A la mañana siguiente en Nueva York, cuando Karim entró en las oficinas de su empresa que estaban en la ciudad, Nader empezó a explicarles a él y a Rania todo lo que había sucedido con una de las empresas. —Es la segunda vez que esta empresa nos falla Karim. —dijo Nader mientras que el príncipe tomaba asiento detrás de su escritorio, Rania se puso a su lado. —La última vez nos retrasamos muchísimo para terminar el proyecto. Este todavía lo estamos empezando, podemos evitar errores y cortar el problema de raíz. —¿Entonces ya has contratado una nueva empresa? —preguntó Karim con interés. —Sí, siento no haberte informado antes, pero como siempre has dejado estos asuntos en mis manos decidí actuar con rapidez. —explicó Nader. —No te preocupes, Nader confío en tu criterio. Si crees que pueden ser eficaces, yo también confiaré. —afirmó Karim con firmeza. —Es una empresa norteamericana, por eso antes de que me llamaras ya estaba preparado para viajar. Venía a Estados Unidos pa
Rania observaba el reflejo de su esposo en el espejo mientras que este peinaba sus cabellos.—¿No te cansas de hacerlo? —preguntó con curiosidad viendo que lo hacía con mucha delicadeza y cariño. —Me fascina tu cabello, es hermoso. —contestó con una dulce sonrisa. —Si depende de mí, jamás te lo cortarías.—Debo hacerlo para sanearlo de vez en cuando, y eso lo mantiene así de bonito como tanto te gusta. —refutó Rania girándose para verlo. —Está bien, pero que sea muy poco. Me gusta que sea tan largo. —respondió dejando un beso en su cabeza.Rania tomó su mano, ella lo miró atentamente y sintió un pesar, se notaba preocupado. Habían pasado varias semanas desde el día que Karim echó a Brian de su empresa y como Nader les había explicado, no había manera de romper el contrato que tenían. Así que estaban con las manos atadas, obligados a continuar en el acuerdo con la familia Harrisburg. Ashton estaba decidido a no perder la oportunidad de participar en aquel proyecto. Por lo t
Un ruido, una señal de peligro que venía del salón de la gran suite despertó a los amantes, anunciando que alguien había entrado. Los dos se pusieron tensos cuando se escuchó la voz de Amín dando órdenes fuera y se miraron asustados, aquella noche podría terminar en una tragedia. —Vete, vete Jax, márchate ahora o si no estaremos perdidos. —demandó Malika con nerviosismo y Jackson se levantó de la cama para buscar su ropa. Se vistió rápidamente, pero antes de que pudiera llegar a la terraza escuchó a alguien a abrir la puerta. El corazón de Malika subió a la garganta y Jax tuvo que meterse en el armario para esconderse de Amín. Malika abrazó la manta pegándola a su cuerpo para cubrir su desnudez, cuando su esposo entró. —Veo que sigues despierta, ¿no me digas qué esperabas por mí? —habló Amín con sorna y la miró desconfiado. —¿Por qué estás desnuda? —Tenía… tenía calor y… bueno, yo me quité la… —Primero duermes sin tu velo y ahora desnuda. —resopló Amín con desprecio. —No
Idris asistía a la gala del Emir con su esposa al lado, sin disimular su descontento con la maldita celebración, pero en su interior tenía una pequeña esperanza. —Esto cambia tus planes mi marido. —murmuró Hana. —Ahora el esposo de Rania ya no es nadie, a partir de esta noche el nuevo príncipe heredero será Amín Al Thani y no tenemos manera de unir nuestra familia a él por un matrimonio. Mi hija también es su hermana de leche. —No me preocupa el anuncio que piensa hacer el Emir. Es cierto que ya no me verán con tanto respeto ahora que Rania no será la futura Emira, pero no todo está perdido. —refutó haciendo una mueca. —¿A qué se refiere mi esposo? —preguntó con recelo. —Karim ya no será príncipe, se ha llevado a Rania lejos de aquí. Puedes chantajear al Emir, pero no a su hijo.—No quiero chantajear a Karim, lo único que necesito es verlo muerto una vez que Rania resulte embarazada. —escupió. —Por más que no sea ya el heredero, seguirá siendo un Al Thani y sus hijos también. En ca
La caravana que seguía la camioneta de Amín Al Thani abandonó el palacio y en la entrada alguien esperaba por ese momento con expectación. Jackson estaba seguro que después de la aparición de su mejor amigo Amín no seguiría en palacio, que por lo menos se tomaría un tiempo para liberar su ira. Lo conocía desde que era un niño y se sabía todos sus malos hábitos. —Síguelo y avísame cuando esté a punto de regresar, aunque conociéndolo dudo mucho que vuelva al palacio esta noche. —ordenó Jax con autoridad y uno de sus hombres obedeció sus órdenes subiéndose a un auto para seguir a Amín de cerca.La intención del piloto era una sola, aprovechar la gala en el palacio, el gran aforo de personas que había entrando y saliendo del lugar para estar con Malika. Jax le tuvo que dar mil excusas distintas a Karim para abandonar la fiesta, pero sabía que su amigo ya no le creía nada. El príncipe estaba cada vez más desconfiado de la actitud tan inusual de su amigo y sabía que le estaba ocultando a
Las manos sudadas, el corazón acelerado y un nudo en la garganta que le impedía respirar con normalidad. Rania empezaba a sentir como sus nervios la dominaban y no había manera de controlarlo. Después de una semana en Arabia Saudí, la futura Emira tuvo la suerte de encontrar una ginecóloga norteamericana, que le daría toda la discreción que necesitaba para un asunto tan delicado y que la tenía cada vez más ansiosa. —¿Qué… qué pone doctora… estoy…? La ginecóloga levantó la vista de la prueba que tenía en la mano y la miró con una expresión indescifrable. —Sí majestad, está usted embarazada. —contestó y Rania se puso tensa. Estaba esperando un hijo de Karim, iba a traer al mundo un bebé del hombre que amaba. Debería ser una gran alegría, pero su corazón se llenó de angustia. No era un buen momento para poner a un inocente en el mundo y menos en medio de una guerra fría dentro de la familia Al Thani. —¿Está segura doctora? —cuestionó.—Yo me cuidé todas las veces que estuve con mi e
El mundo le daba vueltas y Rania no sabía cómo asimilar tantos sentimientos, se sentía feliz y al mismo tiempo totalmente perdida. — ¿Majestad necesita ayuda? —preguntó uno de sus guardaespaldas. —Necesita que la llevemos a la empresa en una de las camionetas. —No, no Simon yo puedo manejar, no se preocupe. —contestó haciendo un gesto con la mano. —Por favor avisa a los demás que ya nos vamos, necesito darme prisa mi esposo me necesita. En la empresa, cuando Rania vio a Karim hablando con Nader y su asistente personal, sintió el impulso de correr hacia él y refugiarse en sus brazos. Quería sentirlo cerca y no reprimió ese deseo. —¡Ey! —exclamó el príncipe desconcertado cuando notó los brazos de su esposa rodeándolo y su pequeño cuerpo chocando con el suyo. —¿Amira estás bien? —cuestionó levantando su barbilla para mirarla. Rania volvió a esconder el rostro en su pecho, sin que importara quien los estaba viendo, presenciando su necesidad de sentirse protegida. Ella respiró profund
Jackson se había sentado en la barra de un club en Londres, donde miraba la botella que tenía delante como si quisiera meterse en ella para ahogar toda la frustración que estaba sintiendo. Tenía un agujero en el pecho, una sensación de vacío que lo estaba enloqueciendo y sabía que era por Malika. Perdido en sus pensamientos regresó a la realidad cuando la mano de una mujer posó sobre su bragueta, alisando su entrepierna suavemente con total descaro, sin inmutarse con las personas que estaban cerca. —¿¡Qué mierda estás haciendo Kristy!? —inquirió molesto apartando la mano de la modelo que conocía desde hacía varios años. —¡Ay bebé no te pongas así, yo solo quería hacerte un cariñito para recordar viejos tiempos! — se explicó haciendo un puchero y Jax hizo una mueca de desagrado. —¡Pues ve a revivir los viejos tiempos con otro! —espetó con fastidio. —Te has acostado con la mitad de los hombres adinerados que hay aquí hoy, así que ve con alguno de ellos y déjame en paz. ¡No