Mi cuerpo es totalmente de piedra. No puedo creer lo que mis ojos ven, están ahí mágicamente felices y cómplices mientras yo solo miro como una espectadora. Mis órdenes de moverme son totalmente ignoradas por mi cerebro, estoy paralizada, pareciera que me han pegado los pies al suelo. No comprendo este vacío que siento en el estómago y el ligero temblor de mis manos.-Me encantan los tus labios-mi corazón deja de latir y mi respiración se acelera. Ella no es Liz. Ella es Gabriela. No lo puedo creer. Asumí desde hace unas semanas que ella y Barry ya no se veían, pero verlos así, de esta manera... Hace que me dé cuenta de que mis pensamientos me han engañado. Sinceramente, no sé que diablos hacer, no quiero montarle una escenita como la de Barry hace rato, pero me estoy muriendo de las ganas de tomarla de los cabellos y marcar mi territorio... NO... Sus bocas están fusionadas en un beso muy pero muy pasional... No quiero seguir mirando esto, pero mis pies no reaccionan, están procurando
Veo correr a Pinky, realmente no sé si tener una mascota ahora mismo sea lo mejor, últimamente no le presto atención, mi mente está en otro mundo. Nunca me he imaginado sin ella, ha sido mi compañera desde hace mucho tiempo. El timbre de la casa suena, Dios, no sabía que había un timbre, tocan una vez más, espero a que cese pero nada. Me levanto de la cama y bajo y abro la puerta. Unos ojos verdes muy acogedores me miran incrédulos. Es una señora de sesenta y tantos más o menos, lleva el cabello corto y chino. -Hola-saludo. -Eh, hola...-murmura con voz dulce-soy el ama de llaves-y entonces recuerdo lo que me dijo la otra vez esa señora sobre la sustitución de otra señora y no sé que más. -Barry no me dijo nada-alego confusa. -¿Y tú eres?-me pregunta recelosa, no, espero que no piense que soy otra de las conquistas de Barry porque me suicido. -La esposa de Barry -comento un poco alegre. -Oh, ya. Mi muchacho ya formó su familia.-Dice con cariño y dulzura. -Si-no sé que más decir.
BARRY La obscuridad de mi casa me inunda... Por primera vez en el tiempo que he vivido aquí, la casa me parece solitaria e insípida, incluso me dan ganas de salir huyendo. Cierro la puerta y me recargo en ella. Mi sala lujosa, con jarrones y decoraciones extravagantes, se han convertido en m****a cara y si sentido. Quisiera poder retroceder el tiempo y haber sido diferente con mi madre y con mi hermano, pero no es se puede y no puedo remediar nada, Eric me odia y yo al él porque él sí tuvo a una mamá que lo ayudara con las tareas y yo no, una mamá que lo bañara y lo arropara por las noches o incluso le contara un cuento. Desde que empecé a ser un adolescente, mi vida se resumía en la escuela y la dedicación, hasta que conocí a Andrea. Ella era nueva en el instituto y como buen alumno que era me pidieron que le diera un recorrido. Me trató bien, y no la vía como todas las demás chicas, como un inadaptado nerd, ella me trató diferente, soñaba día y noche con ella. Jamás me volvió a hab
BARRY ¿Qué diablos me pasa? ¿Qué cosa he dicho? Media botella de whisky y dos copas de vino, quiero morir... Soy un maldito. Mis pensamientos están hechos vómito. -¡Cállate Pinky!-grito cuando escucho que ladra por enésima vez-Por amor de dios--salgo de mi despacho hecho una furia. El efecto del alcohol automáticamente desaparece en cuanto veo a Kelly tirada al comienzo de las escaleras, su cabello le tapa la cara, pero aun así puedo notar la sangre que brota de su frente y su respiración demasiado lenta. El pánico me invade, corro a su lado y me arrodillo para después tomar su muñeca, su pulso es casi nulo... -¡Martha!-grito nervioso, no sé que diablos hacer, siempre me arruino cuando estoy en estas situaciones.-¡Titaaa! -¿Qué pasa hijo?-me mira sorprendida y después fija la mirada en Kelly, noto como su cara empalícese, sale corriendo hacia la cocina donde hay un teléfono fijo. -Kelly... Por favor... Dios mío-no sé por qué, pero mis mejillas se sienten húmedas. El bebé... No
El chirrido que provoca que causa la puerta me alerta, pero sé que es Martha, no quiero moverme ni levantarme, me dulce la cabeza demasiado.—Buenos días, hijo—dice alegre.—Buenos días, Tita.—Me muevo de la cama y me volteo.—Ya está listo tu desayuno, baja a tomarlo. Debes de comer algo, no han llamado así que hay tiempo para que estés con energía el resto del día.—Me apapacha y se va.Ese puto sueño... ¿Es una señal de qué ya no seré papá?Salto de la cama y me voy directo a la ducha, me enjabono la espalda y noto que me arde, los recuerdos de la noche anterior con Gabriela inundan mi cabeza... ¿Por qué siempre tengo que caer en esto? Aunque sólo sea un contrato yo engañé a mi esposa, le fui infiel y con Gabriela. No me siento orgulloso de eso ni mucho menos, peto realmente me gusta estar con Gabriela, la forma en la que los dos nos liberamos de los problemas cuando estamos juntos es una de mis cosas favoritas y no es tanto por el sexo, si no q
KELLYEn mi mente se reproducen una y otra vez las palabras del doctor... Duele, me emociona y a la vez me rompe el corazón. La cara de Barry es todo un poema, refleja sorpresa y nada más que eso, sus manos tiemblan ligeramente y por un momento pienso que se terminará desmayándose.-¿Me lo puede repetir?-dice Barry con dificultad.-El bebé está bien, la placenta lo protegió muy bien, su bebé está en perfectas condiciones.-Ya está dicho, el bebé está bien, aún está en mi vientre -es muy importante que después de qué se vaya del hospital esté en reposo total, no hacer ningún tipo de esfuerzo innecesario, y tu muchacho-señala a Barry y me sonríe -debes de darle todo el cariño del mundo, debes de cuidarla porque eso dependerá el futuro de tu bebé, debes cuidar de ella lo más que puedas.-Claro que sí, doctor -dudo mucho que me dé cariño.-También hay que recordar que cualquier síntoma como dolor en el vientre bajo, calambres o sangrado deben de venir lo más rápido posible, ya qué es probab
BARRY -Buenas tardes, doctor, quisiera saber ¿cuándo es que le darán el alta a mi esposa?-ya pasó el primer día en el hospital y nadie nos ha dicho nada. -Señor Freeman, la ginecóloga le hará una ecografía a su esposa para ver al bebé y asegurarnos con una especialista que todo ande bien, la doctora Johannes llegará a las cinco, esperen un poco solamente y debido a qué no hay muchos golpes o heridas creo que su esposa estará un día más por las dudas y más que nada por los dolores que ella pueda tener y el reposo. -Me sonríe muy amable, pero yo ya me quiero ir, no me gustan los hospitales. -Le agradezco mucho doctor, hasta luego-doy media vuelta para ir con Kelly, no me habla, esta muy sería muy enojada, pero realmente yo sé que tengo la culpa por lo que pasó y por lo que le dije. Desde hace rato que estoy con ella, salgo un momento y parece ser que se alivia de que me vaya, pero no la dejaré sola ahora, no cuando me necesita. Entro en la habitación con la esperanza de encontrar a Ke
-¿Los?-preguntamos los dos al mismo tiempo. Por dios, no. Apenas me estoy haciendo a la idea de un bebé, no puedo con dos, en mi mente pasan imágenes de gemelos como mis hermanos, yo desesperada por como lloran y puff, no.-Ah, ¿no lo sabían? -nos mira con culpabilidad, doctora, por favor, ¿no nos está viendo la cara? Siento la mano de Barry, deslizarse por la mía. ¿Necesito su apoyo? Sí, realmente necesito saber que él estará aquí para cuando sea una pelota, porque son sus hijos y yo soy su esposa.-No, doctora-contesta Barry, le tiembla la voz, no sé por qué. Tal vez sea por la sorpresa o tal vez por el miedo que esto implica, jamás creí que podría tener gemelos.-Bueno, pues tendrán mellizos, no les puedo decir el sexo, aún es muy pronto, felicidades, papás. -La doctora nos sonríe ampliamente -Son muy suertudos, muchos papás quisieran ser bendecidos con dos bebés -ella sonríe tristemente.-Muchas gracias, doctora-murmuro casi sin fuerzas.-Vean-ella aplasta un botón y la imagen de l