Capítulo 136
Silvia estaba furiosa hasta el punto de que le hervía la sangre.

Tras un momento, apretó los dientes y dijo: —Cuando te vio desmayarte, se asustó y huyó.

Los labios de Benedicto se curvaron en una sonrisa mientras se dirigía hacia la puerta: —Fabiola no es así.

Silvia, completamente fuera de sí, se abalanzó sobre él desde atrás: —¡Benedicto, por qué no crees en lo que digo? Acabas de conocerla y a mí me conoces desde hace veintisiete años. ¿No puedes confiar en mí, ni siquiera un poco?

Benedicto, con rostro impasible, se liberó de su abrazo: —Silvia, ya estoy casado, estás cruzando el límite.

—¡Sí, estoy cruzando el límite! —Silvia lo abrazó nuevamente. —Debería haberlo hecho hace tiempo. Te amo, Benedicto. Siempre pensé que era vergonzoso para una chica confesar, así que siempre te esperé, pero ya no quiero esperar. No me importa perder la compostura, comparado con perderte, eso no significa nada.

Benedicto se liberó de nuevo y advirtió: —Ya estoy casado.

—Puedes divorciarte, no me im
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