Idris asistía a la gala del Emir con su esposa al lado, sin disimular su descontento con la maldita celebración, pero en su interior tenía una pequeña esperanza. —Esto cambia tus planes mi marido. —murmuró Hana. —Ahora el esposo de Rania ya no es nadie, a partir de esta noche el nuevo príncipe heredero será Amín Al Thani y no tenemos manera de unir nuestra familia a él por un matrimonio. Mi hija también es su hermana de leche. —No me preocupa el anuncio que piensa hacer el Emir. Es cierto que ya no me verán con tanto respeto ahora que Rania no será la futura Emira, pero no todo está perdido. —refutó haciendo una mueca. —¿A qué se refiere mi esposo? —preguntó con recelo. —Karim ya no será príncipe, se ha llevado a Rania lejos de aquí. Puedes chantajear al Emir, pero no a su hijo.—No quiero chantajear a Karim, lo único que necesito es verlo muerto una vez que Rania resulte embarazada. —escupió. —Por más que no sea ya el heredero, seguirá siendo un Al Thani y sus hijos también. En ca
La caravana que seguía la camioneta de Amín Al Thani abandonó el palacio y en la entrada alguien esperaba por ese momento con expectación. Jackson estaba seguro que después de la aparición de su mejor amigo Amín no seguiría en palacio, que por lo menos se tomaría un tiempo para liberar su ira. Lo conocía desde que era un niño y se sabía todos sus malos hábitos. —Síguelo y avísame cuando esté a punto de regresar, aunque conociéndolo dudo mucho que vuelva al palacio esta noche. —ordenó Jax con autoridad y uno de sus hombres obedeció sus órdenes subiéndose a un auto para seguir a Amín de cerca.La intención del piloto era una sola, aprovechar la gala en el palacio, el gran aforo de personas que había entrando y saliendo del lugar para estar con Malika. Jax le tuvo que dar mil excusas distintas a Karim para abandonar la fiesta, pero sabía que su amigo ya no le creía nada. El príncipe estaba cada vez más desconfiado de la actitud tan inusual de su amigo y sabía que le estaba ocultando a
Las manos sudadas, el corazón acelerado y un nudo en la garganta que le impedía respirar con normalidad. Rania empezaba a sentir como sus nervios la dominaban y no había manera de controlarlo. Después de una semana en Arabia Saudí, la futura Emira tuvo la suerte de encontrar una ginecóloga norteamericana, que le daría toda la discreción que necesitaba para un asunto tan delicado y que la tenía cada vez más ansiosa. —¿Qué… qué pone doctora… estoy…? La ginecóloga levantó la vista de la prueba que tenía en la mano y la miró con una expresión indescifrable. —Sí majestad, está usted embarazada. —contestó y Rania se puso tensa. Estaba esperando un hijo de Karim, iba a traer al mundo un bebé del hombre que amaba. Debería ser una gran alegría, pero su corazón se llenó de angustia. No era un buen momento para poner a un inocente en el mundo y menos en medio de una guerra fría dentro de la familia Al Thani. —¿Está segura doctora? —cuestionó.—Yo me cuidé todas las veces que estuve con mi e
El mundo le daba vueltas y Rania no sabía cómo asimilar tantos sentimientos, se sentía feliz y al mismo tiempo totalmente perdida. — ¿Majestad necesita ayuda? —preguntó uno de sus guardaespaldas. —Necesita que la llevemos a la empresa en una de las camionetas. —No, no Simon yo puedo manejar, no se preocupe. —contestó haciendo un gesto con la mano. —Por favor avisa a los demás que ya nos vamos, necesito darme prisa mi esposo me necesita. En la empresa, cuando Rania vio a Karim hablando con Nader y su asistente personal, sintió el impulso de correr hacia él y refugiarse en sus brazos. Quería sentirlo cerca y no reprimió ese deseo. —¡Ey! —exclamó el príncipe desconcertado cuando notó los brazos de su esposa rodeándolo y su pequeño cuerpo chocando con el suyo. —¿Amira estás bien? —cuestionó levantando su barbilla para mirarla. Rania volvió a esconder el rostro en su pecho, sin que importara quien los estaba viendo, presenciando su necesidad de sentirse protegida. Ella respiró profund
Jackson se había sentado en la barra de un club en Londres, donde miraba la botella que tenía delante como si quisiera meterse en ella para ahogar toda la frustración que estaba sintiendo. Tenía un agujero en el pecho, una sensación de vacío que lo estaba enloqueciendo y sabía que era por Malika. Perdido en sus pensamientos regresó a la realidad cuando la mano de una mujer posó sobre su bragueta, alisando su entrepierna suavemente con total descaro, sin inmutarse con las personas que estaban cerca. —¿¡Qué mierda estás haciendo Kristy!? —inquirió molesto apartando la mano de la modelo que conocía desde hacía varios años. —¡Ay bebé no te pongas así, yo solo quería hacerte un cariñito para recordar viejos tiempos! — se explicó haciendo un puchero y Jax hizo una mueca de desagrado. —¡Pues ve a revivir los viejos tiempos con otro! —espetó con fastidio. —Te has acostado con la mitad de los hombres adinerados que hay aquí hoy, así que ve con alguno de ellos y déjame en paz. ¡No
Jackson frunció el ceño viendo el pánico en el rostro de su padre, pero nadie lo iba a impedir. El piloto estaba decidido a luchar por su reina. —Tú me enseñaste a luchar por mi sueños y es justamente lo que pienso hacer… ella es lo que más quiero ahora y no voy a parar… —¡Si no paras ahora terminarás provocando su muerte de la misma manera que yo lo hice con la mujer que amaba! —rugió Robert y Jax lo miró aturdido. —¿La mujer que amabas? —preguntó sin entender nada. —¿De qué estás hablando, de qué mujer hablas? Robert cayó sentado en el sillón y Jackson se arrodilló delante de él con una mirada interrogativa. —¿Papá de qué mujer estás hablando y qué fue lo que hiciste? Robert levantó la vista para mirarlo y Jax se dio cuenta de que estaba avergonzado, pero también notó que había mucha tristeza en su semblante. Algo que llevaba años sin ver en el rostro de su padre. Entonces tomó sus manos entre las suyas y con un gesto pidió que hablará con él. —Hay una parte de
—¿La madre de Rania que murió lapidada era Yasmina? —inquirió incrédulo y Robert confirmó con un gesto de cabeza. —¿Rania sabe que fuiste tú el amante de su madre? —Sí, lo sabe y Karim también. Imagino que no han querido decirte nada para evitar momentos incómodos. —opinó Robert y suspiró. —¿Por qué dices que Yasmina no se escapó contigo por Rania? —Yasmina me amaba, pero el amor que sentía por su hija era mucho más grande. —contestó. —Yo podía haberlas sacado del país, pero eso hubieras terminado en graves problemas judiciales y nuestro país no quería problemas políticos con Marruecos. Ellos tienen una ley hijo, los niños pertenecen a la familia del padre. —explicó y Jax asintió indicando que empezaba a entender todo. —Yasmina podría haber pedido el divorcio, pero Rania se quedaría con su padre y ella seguramente jamás volvería a ver a su hija, algo que ella no podía hacer y yo la entendía a la perfección. —Con todo lo que me estás contando papá, más claro tengo que debo b
Rania se levantó de la cama y caminó hasta el gran ventanal de su habitación para observar el lago. Podía notar como cada centímetro de su cuerpo había sentido la pasión de Karim durante la noche, apoyó la mano en el cristal con una sonrisa en su rostro, sus piernas seguían temblando. Ella sonrió y se mordió el labio inferior con las mejillas teñidas de rojo. Recordó todas las cosas que Karim le dijo al oído entre un gemido y otro mientras le hacía el amor. El sexo era cada vez más intenso, la conexión más fuerte y el amor entre ellos era cada vez más y más grande. No había manera de calmar el deseo que se tenían. Estar en los brazos de su esposo, tenerlo dentro de ella y hacerse un solo cuerpo con él era el mejor momento de su vida. Rania llevó una mano a su boca para ahogar una risita emocionada, luego la bajo a su vientre, cerró los ojos y lo acarició con lágrimas de alegría. El mundo en el que estaban no era fácil, pero la vida que crecía en su interior hacía que todo fuese per