Lileet Tenía que encontrar la fuerza para preguntarle a Heib, hablé mucho con dalia en el día, mis tras el enorme lobo de Heib roncaba cerca de la chimenea, Dalia había hablado de un reclamo de una atracción tan fuerte que ningún lobo podía resiste, Pero además de unos besos y bueno otras cosas extremadamente excitantes no había hecho mas conmigo, Dalia me aseguraba que el era mi compañero y que el jamás tendría otra persona, pero mis dudas me estaban consumiendo, porque no había querido ir mas lejos conmigo, tenia que preguntarle, mis ojos se llenaron de lágrimas, — Heib quiero saber si no me quieres— su cara de confusión me dejaba sin argumentos — hablé con Dalia, ella me dijo que los compañeros de los lobos se reclaman, y yo…— trague el nudo que se acomodo en mi garganta — yo siento muchas cosas por ti, has despertado muchas cosas que nunca había sentido pero si no soy tu compañera quiero saberlo, para no ilusionarme más, porque la verdad ya me había imaginado una vida contigo—
HeibMi compañera estaba deseosa en mis manos, no podía dejarla sufrir más , el olor a su necesidad tenia drogada mi cabeza, mi lobo meneaba la cola en aprobación, para él esto se había tardado demasiado, seguí besándola hasta que sus piernas tocaron el colchón, la empuje un poco para que callera de espaldas y me deleite con la vista, sus labios estaban hinchados, sus ojos llenos de lujuria, su cabello se había soltado y estaba esparcido por la sabana, ella era una visión celestial, me abalance sobre ella y la seguí besando, ya habíamos cruzado la línea de no retorno, yo no podría parar, ella no querría hacerlo, bese mi camino hasta la camisa que llevaba y con una contribución de mi lobo la hice pedazos con las garras, ella jadeo en mi boca pero no exigió que me detuviera, quería que siguiera y así lo hice, seguí la línea de sus pechos y los mordisquee delicadamente mientras ella se retorcía y se movía tratando de huir de mis atenciones, mis manos tomaron la pretina de sus pantalones
La desesperación palpable de mi lobo me despertó no mucho después de haberme dormido por completo, había buscado a mi compañera nuevamente y me di cuenta de que me excedí un poco, mi lobo había hecho de las suyas, y aunque mi compañera no se quejó por los rastros de dientes en su pecho y vientre sabía que mañana lo sentiría, pero aun no entendía la necesidad de mi lobo por no dejarme disfrutar de ella dormida en mis brazos, intente calmarlo con el pensamiento de nuestra compañera dormida a nuestro lado pero él hizo caso omiso y sigue empujándome para que me despertara, no sentía la presencia de nadie, seguía sin saber porque su inquietud, pero el levanto su nariz y olfateo con fuerza, eso me hizo recoger una bocanada de aire cargado de olores, sexo, semen seco y sangre de mi compañera, ella había sangrado ambas veces, pero yo había limpiado los rastros de nuestros cuerpos, respire de nuevo y descubrí que el olor a sangre era fuerte y fresco, abrí los ojos y vi a mi compañera dormida,
Lileet Me desperté en una cama extraña, el ambiente estaba frio y el olor a desinfectante estaba en todas partes, no estaba con Heib y eso me lleno de pánico ¿se había desecho de mí?, abrí los ojos en su totalidad y lo busqué, solo para encontrarlo encorvado en una silla de plástico, se veía realmente incómodo y su cuerpo enorme no cabía tan bien en ella, pero… ¿Qué había pasado? Solo recordaba a Heib besando mi cuerpo y despertando mis sentidos con sus manos, sus besos y sus caricias, estaba tan absorta que ni siquiera abrí los ojos esta segunda vez, me relaje y deje que el usara de la mejor manera mi cuerpo, sentí mucha molestia cuando el entro en mi la segunda vez pero mi lubricación ayudo a que todo se mejorara en segundos, después de varios orgasmos me dejo dormir abrazada a él y no recuerdo lo siguiente ¿nos atacaron nuevamente y no me di por enterada?, no quería imaginar nada, prefería que me dieran la información exacta, así que suavemente toque el brazo de Heib que estaba re
Heib Salimos del hospital esa misma tarde, pero al llegar a la casa me sorprendió que lileet se dirigieras a mi habitación y comenzara a recoger sus cosas, había algo que me había perdido.—¿Qué estas haciendo?— pregunte mientras la seguía como un can por la habitación y la sala, la búsqueda había sido rápida —me voy, ya hable con Frank y puedo volver a trabajar para el, me están esperando—fue todo lo que dijo mientras terminaba de recoger las pocas posesiones que la vinculaban a mi, salió al frio y yo no pude permitirle ir sola — permíteme te llevo— —no, Víctor viene por mi—y en efecto el vehículo derrapo en la entrada como si hubiera sido invocado, ella bajo los escalone y se subió al vehículo sin mirar atrás, me quede parado viendo como la mujer que amaba se iba de mi vida, sin mirara atrás, mi lobo tomo ese preciso momento para morderme, sentí el dolor fantasma, el estaba atacándome con saña, sabia que me lo merecía, había sido un idiota codicioso y por eso habíamos perdi
Pasaron 3 días en los cuales no hice más que correr con mi lobo, cazar en exceso, aullar a la luna y acercarme a el hotel de Frank para devolverme como un cobarde, llevaba tres días en una miseria absoluta, el teléfono sonó y como hacia desde hace 3 días lo deje caer al buzón, los golpes en mi puerta me hicieron levantar, estaba tirado en la cama desnudo, no quería nada, me arrastre hasta la puerta, al abrir la puerta un puño me golpeo la cara, apenas pude ponerme atento antes de sentir el siguiente golpe, retrocedí listo para exterminar la amenaza solo para descubrir que era Frank quien me golpeaba, logre esquivar el siguiente golpe —¿te estas volviendo loco? ——¿yo loco? No, tú te estas volviendo loco, como puedes dejar sufrir así a tu compañera, eres un pequeño bastardo y como hice con los estúpidos pretendientes de mis hijas te voy a hacer entrar en razón a golpes — los dos nos quedamos mirándonos el uno al otro, le hice espacio para que ingresara a mi casa, creo que era mejor
Después de sacarme a empujones de su cuarto y gritarme que no volviera a molestarla me quede ahí con todas las cosas que había comprado en las manos, estaba tan asombrado de todo, su aspecto estaba demasiado deteriorado, se veía aun peor que cuando la recogí de las raíces del árbol, pero sus ojos estaban derrotados, sus gimoteos silenciosos hicieron que mi lobo arremetiera contra mi nuevamente, hice una mueca y el dolor fantasmal se extendió cuando Frank puso su mano en mi hombro, me queje era doloroso todo ¿Qué más podría hacer? Nos quedamos en silencio hasta que Frank se aclaró la garganta — debes intentarlo de nuevo— lo mire incrédulo —me acaba de golpear el rostro con la puerta, me grito que me fuera, es obvio que no me quiere—Frank se rio —con las mujeres lo obvio no es obvio, ellas tienen su forma de pensar y si no eres un lobo para entender que eres su compañero, ella solo escucho que el hombre que ama está arrepentido de haber estado con ella, es lógico que este resentid
LileetLa puerta sonó por segunda vez, los obsequios que me había llevado Heib estaban sobre la mesa, las flores estaban en el jarrón de la mesa de noche haciendo alarde de su felicidad, me levante respirando profundo para enfrentar a Heib nuevamente, pero al abrir la puerta no era el, él hombre que estaba parado en la puerta era un ser enorme, con barba que cubría la parte inferior de su rostro y su cabello hacia lo mismo por su parte superior su nariz sobresalía pero no podría saber quién se encontraba debajo de todo ese cabello, los dientes que destellaron eran muy afilados y puntiagudos, él no era gordo pero delgado tampoco, estaba en un término medio, sonrió y su lengua bífida salió a probar el aire —esto fue más fácil de lo que me habían dicho— me tomo de una mano y antes de que pudiera gritar sus colmillos cayeron a mi cuello, la mordida dolió como nada que hubiera experimentado, mi cuerpo se desplomo en los brazos de este hombre y me aterrorice al sentirme consiente pero inm