Buenas , buenas, cariñitos!!! Las cosas se siguen complicando para Penny. ¿Qué harían ustedes?
NatashaDesde el momento en que vi a Nick después de tantos años, supe que no había perdido mi oportunidad. Claro, lo dejé cuando fue exiliado. No quería vivir en la vergüenza ni cargar con su deshonra. Pero ahora que se ha liberado y ha recuperado su poder, sé que puede darme la vida que merezco. No pienso permitir que una chica como Penelope se interponga en mi camino.Cada movimiento que hago está calculado. Al principio, me acerqué a Nick con una expresión de remordimiento, fingiendo ser una amiga que solo busca enmendar los errores del pasado. Él siempre tuvo una debilidad por las damiselas en apuros, y planeo explotar eso al máximo.Me dirijo al pequeño estudio que Samuel le ha prestado a Nick, asegurándome de que mi mirada refleje humildad y arrepentimiento. Está revisando unos documentos, su concentración es palpable. Hago una pausa en la puerta, tomando una respiración profunda para asegurarme de que mi voz suene sincera.—Nick, ¿puedo hablar contigo un momento? —pregunto,
NicklausHan pasado cinco días desde que llegamos a la manada de Samuel y las cosas entre Penelope y yo están cada vez más distantes.No sé qué es lo que pasa, pero parece que con cada segundo ella se aleja más y más de mí y no me gusta eso, no me gusta para nada. En especial ahora que sé que mi hermano ha empezado a mover cielo y tierra para encontrarme. Eso fue lo que Samuel me dijo hace unas noches.Blake llega hasta donde me encuentro y por el gesto que trae en el rostro sé que lo que sea que vaya a decirme no me va a gustar.—¿Qué ha pasado?—pregunto de inmediato y mi amigo hace una mueca.—Primero que nada, no vayas a enloquecer ¿De acuerdo?—Esa no es una buena premisa para evitar que me descontrole.—Solo habla—le digo y entonces un pensamiento me ataca poniendome los nervios de punta—¿Tiene que ver con peaches?El hecho de que Blake guarde silencio no hace nada por mi, y debe darse cuenta cuándo un gruñido baja y puramente animal sale de mi interior.—Muy bien, muy bien, ya ent
PenelopeCada día que pasa siento cómo la inseguridad se aferra a mi pecho con garras afiladas. Natasha siempre encuentra la manera de dejarme con una presión en el pecho que no me deja respirar. Sus comentarios constantes sobre lo diferente que es Nick ahora, cómo se ve de infeliz, o cómo solía sonreír más cuando estaba con ella… Es como si cada palabra fuera un cuchillo que corta más profundo.No sé cómo he llegado a este punto, pero sé que me estoy alejando de todos, incluyendo a Nick. Quizás por eso decidí empezar a entrenar. Si algún día me encuentro sola nuevamente, debo saber cómo defenderme. Pero nunca esperé que Nick apareciera en medio de mi entrenamiento y me llevara a un picnic junto al lago. Todo esto es… romántico, debo admitirlo, y una parte de mí quiere disfrutarlo, pero la sombra de mis inseguridades sigue presente.Sus palabras me sacan de mis pensamientos y me giro para enfrentarme a él. Su expresión es una mezcla de preocupación y algo que no logro descifrar.—Pea
NicklausBesar a la chiquilla es mejor de lo que recordaba. Joder y sabía que algo de lo que pasaba tenía que ver con Natasha, pero nunca pensé que le afectara tanto. Eso es algo que pienso solucionar. Sin embargo será después de encargarme de hacerla gemir mi nombre como he querido hacer desde que nis acostamos en su celo.Decir que llegamos rápido a la habitación sería todo un eufemismo, pero no pueden culparme, ella finalmente me está dando luz verde.La tenue luz crea un ambiente cálido y acogedor, y su mirada, mezcla de nerviosismo y expectación, se clava en la mía. No puedo evitar sonreír al verla así; es increíblemente adorable y, al mismo tiempo, me siento terriblemente protector.—Me llevaste por sorpresa —murmura, aún con un tono de reproche juguetón en su voz.—Te dije que tenía una sorpresa, ¿no? —le respondo, acercándome lentamente, mis ojos fijos en los suyos.Ella se sonroja, y esa sombra rosada en sus mejillas la hace aún más irresistible. Su vulnerabilidad me toca en
PenelopeMe despierto con una sensación extraña en el estómago, un malestar leve que me hace fruncir el ceño. La luz del sol entra a raudales por las cortinas, bañando la habitación con un resplandor suave y acogedor. Me estiro, buscando el calor familiar de Nick a mi lado, pero su espacio en la cama está vacío. Alzo la cabeza y veo una nota en la almohada. Con el corazón latiendo un poco más rápido, la tomo y leo:“Buenos días, peaches, me hubiera encantado quedarme contigo en cama, pero tengo reunión con el Alfa. Te espero para comer y entrenar, no seré indulgente, peaches. –Nick”Una sonrisa se forma en mis labios. La idea de pasar tiempo juntos, especialmente entrenando, me llena de anticipación. Especialmente después de lo que hicimos ayer. Diosa, solo recordarlo hace que mis dedos de los pies se encojan.Me apresuro a asearme y cambiarme, queriendo aprovechar al máximo el día que tenemos por delante.Cuando salgo de la habitación tengo una enorme sonrisa en mis labios y decido i
PenelopeEl impacto de las palabras de Lila me deja sin aliento. Embarazada, ella acaba de decir que estoy embarazada, un hijo de Nicklaus y mío. Un hijo en medio de una guerra que está por desatarse. Y peor aún, ella sabe sobre mi magia. La confusión y el miedo se arremolinan dentro de mí, mezclándose con una sensación de vulnerabilidad que me sobrepasa.—¿Embarazada? —repito, mi voz quebrada por la incredulidad—. No, no puede ser. Tiene que haber un error.Mi mente se llena de negación, aunque en el fondo una parte de mí sabía que algo había cambiado desde el celo. Mi magia ha estado más activa últimamente, y ahora entiendo por qué. Puede que el bebé sea la razón. La conexión con la vida dentro de mí, la amplificación de mi poder, todo empieza a tener sentido. Pero la revelación de que Lila sabe sobre mi magia me aterra más que cualquier otra cosa.Intento recomponerme, luchando por ocultar el pánico que se agita en mi interior. Necesito mantener esto en secreto. Ahora más que nunc
NicklausHaberme levantado temprano hoy despupes de todo lo que hice con Penelope en la noche ha sido una mierd4.Por eso ahora me encuentro impaciente en el comedor junto a Blake y Samuel, mis ojos fijos en la entrada esperando a que Peaches haga su aparición, ella no suele despertarse tarde. Sin embargo los minutos siguen pasando y ella no llega.Blake me lanza una mirada desde su lado de la mesa y se que está trando de decirme que Penelope debería haber llegado ya, mi unica calma es que Micka tampoco ha parecido, lo que quiere decir que están juntos, esos dos son inseparables.Pero no puedo evitar que cada minuto que pasa me pone más nervioso, una extraña inquietud que no puedo sacudir.Entonces todo empeora cuando Micka aparece solo, corriendo hacia mí con una sonrisa despreocupada.—¿Dónde está Penny, cachorro? —le pregunto, frunciendo el ceño.El niño parpadea un poco al escuchar la pregunta y frunce el ceño antes de señalar hacia la puerta detrás de él.—Dijo que iba a tomar a
PenelopeCamino sin rumbo por la manada, mi mente un torbellino de emociones contradictorias. La rabia y la tristeza luchan en mi interior, y mis pasos me llevan inconscientemente al lugar donde Nick y yo estuvimos hace unos días, donde todo parecía estar en calma.Al llegar, el recuerdo de nuestra conversación, de la paz que sentí en sus brazos, se estrella contra la realidad de lo que acaba de suceder. No puedo contener más mis emociones y me dejo caer en la hierba, abrazando mi vientre mientras las lágrimas corren por mis mejillas.Me siento tan perdida. ¿Cómo he llegado a esto? A un lugar donde la persona que amo duda de mí tan fácilmente. Me abrazo el vientre con fuerza, la realidad del bebé que llevo dentro pesando sobre mí como una carga invisible. No se lo he dicho a Nick, y ahora me pregunto si debería hacerlo. ¿Cómo puedo confiar en él con esta noticia cuando ha mostrado tan poca fe en mí hoy?Los sollozos sacuden mi cuerpo mientras me debato internamente. ¿Debo contárselo ah