Capítulo 139
Fabiola estaba sentada en la sala de estar jugando con un trompo, como si estuviera conectada telepáticamente, levantó la vista en el momento en que Benedicto miró hacia ella, y le sonrió ligeramente.

Benedicto tragó saliva: —Voy a preguntarle.

—Bien —el padre de Benedicto se alivió y colgó el teléfono, volviendo a la sala de estar.

Los padres de Silvia se levantaron, preguntando nerviosos: —Sánchez, ¿qué pasó?

—Le dije que preguntara a Fabiolita.

Sin embargo, los padres de Silvia no se aliviaron, sino que mostraron una expresión aún más preocupada: —Lo sentimos mucho, Señor Sánchez, Silvia no sabía que pasaría esto.

El padre de Benedicto hizo un gesto con la mano: —No importa, lo bueno es que Fabiolita y Benedicto están bien.

Al escuchar esto, los padres de Silvia se sintieron aún más culpables. Miraron a Silvia, que estaba arrodillada a un lado, sin poder reprenderla.

Después de todo, era su propia hija.

Y además, Silvia siempre había sido tranquila y obediente.

Incluso el padre de B
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