Bastian. Esa posibilidad pesaba en mi mente. Cuando maté a mi padre y me hice cargo de la manada desde su oficina, investigué sus negocios (o falta de ellos) muy a fondo, así que sabía que no estaba involucrado en el negocio de esta llamada Organización; pero la pregunta era... ¿Por qué? En el último año supimos que de las nueve manadas al menos seis estaban involucradas con estos infelices de una u otra forma, pero papá parecía completamente limpio. Si mi sueño era en realidad un recuerdo, entonces tuvo contacto con la Organización. Simplemente no usó sus servicios o no cooperó con ellos después de lo que me sucedió. Salí de la habitación con cuidado de no despertar a nadie. Me dirigí a la zona de las duchas y me encerré en uno de los muchos cubículos. Todo se encontraba en silencio a esta hora. Me desnudé y dejé la ropa a un lado para encender el agua fría. Era un viejo hábito el no usar agua caliente desde niño. Justo por la época en la que la primera pesadilla apareció ya q
Bastian. Dejé una nota para mi pareja antes de partir junto al grupo de guardias que ya se encontraban reunidos en la entrada de la puerta que conducía hacia la tienda de ropa. ¿Por qué elegí esta en específico? Porque tenías que pasar por dos filtros de seguridad para poder salir o entrar; todos sabían que era la más segura así que era un misterio para mí el por qué el Alfa Frederick había escogido la que llevaba a un callejón a lado del cinema. Con esa entrada prácticamente tendría que recorrer media manada para llegar al nuevo Altar a Nuestra Gran Madre. Yo iniciaría buscando en el punto exacto en el que se suponía que había ido el Alfa.En el túnel que conducía hacia la superficie, comencé a dar indicaciones.-Vamos a revisar cuál es la situación arriba. Si podemos, vamos a tomar algunos suministros de comida pero la misión principal es ver si las criaturas se han reunido en algún punto o se encuentras dispersas. Evitaremos el conflicto, pero si no hay más remedio, lucharemos e
Bastian. Mi plan era sencillo. La tienda de comestibles se encontraba cerca del Altar a Nuestra Gran Madre, así que aprovecharíamos el viaje para surtirnos con un poco de comida. No es como si actuamente se estuvieran quejando por el encierro, pero de todas formas tendríamos que idear una forma de abastecernos a corto plazo. A lo lejos se podía ver el humo de cosas ardiendo. No me preocupaba ya que eso había estado sucediendo desde que la manda había sido invadida por estas criaturas, aunque me parecía extraño que aun se encontraran ardiendo. Al dar la vuelta a la esquina me congelé. Jodidas cosas, eran súper silenciosas también. Ahí en medio de la calle, alimentando mi teoría de que tenían cierta inteligencia, se encontraban cuatro criaturas alimentando el fuego con lo que claramente eran restos de las nuevas cabañas que habíamos terminado de construir hacía poco. Casi gruñí. Di unos pasos atrás lo más discretamente posible pero fue en vano, los cuatro giraron sus cabezas en n
Bastian. Giré rápidamente para encontrar que, efectivamente, teníamos un enemigo a la vista. O, al menos, a mi vista. Saqué mis garras y esa fue suficiente invitación para la criatura que se encontraba a algunos metros de distancia. Corrió hacia mí y yo solo afiancé mis pies a la tierra esperando que llegara a mi alcance. En cuanto estuvo cerca, se arrojó con las garras por delante hacia mi cabeza. Yo caí sobre mis rodillas soportando el impacto para cortar con mis garras sus rodillas y lanzarme con fuerza hacia un costado para girar una vez más y cortar sus talones. Cayó y solo fue cuestión de un minuto separar la cabeza de su cuello. -Ah, veo que finalmente lo resolviste. - Dijo Alfa Frederick sin parecer perturbado en lo más mínimo. -¿Se ha vuelto loco? - Pregunté levantándome para mirarlo con incredulidad. - ¿Por qué m****a salió del Lugar Seguro solo? -Porque puedo. Yo maldije mientras pasaba una de mis manos por mi cabello antes de recordar que lo tenía lleno de sangre.
Frederick. (Unas horas antes) El callejón se encontraba despejado. El camuflaje de Alfa nunca había servido a un mejor propósito. Caminé con las manos en los bolsillos. Tenía curiosidad por saber qué tan fuertes eran las criaturas que Bastian y Chase describían, pero no quería luchar contra ellas si no había necesidad. La brisa nocturna olía a humo, así que supe que esas cosas continuaban con su alegre destrucción como el día en que la muralla hecha por el Alfa Noa cayó. Bueno, supongo que era un plan a corto plazo; seguramente Noa solo quiso comprar tiempo para que la manada pudiera terminar de evacuar. Un buen Alfa tanto en vida como en muerte. Casi sonreí cuando recordé el día en que Rose había descubierto que, de hecho, Noa era algo así como mi sobrino. Ah, mi tiempo con él traía muchos buenos recuerdos. El cachorro se quejaba mucho del entrenamiento intensivo que le había dado para poder heredar la manada; había valido la pena el esfuerzo. Un día era un cachorro asustadizo
Bastian. -¿Estás listo, cachorro? - Preguntó el Alfa Frederick tocando uno de mis hombros. Quizá habían pasado cerca de cinco minutos desde que mi cerebro comenzó a trabajar a toda velocidad. -¿Vamos a comparar notas? - Pregunté con cansancio. -¿De que m****a hablas? -De que probablemente debamos saber la pregunta del otro para que no preguntemos lo mismo. - Dije como un jodido trabalenguas. -No lo haremos. Tu mente funciona muy diferente de la mía. -Bueno, si pero... -Pero nada. Estamos listos. Yo lo miré con incredulidad. -Yo no estoy... -Gran Madre, estamos listos. - Dijo él en voz alta cortando de tajo lo que estaba por decir. Jodido abuelo loco. Un cálido viento sopló en nuestra dirección y enseguida me arrodillé con reverencia. Alfa Frederick hizo lo mismo solo que más lentamente. -Mis hijos... - Susurró la suave voz. - ¿Qué puedo hacer por ustedes? Lo mejor que yo podía hacer era esperar y escuchar qué m****a iba a preguntar Alfa Frederick. Después podría modifica
Bastian.¿Qué tan extraño era abir los ojos y mirar fíjamente a un halcón?Muy jodidamente extraño.-¿Podemos ir a desayunar ahora? - Preguntó Alfa Frederick enderazando el torso.Miré la posición del sol.-¿Cuánto tiempo ha pasado?-Quizá una hora, cachorro. No más que eso según mi estómago.Yo suspiré y me levanté.-Dejé a un par de guardias en la tienda de comestibles. Las criaturas...-Bersakers.-¿Perdón?-Bersakers. Así se llaman. - Dijo él encogiéndose de hombros.-¿Y cómo m****a lo sabe? - Pregunté con curiosidad.-Te lo dije, soy muy competente. ¿Acaso crees que solo salí del lugar seguro para dormir bajo las estrellas? Por supuesto que no. Estuve pensando con seriedad en la pregunta que le haría a Nuestra Gran Madre desde antes de que llegaras y, además, me encargué de averiguar que los Bersakers planean cortar nuestro suministro de agua mientras llegan más refuerzos al territorio. Fueron horas muy largas, cachorro.-Usted... bueno, joder. - Dije bastante impresionado.Yo sol
Bastian.-¡Vayan a la entrada más próxima, dejen la comida! Bloqueen esa entrada o cacen a los que hayan podido entrar. - Bociferé utilizando el comando Alfa. Los lobos corrieron a cumplir mis órdenes. El Alfa Frederick se quedó a mi lado.-¿Distracción? - Preguntó él.-Si. Necesito alejarnos de ahí. - Dije sacando las garras.-¿Qué piensas hacer? - Preguntó con curiosidad. -Quizá arrojar algo contra el cristal desde un de los edificios cercanos. - Murmuré mirando a nuestro al rededor a toda velocidad.El Alfa se rió y yo Murmuré distraídamente.-¿Tiene un plan mejor? -¿Por quién me tomas, cachorro? - Dijo con un bufido antes de llevar dos de sus dedos a la boca y silbar para destrozar cualquier oído cercano. Incluso yo di un respingo involuntario.Como si fueran uno, los Bersakers levantaron la vista y se levantaron en dos patas para ubicar la fuente del sonido.Joder, quizá ni siquiera habían entrado al sitio seguro y solo se encontraban en cuatro patas por lo que no los había vi