—¿Entonces no está dispuesta a bajar el precio de tus productos a pesar de que tu competencia nos ha ofrecido una mejor oferta? —cuestiona uno de los hombres asiáticos sentado en la mesa de la sala de reuniones.—En esta compañía se valora sobre todas las cosas la calidad de nuestros productos, si bajamos nuestros precios significa que deberemos sacrificar esa calidad para que los números no queden en rojo. Puedo hacerlo si gustan, los empresarios los hicieron con el Titanic, pero ya sabemos cómo terminó —plantea Lucia sin inmutarse por el intento de intimidación del empresario. —¿Quiere decir que Kenia Motors nos va a ofrecer un producto inferior? —acusa una de las empresarias arqueando una fina ceja negra.—Yo no hablo de Kenia Motors pues no soy su dueña como para saber qué ofrecen, pero si hablo de la manera de trabajar de mi compañía porque me encargó de satisfacer cada una d4 las necesidades de mis clientes —determina Lucía con una sutil sonrisa que su colega corresponde ante l
Sentando en su nueva oficina Alexander estudia los informes de finanzas de los últimos meses, debe confesar que los números son muy buenos, la compañía ha mantenido una racha de alza que solo promete seguir en ascenso. Puede estar seguro de que su inversión ha sido mas que acertada, si bien hace tiempo que se había alejado de estar en la dirección de una empresa y se había dedicado a solo invertir, para poder tener el tiempo que necesitaba para sus viajes y amoríos, Samantha fue capaz de convencerlo de la veta de oro que Kenia Motors era, una que ella ya no quería seguir trabajando, cansada de haber pasado yoda la vida entre esas paredes.—Esa mujer tiene casi el mismo poder de convencimiento que yo, creo que es una ventaja ya no tenerla aquí, nunca sabes qué esperar de alguien así —murmura el hombre con una sonrisa divertida al considerar que lo mismo podrían decir muchos de él.—Buen día, veo que está revisando las finanzas, supongo que ha visto la tendencia alcista que hemos manten
Lucia saltea unos vegetales en la sartén mientras piensa en los últimos sucesos con los que ha tenido que lidiar, sobre todo el conocer que el hombre con el que había empezado a abrirse ha resultado ser su competencia. Que si bien en ese momento fue capaz de disimular su sorpresa, lo cierto es que fue algo que la alteró más de lo que esperaba sobre todo porque significaba que le había compartido cosas intimas a su enemigo, si bien él también lo ha hecho, o quiere creer que era verdad lo que le compartió. Aunque ahora incluso el comentario de Sebastián sobre que solo podría haber sido un engaño suena fuerte en su mente, no puede descartar la posibilidad de que en realidad Alexander sabía muy bien quién era ella, y que todo fue una estrategia para acercarse y tomarla desprevenida.—No suelo equivocarme al juzgar a una persona, aunque claro que él demostró tener una gran habilidad para esconder lo que pensaba o incluso cómo era. La cuestión es si en realidad nunca dejó de actuar —murmur
Samantha se sirve un trago de whisky mirando en la televisión la repetición del discurso de Alexander, debe admitir que ese tipo tiene talento, tal y como esperaba de él resultará exactamente lo que Kenia Motors necesitaba para hacerle frente a su competencia. Aunque claro qué él era muy orgulloso como para aceptar ser un empleado de la compañía, cuando comenzó con tratativas para que formase parte de su empresa, él dejó muy en claro que solo aceptaría incorporarse como dueño. —Es astuto, pero no lo suficiente, voy a disfrutar mucho ver su cara cuando se entere que estoy muy por encima de él. Ha invertido gran parte de su fortuna, y se ha comprometido personalmente delante de todo el mundo con sacar a Kenia Motors adelante, así que darse media vuelta e irse no le será una opción —murmura la mujer con una gran sonrisa de satisfacción en los labios al pensar que como siempre tiene el completo control dela situación.Y si bien siente el impulso de revelar las cosas como son, prefiere es
Lucía ojea con atención las noticias en línea desde su computadora mientras muerde una tostada con mermelada de fresa, según puede ver el nuevo dueño de Kenia Motors ha sido bien recibido. Ya que hay varios empresarios que han confesado estar ya en negociaciones con Alexander, con vista en las promesas que ha dado en su presentación, masticando con lentitud la mujer admira a su adversario que resultó ser mucho mas convincente de lo que hubiese imaginado en ese discurso. Pero no solo puede verle habilidad para hablar, sino incluso para elegir a los invitados a ese evento, mirando el video que un diario online ha subido reconoce a varios empresarios de renombre, algunos clientes suyo, y otros tras los cuales anda desde hace un tiempo. Según parece Yoshimoto tenía razón en que la nueva mente detrás de su compañía contrincante es astuta, quizás más de lo que estaba dispuesta a aceptar, un par de golpes sucesivos en la puerta de su apartamento la obligan a dejar la noticia y acudir a atend
Lucía mira con ansiedad el reloj de pared de la cafetería en la que ha decidido ir personalmente en busca de un cappuccino, una decisión que comienza a lamentar al ver que aun tiene a cinco persona por delante. Y ciertamente la paciencia no suele ser su mejor virtud, sobre todo cuando se tarta de hacer una fila.—Disculpe, ¿Puedo pedirle un favor? —pregunta una mujer que carga a su beba detrás de la empresaria.—Sí, mientras esté a mi alcance —responde Lucía preguntándose de qué puede tratarse.—¿Le molestaría cargar a mi pequeña un minuto? Es que se me ha perdido la tarjeta entre el lio que tengo en el bolso —pide la joven mujer algo avergonzada por tener que molestarla.—Oh, claro, no hay problema —se apresura a responder la empresaria tomando con suma suavidad a la pequeña bebé que no debe de tener mas de dos meses, y que para su suerte aún sigue dormida.—No debería ser tan descuidada, pero soy madre primeriza y haya muchas cosas que aun estoy aprendiendo, y la verdad que la falta
—Ya le he enviado todos los informes, señor. ¿Necesita algo más? —pregunta Bárbara parada en el umbral de la puerta de la oficina.—No, gracias, con esto tengo lo que necesitaba —responde Sebastián ojeando los archivos en la computadora.—¿Está buscando algo en especial? —pregunta la secretaria queriendo serle útil en alguna otra cosa.—No, solo quiero hacer una especie de auditoria para determinar nuestro crecimiento y ver la mejor manera de enfrentar a Kenia Motors en su nueva etapa —responde el empresario que quiere estar preparado para que ese tal Alexander no tenga ninguna ventaja sobre ellos.—Le he traído los informes de los últimos cuatro años, son en los que la compañía ha tenido su mayor crecimiento, y de hecho el tiempo que lleva nuestra relación con el señor Yoshimoto —comenta Bárbara que si bien sabe que ya debería salir de esa oficina no puede evitar intentar seguir en la presencia de su jefe.—¿Cuatro años? —pregunta Sebastián frunciendo el entrecejo mientras busca en l
Antonia observa con satisfacción los exhaustivos informes que ha realizado sobre los clientes que la compañía cuenta y de los que podrían convertirse en clientes potenciales, desde su visita al nuevo dueño de la compañía se ha dedicado a la realización de esa tarea con el fin de impresionarlo. Se ha decidido a demostrarle lo que vale sea de la manera que sea, y si bien podría llegar a tenerla en menos por su edad, tendrá que reconocerla por su capacidad.—¿Cómo está mi pequeña? —pregunta Samantha entrando en la oficina con una gran sonrisa.—¿Qué haces aquí, mamá? Creí que ibas a seguir apartada de Kenia Motors por un tiempo más —exclama la joven alarmada de verla allí, algo que quizás podría llegar a estorbar en su propósito.—Sí, cariño, pero digamos que solo estoy asegurándome de que las cosas marchen bien, y según veo tú estás haciendo lo mismo —comenta la mujer mirando los informes que su hija ha realizado.—He decidido hacerme notar por Alexander, creo que nos vendría bien logra