Rose.Sujeté con firmeza mi bastón. Frente a mi habían dos hombres de dudosa higiene general mirándome con cara de curiosidad. -Así que en este elevador se encuentra una de las entradas al pequeño agujero en donde se esconden las ratas. - Dijo con una asquerosa sonrisa.-¿Quieres que te ahorremos mucho dolor, pequeña?- Dijo el otro tipo. - Sé buena y llévanos contigo.Salí del elevador y enseguida escuché el inconfundible sonido del llamado del elevador. Alguien intentaba subir.M****a, ¿Sería mi cachorro?Sin pensar, alcé mi bastón para atacar la tráquea del último que había hablado. Mientras se llevaba las manos a la garganta, yo esquivé las garras de su amigo.Al ver que no podría contra mí, decidió transformarse... en Bersaker. Primero su cara comenzó a deformarse como si se estuviera derritiendo, luego el crujido de sus huesos me puso los pelos de punta. Hacía horribles sonidos de ruptura y la piel comenzaba a tener algunas leves heridas. Cuando terminó, yo quería vomitar.-Ese
Rose.Mi estrategia era clara.Trataría de sacar la máxima información posible de esta criatura, conectaría algunos golpes y no moriría hasta que se me ocurriera un mejor plan.Más fácil decirlo que hacerlo.Normalmente tenía confianza en mis habilidades, pero en este momento me encontraba en un punto de mi vida en el que había vuelto a sentir miedo de la muerte. Y la muerte tenía una cara grotesca.-Interesante. - Dije entre dientes agarrando mi costado. - Dices que estás en la cima pero... ¿Qué hay de los tigres? ¿Qué hay de las panteras? ¿Existen hombres conejo?Él se rió y lanzó otro puñetazo a mi cara que esquivé a duras penas.-Los cambiaformas unicamente somos depredadores. En alguna época existieron serpientes, pumas... creo que incluso algunos coyotes. Sin embargo, ellos perecieron porque tenían la estúpida creencia de que unir sus genes con los de los humanos o los de otros cambiaformas era una excelente idea. -¿No... lo fue?-No. Sus genes solo se fueron perdiendo generaci
Chase.Y aquí estaba yo, alimentando a mis hermanos mientras escuchaba la historia del Halcón cuando una nueva conmoción llegó a mis oídos.Algunos guardias comenzaron a gritar y otros gritos se escucharon. Vi pasar por la entrada del comedor a varios miembros de la manada en pánico, pero fueron sus exclamaciones de "¡Están aquí!" lo que hizo que me levantara de mi asiento.-Mamá, papá o el señor Fred no están. - Murmuré cuando algunos guardias corrieron hacia mí en busca de ellos. Sus expresiones horrorizadas y de pánico activaron algún tipo de instinto en mí. - ¿Cuántos y por dónde entraron?-Por la... la biblioteca. Al... al menos diez. - Dijo tartamudeando uno de ellos. - El resto de los guardias trata de contenerlos mientras recibimos indicaciones.Mi cerebro trabajaba a toda velocidad. Que estuvieran aquí significaba que los guardias secuestrados les dieron la información... y que sabían exactamente dónde estaban las entradas y salidas del lugar.El Halcón dijo que estaban cerca
Bastian.El elevador subía jodidamente lento. Tan lento como si se estuviera burlando de mí.Unos segundos después sentí que disminuyó la velocidad a propósito cuando comencé a matar con la mirada los números que indicaban que seguía subiendo.Esta cosa estaba terminando con mi paciencia. ¿Acaso también se llamaba Rose?Esa chica... jodida terca. ¿Podía esperar a que yo regresara?No. Estaba seguro de que pensó que los Bersakers eran un buen juguete nuevo para practicar a quién patearle las bolas. Le gritaría un buen sermón cuando la encontrara. La puerta del elevador se abrió por fin y lo primero que vi fueron dos Bersaker muertos sobre el suelo.Bueno, al menos estaba con el Alfa Frederick y no sería fácilmente herida de grave... Me tensé al escuchar un grito desgarrador de mi pareja justo a mitad de mi pensamiento.De alguna forma me moví como el maldito viento y mi visión se desdibujó... me perdí.Lo siguiente que supe es que tenía dolor. Sentía como si hubiera aterrizado sobr
Bastian.-Malditas moscas molestas. Ha terminado el tiempo de juegos.- Dijo arrancándose de un tirón el bastón afilado de Rose. Lo arrojó hacia la pared.Se lanzó hacia nosotros y yo me interpuse en el camino transformándome en lobo. Necesitaría la agilidad de mi parte animal para distraer al tipo y darle tiempo al Alfa Frederick para que volviera a la pelea.Pude darle un buen mordisco en el hombro. Algo de lo que me arrepentí después. No por el golpe de puño con el que me quitó de encima sino porque su sangre sabía repugnante.Rodé un poco por el piso sintiendo los vidrios enterrarse un poco más en mi piel, pero no había tiempo para eso. Tenía que pensar en algo antes de que el Bersaker terminara la pelea.No era pesimista, era realista. Ni siquiera estaba seguro de que mi no cuñado con todos sus trucos pudiera contra esto. La diferencia de fuerza era abismal. ¿Funcionaría lo de los tendones también con él?Momento de averiguarlo.Él volvió a lanzarse con un gruñido molesto hacia mí
Chase. Vi a mi papá bajar por el elevador y una creciente frustración creció en mi pecho. ¿Por qué nunca estaba cuando lo necesitaba? Casi al instante me arrepentí por pensar así, no era culpa de papá que mamá fuera un poco... Rose. Tampoco era su culpa que nuestra anterior manada me rechazara desde mi nacimiento al ser hijo de... bueno, de esa loba, pero no impedía que me sintiera navegando a la deriva cuando mamá no se encontraba cerca y habían problemas.Miré al señor Fred y él tenía una expresión dura. -Tenemos que irnos de aquí, sé que los refuerzos de éstas cosas no tardarán en llegar. -¿Irnos? ¿Refuerzos? - Pregunté ampliando los ojos. - ¿A dónde? ¿No sería mejor quedarnos en la clínica? Él se bajó a la altura de mis ojos. En sus pequeñas pupilas desenfocadas se adivinaba algo parecido a la resignación. -No vamos a ser capaces de enfrentarnos a los refuerzos, Chase. -¿Qué? - Murmuré en tono bajo. - Contigo, mamá y papá... -No, cachorro. Viste a tu padre, no has visto a R
Chase.Me pregunté brevemente dónde estaría mamá, sería de gran ayuda con un plan totalmente loco pero que saldría bien al final ya que ella tenía ese tipo de suerte. Esperaba que estuviera bien, papá no dijo nada sobre ella y el señor Fred solo dijo que estaba herida; conociéndola, eso no le impediría seguir pateando traseros. Eso me preocupaba un poco.Seguí dando indicaciones a los guardias para que un tercio de ellos se adelantara y despejara el camino mientras que el resto protegía a la manada que corría en su forma de lobo. La forma de avanzar en hilera era poco práctica, pero no teníamos muchas opciones.El plan era simple: Llevarlos a todos juntos de alguna forma y sin perder a nadie por el camino hasta el árbol de Noa.Alfa Noa ya nos había hecho una pequeña casa en el árbol para los cachorros, quizá podría hacer una versión más grande. También podría darnos algunas manzanas y quizá sobreviviéramos un par de días a base de jugo de manzana. En cuestión a la protección... ci
Bastian.Era una situación desesperada en más de un sentido.Sabía que los guardias y el Alfa Frederick podrían encargarse de los Bersakers que pudieran encontrarse arriba por un periodo limitado de tiempo.Rose quizá estaba agonizando y no podía darme el lujo de creer que su súper sanación volviera a ella. No después de la cantidad de tiempo que le había tomado simplemente recuperarse del parto. Eso había sido realmente extraño. Normalmente se curaba con facilidad hasta que tuvo a nuestros hijos.En cuanto tuviera oportunidad, preguntaría a Nuestra Gran Madre al respecto... si es que volvía a concederme una audiciencia. Lo primero que vi al abrirse las puertas de ese elevador fueron a un gran grupo de Bersakers destruyendo el lugar.No tenía tiempo para jugar con ellos, así que simplemente dejé que la furia que aun contenía, se desatara por completo.A la m****a las consecuencias. Solo esperaba que después de perder la noción sobre mí mismo, pudiera regresar a la realidad y que no s