Punto de Vista de LUCY

"Ponte esto." Una mujer me entregó una bolsa de papel. La miré brevemente antes de observar alrededor de la habitación.

Me encontraba en un espacio reducido junto a otras nueve Omegas, todas con bolsas similares. Las demás parecían entusiasmadas, conversando animadamente y comparando sus atuendos, que por cierto eran bastante provocativos.

Cerré los ojos y suspiré profundamente. Me cuestioné por qué no había huido durante los últimos cinco días, y por qué había creído que sería más sencillo escapar una vez que una manada me reclamara.

Entre las nueve mujeres que compartían la habitación conmigo, solo una compartía mi frustración. Ambas rechazábamos ser parte de este espectáculo. Las demás estaban demasiado emocionadas, argumentando que no tenían nada que perder, así que preferían entregarse por completo a un Alfa o a un hombre adinerado.

Me pregunté qué opinaban sobre sus parejas destinadas, ya que nunca parecían darles importancia. Mientras tanto, yo estaría dispuesta a hacer cualquier cosa por tener la oportunidad de encontrar al mío.

"¿Qué están esperando ustedes dos?" Cora, la mujer mayor que me dio la bolsa, me miró con enojo a mí y a Olivia. "¿Quieren que llame a César para que les ponga esa ropa?"

Puse cara de frustración antes de mirar a Olivia, asintiendo con la cabeza hacia ella. Dejó escapar un profundo suspiro antes de que ambas revisáramos nuestras bolsas.

Con el ceño fruncido, extraje lentamente un sostén dorado y reluciente que, sin duda, era una o dos tallas más pequeño de lo que uso normalmente. Aunque sabía que la danza que nos habían hecho ensayar durante días era una danza provocativa, nunca había considerado realmente lo que vestiríamos, si es que se podía llamar vestimenta a esto.

Miré a Olivia, quien reflejaba la misma expresión de desconcierto en su rostro.

"¡Apúrense! No se comporten como princesas aquí. ¡O las empujaré a ambas al escenario desnudas!"

Mis manos se cerraron en puños apretados. Realmente quería golpear a esta mujer en la cara.

"Póntelo, Lucy. Esperemos que quien nos compre solo necesite una ama de llaves," me dijo Olivia.

Me quité la camisa y desabroché mi sostén, arrojándolos ambos a la bolsa de papel antes de sacar mi atuendo sexy.

"Si solo necesitaran amas de llaves, no vendrían aquí y gastarían tanto dinero. Estoy bastante segura de que vinieron a tener sexo, como te he estado diciendo durante días. Deberíamos haber huido," le dije una vez que esa horrible mujer gruñona que nos estaba regañando salió de la habitación.

"Sabes que no puedo hacer eso o mi familia enfrentará las consecuencias."

"Tu familia son un montón de basura. ¿Cómo pudieron venderte?"

"Cuando no tienes nada que comer y cuatro hermanos menores llorando todo el día, también querrás venderte."

"Si no tuviera nada que comer, nunca tendría hijos para hacerlos sufrir."

Olivia se quedó callada y simplemente se puso su atuendo sexy. A diferencia del mío, el suyo era azul con cuentas largas que cubrían de alguna manera su abdomen. Yo solo tenía un sostén y una tanga, pero gracias a la Diosa tenía una falda envolvente, que estaba segura que me la quitarían pronto.

"Perdón si fui dura..." Suspiré antes de ponerme la falda hasta la altura de mi cintura.

"Tienes razón. Pero ¿qué puedo hacer ahora?" Se sentó, mirando al suelo.

Suspiré de nuevo y levanté su barbilla para que me mirara. "Saldrás allí y los impresionarás con ese baile. Y por la gracia de la Diosa, tu pareja está en algún lugar allá afuera. Si no, espero que tu comprador al menos sea atractivo y valga la pena mirarlo mientras te toma cada noche..."

"O cada hora..." agregó, y ambas nos reímos, haciendo que las demás nos miraran con burla.

"Ignóralas," me dijo Olivia, y simplemente les di la espalda.

Si no estuviera suprimiendo mi lado demoníaco, estarían ardiendo en el infierno ahora. Pero no debería dejar que mi rabia se apodere de mí. Estas Omegas eran el menor de mis problemas.

"¿Deberíamos arreglarnos el cabello?" Le pregunté a Olivia mientras me paraba frente al espejo. Recogí mi cabello, revelando raíces que mostraban su verdadero color rubio fresa que se oscurecía cada año, volviéndose casi rojo fuego ahora. Solo me quedaba una caja de tinte para el cabello y esperaba que quien me comprara me dejara comprar cosas personales porque no tenía intención de mostrar mi color de cabello real.

Nunca había visto una Omega con cabello rojo. Mis interacciones con otros cambiantes eran limitadas, pero era mejor ser cuidadosa para no levantar sospechas.

"Cora dijo que alguien nos arreglará el cabello y el maquillaje. Pero no creo que necesites maquillaje, Lucy. Ya te ves hermosa."

"Tú también. Pero espero que nos hagan ver feas para que nadie nos compre."

Olivia no pudo responderme cuando la puerta se abrió de golpe y César, el hombre corpulento con una barba fea y sucia, entró.

"Alinéense aquí y déjenme ver su ropa."

Todas las mujeres se apresuraron a ponerse de pie y se alinearon mientras Olivia tomaba mi mano y caminábamos hacia el final de la fila.

"¡Quítate eso!" César me gritó, y levanté la mirada hacia él. Me estaba mirando fijamente, haciéndome fruncir el ceño.

"¿Qué cosa?" Miré hacia abajo, comprobando si me había puesto mal la falda.

"Tu collar."

"No." Mi mano agarró la piedra de ópalo que colgaba de mi cuello mientras sacudía la cabeza.

Él se acercó a mí y trató de alcanzar el collar, pero aparté su mano de un manotazo. Sorprendido, me abofeteó en la cara, tirándome al suelo. Antes de que pudiera levantarme, César se agachó a mi lado y agarró mi mandíbula con fuerza.

"¿Quién carajo te crees para desobedecerme y faltarme el respeto?"

Escuché pasos apresurados entrando, y la voz de Cora me impidió responder, pero seguí tratando de quitar sus dedos de mi mandíbula.

"¿Qué está pasando aquí?" Cora se sorprendió mientras se apresuraba, golpeando la espalda de César. "¡Quítale las manos de encima!"

César gruñó antes de soltar mi cara, y me desplomé en el suelo, tomándome la mandíbula para aliviar mi dolor.

"¿Qué has hecho, idiota? ¡Nos matarán si su cara está magullada! Déjame ver eso." Parecía preocupada, pero sabía que solo estaba asustada. "Oh, Diosa. Bruno, ven aquí. Llévala a la sala de maquillaje. Y tú," señaló a otro hombre, "¡trae algo de hielo!"

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Olivia y yo fuimos separadas, y con casi cincuenta Omegas alrededor, no tenía idea de dónde la habían llevado. Pero como habíamos ensayado el baile juntas, esperaba que estuviéramos en el escenario al mismo tiempo.

Miré el reloj de la pared. El anfitrión había comenzado el evento hace diez minutos, y podía escuchar su voz viniendo del salón principal donde habían montado el escenario. Estaba repasando todas las reglas. Por más que quería prestar atención, no podía dejar de mirar alrededor.

Este lugar estaba lleno de riqueza. Nunca había visto o tocado muebles tan lujosos. Solo podía significar una cosa: esta gente realmente podía gastar mucho dinero en nosotras. Y pensé que eso era enfermizo.

La puerta del backstage se abrió y el ruido se hizo más fuerte.

Se escucharon aplausos.

¿Qué estaba pasando? Fue entonces cuando me di cuenta de que estaban alineando a las chicas. ¿Ya era hora? Pero ¿dónde estaba Olivia?

"¡Lucy!"

Me di la vuelta y vi a Olivia acercándose, sonriendo de oreja a oreja. Mis ojos se abrieron de par en par cuando vi su ropa. Ahora llevaba jeans normales y una camisa.

"¿Qué pasó?" le pregunté, confundida por su ropa.

Sus ojos se llenaron de lágrimas mientras me abrazaba. "Tus oraciones por mí... se hicieron realidad."

"¿Qué quieres decir?"

"El Sr. Zaxton, el tipo que dirige este show, su hijo está aquí revisando las cosas." Tragó saliva, y yo seguí asintiendo con la cabeza, queriendo que se apresurara porque ya estaba en la fila, y estaba segura de que nos dirigiríamos al backstage en cualquier momento. "Él es mi pareja."

Abrí los ojos como platos al oír esa noticia, mientras mi corazón se hinchaba por ella. Al menos ella estaba saliendo de este infierno.

"¡Oh, Dios mío! ¿No es eso increíble?" Estaba genuinamente feliz por ella.

Ella seguía asintiendo. "Espero que lo mismo te pase a ti..."

"Ve ahora..." Cora la interrumpió, empujándome para que siguiera a la chica delante de mí, haciéndome perder el agarre de las manos de Olivia.

"...Espero que tu pareja esté aquí, y que te salve..." Me logró decir esas palabras antes de que me empujaran al backstage.

Mi corazón me dolía, daba por hecho que nunca lo encontraría esta noche. Una chica sin lobo como yo nunca encontraría a su pareja.

Pero estaba emocionada por Olivia. Y no estaba perdiendo la confianza en mí misma. Solo necesitaba potenciar mi sangre de lobo y mi lobo interior. Un día, ella saldría cuando estuviera lista. Hasta entonces, solo tenía que mantenerme firme.

Me aferré a mi collar mientras seguía la fila de chicas a través del backstage, dirigiéndome al escenario principal. Valió la pena ser abofeteada por César, ya que nadie se molestó en pedirme que me quitara el collar después de eso.

La multitud empezó a hacer más ruido, ese tipo de ruido de charla y aplausos educados que se obtiene de gente elegante, no los gritos salvajes que se escuchan en conciertos y eventos regulares.

Sabía que llegó la hora. Mis manos me empezaron a sudar, lo cual no era normal incluso cuando estaba nerviosa, lo que definitivamente estaba ahora mismo. Y mi estómago daba vueltas.

¿Qué estaba pasando? ¿Era esto una mala señal? Podía manejar cualquier cosa mientras no se tratara de mi padre.

Todo el escenario se iluminó, y me encontré en el medio con el resto de las chicas a mi alrededor. Entonces la música comenzó.

Cerré los ojos para no tener que mirar a la multitud mientras mi cuerpo empezaba a moverse al ritmo de la música.

Los aplausos se hicieron más fuertes, al mismo tiempo que las frases obscenas llenaban el lugar. Poco a poco, la elegante multitud olvidó sus modales y se convirtió en un grupo ruidoso con fuertes gritos mientras el baile se volvía más provocativo.

Abrí los ojos justo cuando tenía que girar y moverme de mi lugar, y en el momento en que lo hice, mis ojos se encontraron con los ojos azules más oscuros que había visto en toda mi vida.