Li Xi se dio cuenta de que no recibió noticias de la familia Jin y de que la niña incluso asistía al jardín de infancia con un aspecto saludable y activo. Supo que el plan fracasó.

La droga era extremadamente eficaz y habría sido efectiva con una dosis pequeña. Si tomó una dosis tan grande, era imposible que pasará la noche, y mucho menos que no reaccionará.

Podía concluirse que la niña no se lo comió.

No sabía si a la niña se le olvidó, o si la familia Jin lo descubrió y se lo quitaron.

Sin embargo, ya no importaba. Aunque no se lo comiera, había otras formas de lidiar con ella.

Aunque Jin Fengchen sospechara algo y empezara a investigar, no importaría.

No tenía pruebas y no podría hacer nada contra ella.

Mientras pensaba en esto, Li Xi dejó de tomarse en serio este asunto.

En ese momento, su teléfono móvil sonó de repente. Era su subordinado, al que ordenó que vigilara la situación. No pudo evitar sentirse feliz. “¿Al final le pasó algo a la niña?”.

“A la niña no, pero sí al