado con las decisiones que he tomado. Cuando encontré a Megan a punto de morir, me prometí que esto no volvería a ocurrir dos veces, pero mi rabia hacia ella incrementó cuando leí los resultados de sus análisis de sangre, no pude soportarlo, me enfadé por su imprudencia al creer que ella iba a poder salvar a Brandon. Pero sobre todo, me molesté porque no confió en mí, quiso luchar sus batallas sola, como si no fuera un hombre que es capaz de defenderse por sí solo. Cuando despertó, quise correr y abrazarla, follarla como castigo pero esos malditos análisis nublaron mi mente y cegaron mi buen juicio, ser duro y distante con ella fue mi escudo. Al mismo tiempo una tortura. Nada de esto justifica lo que pasó hoy, me dejé llevar por mis celos cuando la vi hablando y sonriendo a mi hermano, Eithan, el lastre de la familia, un don nadie por elección. Decidí salir de la oficina para ir con Rachel a los asuntos que teníamos pendientes con un par de socios turcos e ita
MEGANPara cuando Morgan termina de contarme todo lo que sucedió cuando me encontró, el aire en mis pulmones se comprime, no solo fui una idiota e ingenua por creer que podía ayudar a Brandon, sino, que puse en riesgo mi vida por intentar proteger la de alguien más, sin saber siquiera que estaba embarazada. El dolor es demasiado punzante, chispas de dolor recorren mi espina dorsal hasta la nuca, esa es la razón por la que Morgan cambió de la noche a la mañana, si lo veo desde mi punto de vista, me expuse inocentemente a un enfermo mental que tenía como objetivo que muriéramos los dos, no le di la oportunidad siquiera a Gabriel de hacer algo al respecto, no acudí a nadie como si yo fuera súper poderosa. Viéndolo desde su punto de vista, no confíe en él, mi pareja, mi… esposo, el miedo que sentí en ese momento me paralizó y me impidió ver la realidad de las cosas, incluso estuve de acuerdo con aceptar el hecho de que Morgan pudiera encontrar a alguien más, lo estaba arrojando a otra m
MEGANSiento que la situación no puede ser más complicada, me encuentro dentro de uno de los mejores restaurantes de la ciudad, frente a la madre del hombre al que he lastimado de algún modo, y al lado de Morgan, quien no deja de observarla con ojos asesinos. Hace cinco minutos que el mesero tomó la orden y aunque insistí en que debía irme y no tenía tiempo para esto, al parecer a la mujer no le importó. —¿Cuándo volviste? La voz ronca de Morgan hace que mi piel se erice, sigue enfadado y yo confundida, sin contar que el estar sentada me duele. —Hace un par de horas, quería ver cómo has manejado toda la situación de la herencia de Alejandro Lewis —dice la mujer sin apartar la mirada de mi—. Eithan ya me puso al tanto de la situación. —¿A sí? —bufa Morgan. —Sí —ella sonríe pero sin gracia—. Alejandro te dejó todo para que lo administraras, Gabriel Lewis está trabajando en la empresa pero en estos momentos se encuentra en Inglaterra, en el centro psiquiátrico donde están tratando l
MORGANHORAS ANTESCuando veo que Megan desaparece de mi campo de visión, los deseos que tengo de asesinar a la mujer que me dio la vida, incrementan con cada segundo que ella actúa como si Megan no hubiera estado nunca aquí. Dejo de lado el pañuelo que sostenía en la mano y recargo mi espalda en la silla. —Ahora que se fue, puedes estar tranquila —comienzo—. Puedes dejar de actuar como una perra sádica. —Cuida tus palabras, eres mi hijo y yo soy tu madre, soy la máxima autoridad aquí, en la empresa y en nuestra familia. —¿Y dónde queda mi padre en todo esto? —enarco una ceja con incredulidad. —Él solo es un medio para un fin, sabes bien que desde el inicio de nuestra relación los dos teníamos las cosas claras, ¿por qué tomas el tema de tu padre? Cuando lo que es importante aquí, es que te hagas responsable de lo que aceptaste hace años —arguye.En ese momento llega el mesero y coloca para mi sorpresa dos platos más un postre, una rebanada de pastel de cereza, cosa que ella no co
MEGANEl mundo parece estallar cuando por fin estaba teniendo uno de esos momentos en los que creo que todo va bien, cuando Morgan está a nada de besarme y yo de aceptar lo que me ofrece, el grito desgarrador de Carelle, hace que la burbuja rosa en la que nos encontrábamos se rompa. —Mierda —susurra él. Los dos entramos a la casa para ver de qué va, y nos encontramos con una Carelle tendida en el suelo al final de las escaleras, su belleza es inigualable, parece una modelo de pasarela, me recuerda un poco a Alicia, de quien ya no hemos sabido nada, no desde que al parecer Lena se esfumó de la faz de la tierra y Morgan tomó el mando de todo. —¡Me duele, me duele mucho! —chilla dejando escapar un par de lágrimas. Morgan se acerca a ella y la carga en brazos en modo nupcial, ella rodea su cuello sin dudarlo y ambos suben, Morgan da instrucciones de que tengan listo todo para cuando regresemos, ya que de la noche a la mañana, parece que los empleados que eran inexistentes, ahora lo s
MEGANMe congelo con las palabras que me arroja Morgan en cuanto me ve, siento que el aire me falta, un hormigueo recorre mis manos, los brazos y las piernas, me parece que quiero despertar del sueño, no lo hago, al contrario, mientras pasan los minutos creo que es la más real. —¿Divorcio? Morgan no habla, no dice nada, solo asiente con lentamente. —Creí que estábamos bien, yo… —doy un paso adelante y él retrocede, lo que me saca de cuadro—. Morgan, qué es lo que está pasando, ¿qué te dijeron? —No me dijeron nada, sencillamente no puedo dejar a mi familia a la deriva como si nada, no tengo porqué darte explicaciones pero si te sirve de algo, es porque me di cuenta de que contigo no voy a ninguna dirección, estamos estancados. Me niego a creer que sea cierto lo que dice, es decir, hasta hace un par de horas me reclamaba como suya. —Imposible, me niego, sé que tu madre te dijo algo. —Yo no dije nada, mocosa insolente —Aby me lanza una mirada despectiva—. Mi hijo se ha dado cuenta