Segundo capítulo mis cariñitooooooos!!! en la noche trataré de darles uno más!! besooooooos
PenelopeLas últimas horas han sido una completa tortura.Luego de que me lanzara sobre Anastasia y que la noticia de la m4ldita boda cayera sobre mí, he sido encerrada en esta habitación y siento que estoy a punto de enloquecer.No sé bien cuánto tiempo ha pasado, pero el agotamiento, debido al llanto y los gritos, está empezando a pasarme factura.No sé que hora es cuándo finalmente escucho lo que parecen ser pasos fuera de la puerta y de inmediato hago lo posible para ponerme a la defensiva cuándo la puerta se abre y el rostro del alfa Frederick aparece enfrente de mí.Está llevando esa sonrisa siniestra que ha tenido desde la primera vez que hablamos hace ya tanto tiempo.—Espero que esta habitación haya sido mucho más cómoda que el calabozo, cariño—me dice, cómo si estuviéramos hablando del clima y no me tuviera secuestrada.—Preferiría no tener que dormir en ninguna de las dos—le digo y sé que mi comentario no le ha gustado nada aunque siga sonriendo.Quiero golpearme por haber s
PenelopeEsto es cómo si acabara de despertar en medio de una pesadilla y todo estuviera pasando en cámara lenta a mi alrededor.Puedo ver como Robert toma a Marcus de la camisa y lo amarra en una silla al lado de todas esas mladit4as herramientas de tortura y sieto que la respiración se me ha quedado atorada en el pecho y la sangre ha abandonado del todo mi rostro.—¿Qué estás haciendo?—digo, e intento acercarme a Marcus, pero el alfa me sostiene con fuerza manteniéndome en mi lugar.—Ya te lo dijo mi padre—dice Rober con esa sonrisa espeluznante—Te estamos dando motivación, si no quieres modificar a nuestro invitado, me encargaré de hacerle unos arreglos al tuyo.NO. NO.NO...Esto está muy, muy mal. Lo último que quiero es que lastimen a Marcus, diosa, aún ni siquiera entiendo porque lo han traído conmigo, pero tampoco me imagino quitandole la humanidad a ese pobre chico. Porque eso es lo quieres que haga. Esas bestias queme atacaron en la manada de Samuel no parecían tener ningún l
NicklausLa cabaña se siente pequeña debido a la tensión que hay en el ambiente. Sé que Blake no se ha separado de mi lado para evitar que le lance sobre Natasha y le arranque la cabeza.La verdad es que ganas no me faltan en absoluto, en especial mientras la escucho lloriquear sobre que la estamos culpando injustamente.—¡Están siendo injustos!—vuelve a gritar Natasha, mientras intenta zafarse de los amarres que el alfa Samuel le ha hecho con las cadenas de plata que usa para interrogatorios.—Ni siquiera tienen pruebas.—TE METISTE EN MI CABEZA—Grita Samuel desesperado—No necesito pruebas, lo recuerdo todo, ahora habla.El lugar está oscuro y el aire espeso con la urgencia de cada segundo que pasa sin saber dónde está Penélope. Natasha sigue atada a una silla en el centro de la habitación, su expresión una mezcla de miedo y desafío. Blake y Lila están a mi lado, mirándola con desconfianza.—No he hecho nada —dice Natasha, su voz temblando—. No sé de qué me están acusando. Soy inocen
NicklausDespués de la revelación de Natasha todo pasa como un borrón frente a mis ojos mientras organizo todo para irme lo más rápido posible en busca de peaches.Y aunque esto es algo que quisiera hacer solo, en el instante en que Blake y Lila se colocan a mi lado se que no habrá manera de persuadirlos.—Alguien debe quedarse con Micka—le digo a Blake, porque ni loco voy a llevar al cachorro a nuestro plan suicida.—Samuel ha dicho que puede cuidarlo mientras vamos, no vas a convencerme de no ir, Nick.Tenso la quijada porque aunque sé que tiene razón y tengo más probabilidades yendo acompañado, no me termina de gustar la idea de dejar a Micka con desconocidos.—No se si eso me tranquiliza.Blake deja salir un suspiro y me mira con el ceño fruncido.—Si vas tu solo tienes más posibilidades de acabar muerto y Penny seguir secuestrada que si vamos todos.Una hora después ya estamos listos para irnos.Las puertas de la manada de Samuel están abiertas, y él me espera con una expresión se
PenelopeNo sé bien qué pasó después de que acabé el hechizo, solo sé que desperté en una habitación, con mis manos encadenadas a la cama.La imagen del chico perdiendo su humanidad se repite en mi mente una y otra y otra vez, y no me permite dormir.Cada vez que cierro los ojos la imagen del muchacho pidiendo que me detenga regresa a mi mente y el dolor y el remordimiento se apoderan de mí. Pero también crece el odio que siento hacia Frederick y su asqueroso hijo.No puedo creer que sean capaces de hacer eso a la gente, aunque teniendo en cuenta que se roban a las jóvenes de la manada no debería impresionarme, pero lo hace.No sé cuántas horas han pasado,pero ya casi puedo ver el amanecer y no he podido cerrar los ojos por más de una hora y es tal vez esa la razón por la que consigo escuchar el pequeño alboroto que viene desde afuera, pero las malditas cadenas que me tienen atada a la cama no me dejan llegar a la ventana.Sin embargo, en el instante en una niebla espesa empieza a entr
Nicklaus¿Qué demonios está pasando?Estoy completamente desconcertado por lo que acaba de suceder. Penélope escuchó mis pensamientos. No sé cómo es posible, y aunque se que no es el momento ni mucho menos el lugar adecuado, no puedo simplemente ignorar lo que acaba de pasar. Miro a Penélope a los ojos, su expresión es de sorpresa y miedo.—Peaches, hagamos una prueba —le digo con urgencia—. Voy a pensar en algo y quiero que me digas si lo escuchas. Trata de concentrarte ¿De acuerdo?Ella asiente, sus ojos llenos de curiosidad y preocupación y aunque no lo dice sé que esto la está asustando. Me concentro en lo mucho que la extrañé, en el dolor que sentí al creer que nunca volvería a verla.—Te extrañé tanto, Peaches —pienso, con todo mi ser enfocado en transmitir ese mensaje.—Yo también te extrañé, Nick —responde ella, su voz temblando.Nos miramos, asombrados y confusos. De alguna forma, estamos conectados de una manera que jamás pensé posible y no entiendo en qué momento ocurrió. C
PenelopeDestrozada, así es como me siento mientras vuelvo a meterme en la maldit4 habitación en la que he estado cautiva, pero sé que es algo que tengo que hacer. Irme con Nicklaus teniendo este hechizo encima solo lo pondría en riesgo a él y los demás.Las emociones que sentí, el odio que había dentro de mi es algo que me asusta demasiado como para arriesgarme. Confío en que Lila va a encontrar la manera de romper lo que sea que me han hecho y espero que lo haga antes de la próxima luna llena.Eso es algo que no le he dicho a Nick, pero tampoco teníamos tiempo, estábamos en medio de un rescate y se que si se lo decía entonces me iba a terminar llevando a rastras y todo iba a terminar muy mal.Al menos ahora tenemos la ventaja. Frederick no sabe que él está cerca, Marcus se fue y todo lo que pasó será visto como el plan de escape del beta y con algo de suerte no van a poner demasiada atención en mí.Lo que empieza como un murmullo fuera de mi habitación se convierte en un escándalo de
PenelopeMe llevan a la dichosa reunión con la persona misteriosa.Con cada paso que doy siento que el corazón me va a estallar del pecho,estoy haciendo todo lo posible por ocultar un poco del miedo que recorre mis venas y conseguir pensar en un plan que me mantenga viva hasta que Lila pueda darle a Nick luz verde para sacarme de aquí.Finalmente entramos en la habitación y lo primero que veo es a Frederick esbozando esa sonrisa asquerosa y a su lado se encuentra una mujer que no conozco pero que de inmediato me da escalofríos.La mujer irradia poder, una presencia oscura y siniestra que envuelve la habitación. Su mirada es fría y penetrante, y siento que todos los vellos de mi cuerpo se erizan al verla. Tiene el cabello negro y la piel achocolata, sus labios pintados de rojo se estiran en una sonrisa al verme llegar.—Penélope, querida, lamento mucho lo de tu amigo. Definitivamente ya no se puede confíar en nadie en estos días—me dice Frederick y es aquí cuándo decido que esta será mi