Mi paciente a primera vista aparentaba estar bastante bien. No tenía ninguna herida mortal ni nada que pusiera en peligro su vida.

Solo pude ver el daño cuando lo giré sobre su costado.

-Joder.

Su espalda estaba... rota. No había otra forma de describir el por qué había hinchazón, coloración y sus huesos estaban en un mal ángulo.

Fractura limpia. Por suerte el hueso de la columna no había perforado un pulmón o algún órgano. Si así hubiese sido, en el mejor de los casos presentaría los síntomas típicos de una hemorragia interna, mientras que en el peor estaría muerto.

Fruncí el ceño. Algo estaba mal, las heridas de su cuerpo parecían demasiado... calculadas. Y eso solo se lograba con experiencia.

Joder, esto es una trampa.

-Lo lamento. No sé si podré curar tu espalda, pero necesito que resistas lo que sigue. - Le dije volteándolo para que quedara completamente boca abajo.

Tendría que hacer algunos estudios para confirmar mi diagnóstico, pero no tenía el equipo necesario. En cuanto sea