Bastian.Pasó exactamente una hora para que regresara el Halcón. En ese tiempo me dediqué a escuchar a mi espíritu interior, respirar muy lento y pedirle un deseo a la estrella del Norte porque no podía hacer que mi cuerpo fuera invisible o la m****a que hacía el Alfa Frederick. Incluso había salido de la seguridad del Altar para averiguar si lo había conseguido. No lo hice, solo provoqué que los Bersakers mirarán al mismo tiempo en mi dirección. Hablando de cosas irónicas.El Halcón aterrizó junto a mí y me miró con curiosidad antes de mirar a las criaturas babeantes al frente. Suspiré. Quizá si tendría que salir de aquí con mis propias garras, literalmente.-¿Has averiguado algo?El Halcón asintió pero no se transformó, lo que me pareció extraño. -¿Qué sucede?Él volvió a mirar en dirección de los Bersakers insistentemente.-Joder. Si no quieres que sepan de tu especie, ¿Cómo pretendes decirme qué es lo que averiguaste?Él alzó un ala y señaló más allá de las criaturas.-Debes d
Chase.-No creo que sea una buena idea. - Dije a mamá mientras ella preparaba algunos pañales para mis hermanos.-Por supuesto que no lo es. - Dijo rodando los ojos. - Pero, ¿Qué opción tenemos? Quisiera que el grupo uno y tres se fusionaran para escoltar a los lobos arriba cuando evacuemos. Tristemente, eso solo se logrará si nadie muere o resulta herido mientras exploramos la clínica.-¿Por qué no mejor esperar a que aparezca papa? - Pregunté tratando de razonar con ella. - Pueden ir ustedes solos, con sus fuerzas combinadas podrían patear a todos los Bersakers que se encuentren en su camino. -Si, podríamos. - Dijo con un suspiro de anhelo. - Una cita perfecta: Tu padre y yo, juntos cortando cabezas y bailando bajo el sol sobre la sangre de nuestros enemigos... Tristemente, no sé dónde o qué está haciendo tu padre y debo de encargarme de todos por aquí con la información que tenemos disponible. Las ideas de diversión de mamá eran... peculiares, así que no preguntaría al respecto.-
Rose.Yo no coqueteaba con el peligro, era el peligro el que tocaba a mi puerta con una descarada sonrisa y una invitación al baile del príncipe.¡Ja! Ahora yo era un Pollo princesa.El elevador de la entrada de la clínica subía muy lentamente. Mi propio carruaje que me llevaba al evento principal.No quería decirlo delante de nadie de la manada pero estaba preocupada. Preocupada por el cabezota de mi pareja quien seguramente haría alguna tontería como atraer la atención de los Bersakers para darle una oportunidad de escapar a nuestro pueblo.Eso era tan increíblemente sensual.Sacudí la cabeza y me concentré en lo que estaba pasando. Una advertencia hubiera estado bien.No se lo había contado a nadie, pero la deidad lobuna, apodada cariñosamente como la "Diosa perra" me había visitado en sueños.Más específicamente, mientras agonizaba en la sala de partos y después de eso.Esta vez no me había llevado a su extraño "más allá" y ni siquiera me había amenazado como de costumbre. Simpleme
Rose.Sujeté con firmeza mi bastón. Frente a mi habían dos hombres de dudosa higiene general mirándome con cara de curiosidad. -Así que en este elevador se encuentra una de las entradas al pequeño agujero en donde se esconden las ratas. - Dijo con una asquerosa sonrisa.-¿Quieres que te ahorremos mucho dolor, pequeña?- Dijo el otro tipo. - Sé buena y llévanos contigo.Salí del elevador y enseguida escuché el inconfundible sonido del llamado del elevador. Alguien intentaba subir.M****a, ¿Sería mi cachorro?Sin pensar, alcé mi bastón para atacar la tráquea del último que había hablado. Mientras se llevaba las manos a la garganta, yo esquivé las garras de su amigo.Al ver que no podría contra mí, decidió transformarse... en Bersaker. Primero su cara comenzó a deformarse como si se estuviera derritiendo, luego el crujido de sus huesos me puso los pelos de punta. Hacía horribles sonidos de ruptura y la piel comenzaba a tener algunas leves heridas. Cuando terminó, yo quería vomitar.-Ese
Rose.Mi estrategia era clara.Trataría de sacar la máxima información posible de esta criatura, conectaría algunos golpes y no moriría hasta que se me ocurriera un mejor plan.Más fácil decirlo que hacerlo.Normalmente tenía confianza en mis habilidades, pero en este momento me encontraba en un punto de mi vida en el que había vuelto a sentir miedo de la muerte. Y la muerte tenía una cara grotesca.-Interesante. - Dije entre dientes agarrando mi costado. - Dices que estás en la cima pero... ¿Qué hay de los tigres? ¿Qué hay de las panteras? ¿Existen hombres conejo?Él se rió y lanzó otro puñetazo a mi cara que esquivé a duras penas.-Los cambiaformas unicamente somos depredadores. En alguna época existieron serpientes, pumas... creo que incluso algunos coyotes. Sin embargo, ellos perecieron porque tenían la estúpida creencia de que unir sus genes con los de los humanos o los de otros cambiaformas era una excelente idea. -¿No... lo fue?-No. Sus genes solo se fueron perdiendo generaci
Chase.Y aquí estaba yo, alimentando a mis hermanos mientras escuchaba la historia del Halcón cuando una nueva conmoción llegó a mis oídos.Algunos guardias comenzaron a gritar y otros gritos se escucharon. Vi pasar por la entrada del comedor a varios miembros de la manada en pánico, pero fueron sus exclamaciones de "¡Están aquí!" lo que hizo que me levantara de mi asiento.-Mamá, papá o el señor Fred no están. - Murmuré cuando algunos guardias corrieron hacia mí en busca de ellos. Sus expresiones horrorizadas y de pánico activaron algún tipo de instinto en mí. - ¿Cuántos y por dónde entraron?-Por la... la biblioteca. Al... al menos diez. - Dijo tartamudeando uno de ellos. - El resto de los guardias trata de contenerlos mientras recibimos indicaciones.Mi cerebro trabajaba a toda velocidad. Que estuvieran aquí significaba que los guardias secuestrados les dieron la información... y que sabían exactamente dónde estaban las entradas y salidas del lugar.El Halcón dijo que estaban cerca
Bastian.El elevador subía jodidamente lento. Tan lento como si se estuviera burlando de mí.Unos segundos después sentí que disminuyó la velocidad a propósito cuando comencé a matar con la mirada los números que indicaban que seguía subiendo.Esta cosa estaba terminando con mi paciencia. ¿Acaso también se llamaba Rose?Esa chica... jodida terca. ¿Podía esperar a que yo regresara?No. Estaba seguro de que pensó que los Bersakers eran un buen juguete nuevo para practicar a quién patearle las bolas. Le gritaría un buen sermón cuando la encontrara. La puerta del elevador se abrió por fin y lo primero que vi fueron dos Bersaker muertos sobre el suelo.Bueno, al menos estaba con el Alfa Frederick y no sería fácilmente herida de grave... Me tensé al escuchar un grito desgarrador de mi pareja justo a mitad de mi pensamiento.De alguna forma me moví como el maldito viento y mi visión se desdibujó... me perdí.Lo siguiente que supe es que tenía dolor. Sentía como si hubiera aterrizado sobr
Bastian.-Malditas moscas molestas. Ha terminado el tiempo de juegos.- Dijo arrancándose de un tirón el bastón afilado de Rose. Lo arrojó hacia la pared.Se lanzó hacia nosotros y yo me interpuse en el camino transformándome en lobo. Necesitaría la agilidad de mi parte animal para distraer al tipo y darle tiempo al Alfa Frederick para que volviera a la pelea.Pude darle un buen mordisco en el hombro. Algo de lo que me arrepentí después. No por el golpe de puño con el que me quitó de encima sino porque su sangre sabía repugnante.Rodé un poco por el piso sintiendo los vidrios enterrarse un poco más en mi piel, pero no había tiempo para eso. Tenía que pensar en algo antes de que el Bersaker terminara la pelea.No era pesimista, era realista. Ni siquiera estaba seguro de que mi no cuñado con todos sus trucos pudiera contra esto. La diferencia de fuerza era abismal. ¿Funcionaría lo de los tendones también con él?Momento de averiguarlo.Él volvió a lanzarse con un gruñido molesto hacia mí