Capítulo 330
El vestido tradicional siempre era la prenda perfecta para realzar las curvas.

Fabiola, mirando su reflejo grácil en el espejo, sintió sus orejas calentarse discretamente.

En el espejo, Benedicto la observaba con los ojos entrecerrados, cruzando los brazos y abrazando su cintura, balanceándose ligeramente, disfrutando del momento.

Lentamente acercó su nariz al cuello de Fabiola, inhalando el aroma de su cuerpo.

Fabiola gradualmente comenzó a sentirse abrumada.

Benedicto, sintiéndolo, rodeó la cintura de Fabiola con un brazo, levantándola y sentándola en la mesa de maquillaje.

La espalda de Fabiola se apoyaba contra la mesa.

El aire caliente llenaba la habitación y el frío en su cintura se esparcía lentamente hacia arriba a lo largo de su columna vertebral. Después de unos minutos, el frío desapareció, mezclándose con el calor del cuarto, encendiendo poco a poco la piel pálida de Fabiola, hasta que todo su cuerpo se tiñó de un color rosado ambiguo. La figura en el espejo se volvía cada
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