Me sumerjo en mi grande cama, estoy fastidiada. ¿Cómo se atreve a decirme que estoy celosa? ¿COMO? Doy unas vueltas en la cama, para poder encontrar una posición para poder dormir. No sé que pasa allá bajo y tampoco quiero saberlo. Bueno, en realidad si quiero, me llerve la sangre por saber que están haciendo esos dos. —¿Y tienes pareja?—escucho decir a Barry, seguido con una risa tonta de Liz. —No, nada importante—susurra Liz. —Vaya... Sí, vaya. Liz es muy guapa, supongo que le sorprende que no tengo novio, ajá. —No a llegado el indicado —por dios Liz, tú ni virgen eres. Veo como dos rostros sorprendidos por mis palabras me miran expectantes. No lo pensé, lo dije. —Kelly—dice cautelosa Liz. —Perdón, sólo era una broma—río, Barry me mira sin entender nada, pero no sé si es por lo que dije o por la razón de porque estoy aquí, sin embargo hago caso omiso a éstos dos y paso a la cocina y tomo uno de los vasos del estante. Saco la leche de la nevera y me sirvo una poca, me la to
Veo como esos dos juegan en la piscina. Liz trae puesto su lindo traje de baño negro con blanco, que hace una ilusión óptica muy sexy, debo admitir, y Barry con una bermuda también negra, que se le ciñe muy bien el trasero... Y aquí estoy yo, mirándolos por la puta ventana y con mi Pinky a lado. —No sé si estar enojada o feliz, Pinky —susurro como estúpida.—Ella es mi amiga, estoy ciento por ciento que no me hará ninguna mala jugada, pero Barry es libre de hacer lo que quiera, al igual que yo, supongo...Pinky, ¿y si vamos a dar la vuelta? Una hora después estoy vestida con un vestido para playa, el día está muy caluroso. Quiero ir al centro comercial. —Hola, chicos—digo ajustándome los lentes de sol que llevo puestos.—Tengo que salir, regreso al rato.—No digo más, ni ellos dicen nada, solo salgo de su vista y me voy con mi bebé y con Pinky. Camino un poco hasta llegar a la entrada de la privada, tengo que hacer mucho esfuerzo para abrir el enorme portón negro que resguarda la casa
Llego a la casa con varias bolsas de papel y celofán con mi nueva y costosa ropa. Lo cierto es que debo de aprovechar los lujos que Barry me está dando, ya que después de que ande con Liz, ella lo exprimirá hasta los huesos, eso es lo que a veces hace con sus pretendientes. Llevo a Pinky en los brazos, debería exigirle a Barry que me ponga chófer, pero mejor prefiero que me dé clases de manejar, sin embargo, me da terror tocar el volante de un automóvil. Por una mala experiencia que tuve con un novio en el instituto, era un total imbécil. Fue la segunda vez que salíamos de paseo, obviamente a escondidas, era un año mayor que yo, creo, al estúpido se le ocurrió tomar el auto de su mamá, y aún no tenía el carnet de conducir, todo iba tan bien hasta que al muy idiota de le ocurrió tratar de meterme mano mientras conducía y como yo no me deje casi chocamos, en verdad fue un gran susto, me imaginaba en el hospital y con una pierna rota o muerta, fue horrible. -Hola, Kelly-Barry me mira cu
Mi cuerpo es totalmente de piedra. No puedo creer lo que mis ojos ven, están ahí mágicamente felices y cómplices mientras yo solo miro como una espectadora. Mis órdenes de moverme son totalmente ignoradas por mi cerebro, estoy paralizada, pareciera que me han pegado los pies al suelo. No comprendo este vacío que siento en el estómago y el ligero temblor de mis manos.-Me encantan los tus labios-mi corazón deja de latir y mi respiración se acelera. Ella no es Liz. Ella es Gabriela. No lo puedo creer. Asumí desde hace unas semanas que ella y Barry ya no se veían, pero verlos así, de esta manera... Hace que me dé cuenta de que mis pensamientos me han engañado. Sinceramente, no sé que diablos hacer, no quiero montarle una escenita como la de Barry hace rato, pero me estoy muriendo de las ganas de tomarla de los cabellos y marcar mi territorio... NO... Sus bocas están fusionadas en un beso muy pero muy pasional... No quiero seguir mirando esto, pero mis pies no reaccionan, están procurando
Veo correr a Pinky, realmente no sé si tener una mascota ahora mismo sea lo mejor, últimamente no le presto atención, mi mente está en otro mundo. Nunca me he imaginado sin ella, ha sido mi compañera desde hace mucho tiempo. El timbre de la casa suena, Dios, no sabía que había un timbre, tocan una vez más, espero a que cese pero nada. Me levanto de la cama y bajo y abro la puerta. Unos ojos verdes muy acogedores me miran incrédulos. Es una señora de sesenta y tantos más o menos, lleva el cabello corto y chino. -Hola-saludo. -Eh, hola...-murmura con voz dulce-soy el ama de llaves-y entonces recuerdo lo que me dijo la otra vez esa señora sobre la sustitución de otra señora y no sé que más. -Barry no me dijo nada-alego confusa. -¿Y tú eres?-me pregunta recelosa, no, espero que no piense que soy otra de las conquistas de Barry porque me suicido. -La esposa de Barry -comento un poco alegre. -Oh, ya. Mi muchacho ya formó su familia.-Dice con cariño y dulzura. -Si-no sé que más decir.
BARRY La obscuridad de mi casa me inunda... Por primera vez en el tiempo que he vivido aquí, la casa me parece solitaria e insípida, incluso me dan ganas de salir huyendo. Cierro la puerta y me recargo en ella. Mi sala lujosa, con jarrones y decoraciones extravagantes, se han convertido en m****a cara y si sentido. Quisiera poder retroceder el tiempo y haber sido diferente con mi madre y con mi hermano, pero no es se puede y no puedo remediar nada, Eric me odia y yo al él porque él sí tuvo a una mamá que lo ayudara con las tareas y yo no, una mamá que lo bañara y lo arropara por las noches o incluso le contara un cuento. Desde que empecé a ser un adolescente, mi vida se resumía en la escuela y la dedicación, hasta que conocí a Andrea. Ella era nueva en el instituto y como buen alumno que era me pidieron que le diera un recorrido. Me trató bien, y no la vía como todas las demás chicas, como un inadaptado nerd, ella me trató diferente, soñaba día y noche con ella. Jamás me volvió a hab
BARRY ¿Qué diablos me pasa? ¿Qué cosa he dicho? Media botella de whisky y dos copas de vino, quiero morir... Soy un maldito. Mis pensamientos están hechos vómito. -¡Cállate Pinky!-grito cuando escucho que ladra por enésima vez-Por amor de dios--salgo de mi despacho hecho una furia. El efecto del alcohol automáticamente desaparece en cuanto veo a Kelly tirada al comienzo de las escaleras, su cabello le tapa la cara, pero aun así puedo notar la sangre que brota de su frente y su respiración demasiado lenta. El pánico me invade, corro a su lado y me arrodillo para después tomar su muñeca, su pulso es casi nulo... -¡Martha!-grito nervioso, no sé que diablos hacer, siempre me arruino cuando estoy en estas situaciones.-¡Titaaa! -¿Qué pasa hijo?-me mira sorprendida y después fija la mirada en Kelly, noto como su cara empalícese, sale corriendo hacia la cocina donde hay un teléfono fijo. -Kelly... Por favor... Dios mío-no sé por qué, pero mis mejillas se sienten húmedas. El bebé... No
El chirrido que provoca que causa la puerta me alerta, pero sé que es Martha, no quiero moverme ni levantarme, me dulce la cabeza demasiado.—Buenos días, hijo—dice alegre.—Buenos días, Tita.—Me muevo de la cama y me volteo.—Ya está listo tu desayuno, baja a tomarlo. Debes de comer algo, no han llamado así que hay tiempo para que estés con energía el resto del día.—Me apapacha y se va.Ese puto sueño... ¿Es una señal de qué ya no seré papá?Salto de la cama y me voy directo a la ducha, me enjabono la espalda y noto que me arde, los recuerdos de la noche anterior con Gabriela inundan mi cabeza... ¿Por qué siempre tengo que caer en esto? Aunque sólo sea un contrato yo engañé a mi esposa, le fui infiel y con Gabriela. No me siento orgulloso de eso ni mucho menos, peto realmente me gusta estar con Gabriela, la forma en la que los dos nos liberamos de los problemas cuando estamos juntos es una de mis cosas favoritas y no es tanto por el sexo, si no q