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Matrimonio rápido: Un millonario como reemplazo
Sinopsis

Kenzie Wright necesitaba un tipo de reemplazo y un multimillonario con quién ella coqueto era el hombre perfecto para este trabajo.Para su sorpresa, el mismo hombre llamativo, Andrew Kentworthy, estaba decidido a casarse con ella en un abrir y cerrar de ojos.***"Paso uno, salir del país. Listo. Paso dos, encontrar un reemplazo", Kenzie recordó después de entrar en un bar exclusivo. Sus ojos escanearon cada rincón del lugar y detectar al mejor candidato, llevó a cabo: "¡Bingo! ”Kenzie caminó con emoción hacia un extraño alto y guapo. Ella se aferró a su musculoso brazo y dijo: “Hola, cariño. Ahí tienes. Te he estado buscando por todas partes.“Imaginó varios escenarios en su cabeza, concluyendo cómo funcionaría, pero la reacción del hombre no fue la que esperaba.Con una sonrisa en su rostro, el hombre respondió: “Bueno, si no eres mi encantadora esposa. Sabía que no podías levantarte de la cama después de lo que hicimos anoche.“'Espera. ¿Qué? ¿Anoche? ¿Esposa?' Antes de que Kenzie pudiera responder, sus labios cayeron sobre los de ella, saboreando cariñosamente sus deliciosos bordes.'¡Desvergonzado!' Gritó en silencio, con los ojos radiantes al hermoso hombre mientras sus rodillas se debilitaban con su sabor a menta.Independientemente de las palabras del hombre, Kenzie confirmó que el extraño era el reemplazo perfecto y tal vez... solo tal vez... incluso más.

Capítulo 1 El chico de repuesto

Navegando hacia el mar Mediterráneo, el Crucero Imperial, uno de los más grandes cruceros de Europa, iba a la deriva cuando el sol empezaba a ponerse. En uno de los humildes camarotes en la parte inferior, había una chica de tristes ojos azules, con la mirada puesta en el mar.

Sus mechones dorados revoloteaban contra la brisa del océano, y sus delgados y rosados labios fruncidos.

Los ojos de Kenzie revoloteaban mientras se encontraba en una profunda reflexión. Tenía sus emociones descontroladas mientras se apoyaba en la barandilla. Carraspeó antes de buscar su teléfono en el bolsillo de la chaqueta. No pudo evitar revisar sus mensajes, ya que había acumulado más de cuarenta en un solo día.

Brad: [Kenzie, nena, lo siento. No quería lastimarte. Por favor, vuelve. Terminaré las cosas con Alyssa. Lo prometo. Fue un error].

Brad: [Nena, ¿puedes decirle a tu padre que no cancele mis patrocinios? Te juro que seré un buen novio de ahora en adelante].

Kenzie puso los ojos en blanco ante la súplica de su novio, o mejor dicho, de su ex novio. Por muy guapo que fuera, la verdad era que le había mentido durante toda su relación.

Apenas una semana atrás, encontró a Brad en la cama con una amiga, una compañera de trabajo, Alyssa, dentro de la habitación de su apartamento. Fue la mayor sorpresa de su vida ver dos cuerpos completamente desnudos uno encima del otro, ¡gimiendo y gruñendo de placer!

‘¿Qué posible excusa podía dar?’, pensó. ‘Nena, nos emborrachamos y se nos fue de las manos. Fue solo un error’.

¡Sería increíblemente tonta si creyera eso!

No. La verdad era que ellos siempre habían sido pareja, incluso antes de que Brad la cortejara. La realidad era que resultó ser ella la tercera persona de la relación y no tenía ni idea.

Kenzie recordaba el mismo día en que Brad acudió a una de sus audiciones. Parecía un sueño hecho realidad, pero en retrospectiva, se dio cuenta de que todo había estado planeado desde el principio; ¡su encuentro, el cortejo, sus besos y todos los momentos dulces no eran más que un acto para que ella cayera y ofreciera lo que tenía!

¡Ellos aprovecharon sin reservas lo que ella podía ofrecer!

Al sentir que una lágrima rodaba por su cara, Kenzie se la secó rápidamente con los dedos. Se deshizo del dolor antes de volver a revisar sus otros mensajes.

Lindsey: [¿En serio, Kenzie? ¿Te vas sin decir nada? ¿Separarnos? ¡Acabamos de empezar! ¿Cómo pudiste hacernos esto? ¡Nuestros sueños juntos! ¿Pensé que éramos amigas?].

Tamara: [Kenzie, por favor, vuelve. ¿Qué hicimos mal?].

Alyssa: [Kenzie, lo mío con Brad terminó. Fue un error. Lo siento mucho. Créeme].

Collette: [Kenzie, ¿por qué involucrarme en esto? ¿Cómo pudiste hacerle esto a tus amigas? ¿A nosotras? ¿A tus sueños? ¡Vuelve aquí y arregla esto! ¿Qué le hemos hecho a tu padre para merecer esto?].

“Amigas y una mierda”. Un resoplido salió de los labios de Kenzie mientras leía todo. En todo caso, Collette, su representante, era el cerebro del plan.

El día en el que había descubierto que su novio la engañaba con Alyssa, le robó el teléfono y, hasta ese momento, nadie sabía que estaba en su poder. Fue allí donde vio el chat grupal. Estaban todos en él: su representante, su novio y sus supuestas amigas.

¿Cómo podría olvidar lo que había leído? ¡El descubrimiento fue completamente desgarrador!

***RECUERDO [MENSAJES DEL CHAT GRUPAL]***

Collette: Brad, creo que Kenzie está de camino a tu apartamento. Será mejor que tú y Alyssa no estén tonteando o nos descubrirán a todos. Todos hemos trabajado duro en esto durante mucho tiempo.

Tamara: Dales un respiro, Collette. Alyssa y Brad no se han visto por mucho tiempo. Se extrañan demasiado. ¡Kenzie ha estado aferrada a Brad durante un mes entero!

Lindsey: Tammy, ¿por qué no llamas a Kenzie y la invitas a salir?

Tamara: ¡No! Estoy cansada de sonreír frente a ella todo el día y escuchar su mundo perfecto. Invítala tú.

Collette: Tammy, ¡invítala tú! Lindsey lo hizo la semana pasada. Es tu turno de actuar.

***FIN DEL RECUERDO***

Esa era solo la primera parte de su conversación en el chat grupal. Se remontaba incluso al momento en que Kenzie había empezado a trabajar con las chicas, el grupo al que consideraba sus hermanas del alma. Tamara, Lindsey y Alyssa habían fingido ante ella desde el principio.

Al final, todo lo hacían para conseguir lo que querían.

¿Por qué? ¿Qué había hecho ella para merecer eso? No tenía ni la menor idea. Todo lo que leía era que se quejaban de su vida perfecta.

¿Era su culpa? No podía evitar que su padre la quisiera tanto como para darle todo lo que deseaba. Pero en ese momento, sintió que tal vez eso no era una buena idea, después de todo. Ella no comprendía cómo la gente podía fácilmente envidiar lo ideal que parecía ser su vida.

“Ya basta, Kenzie. Recuerda por qué estás aquí en este maravilloso crucero europeo de dos semanas”. Se dijo ella a sí misma. “¡Sí, eso es! Supera esto y encuentra un hombre al quien amar”.

Respiró hondo y se corrigió a sí misma: “O usarlo como segundo plato”.

¡Sí, eso es! Lo que Kenzie necesitaba en ese momento… era un chico de repuesto. ‘Todo se vale en el amor y en la guerra. En mi caso, en el desamor’.

“Esto es libertad. Experimentar la vida al máximo”, continuó ella antes de volver a mirar su teléfono.

Vio cómo sus padres también habían intentado llamarla, incluso sus hermanos. Sabía que todos estaban preocupados por ella, pero sentía que era necesario. Tenía que alejarse y experimentar la vida por sí misma sin la ayuda de su padre.

Esta situación hizo que Kenzie se diera cuenta de que había estado demasiado protegida durante mucho tiempo.

Después del crucero Europeo, ella estaba decidida a salir adelante por su cuenta en la ciudad de Londres.

Al ver la hora, volvió a mirar su humilde camarote estándar y se convenció a sí misma: “Bueno, será mejor que me prepare. Hoy es la noche”.

***

Encontrar un chico de repuesto resultó ser más difícil de lo que Kenzie pensaba. Después de todo, ella tenía estándares. Sin mencionar cómo la mayoría de los hombres tenían pareja en el crucero.

‘Por supuesto. ¡La mayoría de los hombres están de luna de miel!’, exclamó para sus adentros. Kenzie había bajado del bar de la piscina al bar exclusivo del crucero.

Con su magnífico cuerpo, su esbelta figura y sus pechos de buen tamaño, todos los ojos de los hombres estaban puestos en ella, pero no se iría con los que claramente estaban con sus amadas. De ninguna manera. Ella no era ese tipo de chica.

“Primer paso, dejar el país. Ya lo hice. Paso dos, encontrar un chico de repuesto. Eso es todo, Kenzie. Tienes que hacer que suceda”, murmuró mientras caminaba con su vestido rojo. Sus ojos azul eléctrico examinaron todos los rincones del lugar y, finalmente, divisó al candidato adecuado.

“¡Bingo! ¡Oh, sí! ¡Definitivamente es mi tipo!”. Se decidió, asintiendo con la cabeza al ver al hombre alto y guapo, transmitiendo una vibra similar a la de su hermano gemelo… al menos de lejos.

Desde donde estaba, Kenzie pudo ver cómo el hombre había estado intentando alejar a una hermosa pelinegra, diciendo que no estaba interesado en ella. A ella le pareció que necesitaba que lo salvaran, de todos modos.

Ella solo podía esperar que el hombre no estuviera casado o que no estuviera en una cita, porque había decidido que el desconocido sería “ÉL” chico.

¡Sí! Su chico de repuesto.

Esbozando su amable sonrisa, Kenzie se acercó sedienta al desconocido alto y agradable. Se agarró a su brazo musculoso y tiró de su cuerpo para que la mirara. En cuanto sus miradas se encontraron, ella dijo: “Hola, cariño, aquí estás. Te he estado buscando por todas partes”.

Imaginó varios escenarios en su cabeza, concluyendo cómo se llevaría a cabo, pero la reacción del hombre no fue exactamente como ella esperaba.

Por un segundo, vio la expresión totalmente sorprendida del elegante hombre, pero una clara picardía la reemplazó rápidamente. Con una sonrisa de oreja a oreja, el hombre respondió: “Vaya, pero si es mi encantadora esposa. Sabía que no podrías salir de la cama después de lo que hicimos anoche”.

‘Espera. ¿Qué? ¿Anoche? ¿Esposa?’. Antes de que Kenzie pudiera responder, sintió que unos brazos rodeaban su cintura y que su cuerpo era atraído hacia el magnífico porte del hombre. En una fracción de segundo, los labios de él se estrellaron contra los deliciosos de ella y los saboreó hambrientamente.

‘¡Ay, Dios mío! ¿Qué tan desvergonzado es este hombre?’, gritó ella para sus adentros, con los ojos encendidos ante el magnífico chico mientras sus rodillas se debilitaban ante su sabor a menta.

Las manos de Kenzie se presionaron contra el sólido pecho de él y, al sentir su cuerpo, no pudo evitar afirmar para sus adentros: ‘¡Pero él es tan malditamente sensual!’.

A los pocos segundos de haberse besado, el hombre finalmente se separó. Presionó sus labios contra la oreja de Kenzie y se presentó: “Cariño, me llamo Andrew. Recuérdalo bien, lo gritarás más tarde”.

Con los ojos exageradamente abiertos, Kenzie no pudo evitar quedar con la boca abierta. Concluyó: ‘¡Descarado!’.
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