Punto de Vista de LUCY

Cuando nuestras miradas se cruzaron, me quedé hipnotizada por sus ojos, que eran los más azules que había visto. El tiempo pareció detenerse. Aun con el ceño fruncido, él parecía sacado de una leyenda, era como un dios sombrío cuya intensidad me hacía temblar por dentro.

"¡Muévete!" me espetó una chica, empujándome. De golpe me di cuenta que me había quedado parada como una estatua. Recobré la conciencia, mirando frenéticamente a mi alrededor para ubicarme en la coreografía.

Mi corazón latía desbocado. Nunca había perdido la concentración así, ni en las peores situaciones, pero ver a ese tipo por un instante me había dejado completamente aturdida.

Sentí que me ardía la cara, no por vergüenza, sino de rabia al ver que ahora todos me miraban por quedarme parada como una tonta sin saber qué hacer.

Por suerte, otra Omega se me acercó bailando y me tomó de la mano para hacerme girar. "Tú sigue el ritmo...", me susurró al oído.

Pronto retomé el paso, pero no podía deja