Li Xi se quedó en una esquina y vio cómo Tiantian subía al autobús y se marchaba. La sonrisa en su rostro no se borró.

Acaba de ver cómo el médico le entrega el caramelo a Tiantian, y la niña tonta sonreía alegremente mientras sostenía el caramelo.

Seguramente ya se lo había comido todo.

Se imaginó a un niño con demencia, babeando y arrastrando las palabras. Al imaginarse eso, el corazón de Li Xi se alegró.

Sería un gran golpe que alguien de la familia Jin desarrollara demencia.

Sin embargo, ese no era lo más importante. Lo más importante era cómo reaccionaría la p*rra de Jiang Sese cuando viera que su hija tenía demencia.

Cualquier cosa que hiciera sería inútil. ‘Jiang Sese, solo espera que tu vida se arruine poco a poco’.

Era una lástima que se tratara de una niña tan vivaz.

Aunque esto era lo que esperaba, Li Xi seguía sintiéndose un poco preocupada.

Rápidamente sacó su teléfono móvil y llamó a sus subordinados. “Vayan a la guardería y vigilen a la hija de esa p*rra. Infórm