Narra Boris.
A Amalia la conozco y tengo la certeza de que me empezará a molestar en cuanto sepa que he contraído matrimonio con otra.
—Deberías tener más cuidado y no usar esas cosas ridículas— me gusta ver los tacones en los pies de las mujeres, pero no tan exagerados.
Ella iba a decir algo, sin embargo, seguí mi camino y pisé unos documentos que tenía consigo. Ella al parecer dijo algo, pero no le presté atención. Ingresé a la oficina y grité el nombre de “Mariana” con el fin de pedirle un café. Ella es la antigua secretaria de mi padre que por alguna razón que no comprendo está aquí en Colombia, la chica me parece bonita, tal parece que mi madre no ha visitado
Narra Boris.Salí de la empresa con el fin de ir a pasar la tarde con mi hijo necesito recuperar el tiempo que no he estado a su lado. Y quien quita que Karina nos acompañe; a pesar de que tengo muy claro sé que si lo hace será por Axel, pero de todos modos disfruto pasar tiempo con ambos.Me extrañó no haber visto a Amalia al salir, ya que juraría que sin una buena razón no sé iría de la empresa hasta no verme; esa mujer es insistente, cuando quiere hacerme la vida imposible.Mientras manejaba y pensaba en la rara acción de Amalia recibí una llamada de mi hermano quien no paraba de preguntarme acerca de mi vida aquí, algo bastante inusual, pero de todos modos le comenté de mi hijo y de Karina.Cuando estaba a punto de entrar a la cochera me detuve de golpe tras ver como Karina subía a una camioneta y decidí seguir
Horas antes:Axel estaba en su nueva habitación de juegos que había mandado a crear su padre exclusivamente para su hermoso bebé. Axel no dejaba de tomar entre un muñeco y otro, soltando cada uno con más molestia.La niñera lo miró teniendo en cuenta que ese comportamiento no es digno de él; ella ha sido su niñera desde que el pequeño apenas tenía tres meses de haber nacido y sabe que a pesar de su gran inteligencia y capacidad no suele ser así.Ella empezó a tomar los juguetes intentando hacerlo reír al pretender imitar la voz de bob esponja que tanto a él le gusta, sin embargo, él no se animaba por más que ella se esforzaba.—&iqu
Tras escuchar su petición sintió esa furia que lo hace actuar de manera impulsiva—no te des tanta importancia, soy yo quien no quiere dormir a tu lado, mujer indecente— espetó con molestia dejando que el orgullo sea su peor consejero. A ella no le quedó nada más que reír con burla y mirarlo con desprecio demostrándole que a ella tampoco no le interesa estar a su lado.¿Por qué duele? Se preguntó él mientras se ponía de pie luchando consigo mismo. Quería quedarse, aunque ella no le permitiese tocarla, se sentía feliz con tan solo apreciarla dormir o con tener la dicha de seguir disfrutando del agradable aroma que posee Karina.<<Pero qué demonios me pasa>> pensó porque se dice as&i
Karina estaba decidida a no subir a ese auto, porque sabe que Boris quiere dominar su vida al asignarle a ese chófer y sentirse libre de tener a cuantas mujeres le parezca. —Mami te estoy esperando en este lindo auto— voceo Axel estando dentro y ella avanzó a sacarlo. —Vamos; iremos en mi camioneta—cogió al niño para ayudarlo a bajar. —Mami me gusta este auto, es muy bonito y grande—se quejaba el niño. —Señora Karina ya se está haciendo tarde y además es un auto, igual podríamos usarlo— Karina respiro recordando que de todos modos tenía que contratar a un nuevo conductor porque no podría pedirle a la niñera que tome un taxi de camino a casa y luego otro para ir a recoger nuevamente a Axel a la salida del colegio.
Narra Karina.Deseaba no pensar, pero era imposible no hacerlo, los brazos de esa mujer rodeando su cuello y con sus labios pegados a los suyos no podía borrarlo de mi mente. Por más que me cueste reconocerlo Boris aún me lastima, todavía lo amo como una masoquista que no entiende que ese hombre únicamente representa el dolor en mi vida.—Mamita te encuentras bien— me preguntó mi chiquito cuando me agaché para dejar un beso sobre su frente.Forcé una sonrisa— claro mi vida. Ve que se hace tarde— sonrió y corrió al lado de su maestra quien lo esperaba en la entrada del colegio.Narra Axel.Sé que mi mamita aún no acepta al papito que me ha enviado santa, pero pronto pediré un deseo a las estrellas para que ella los deje estar a su lado. Papá Boris me quiere y me cae bien, no me mira raro como me miraba el tío Edgar, &eacut
—desde hoy seré parte de tu trabajo—, lo escuché acercarse más, pero no me di la vuelta.—estás más loco que Edgar y…—, Dejé la frase a medias y el aire se detuvo en mi garganta.—déjame en paz Boris—él había puesto la mano al final de mi espalda y la iba deslizando lentamente sin detenerse, intenté alejarme, pero me detuvo agarrándome por las caderas.—cuando lleguemos a la casa, te entregarás a mí como cualquier mujer lo hace con su marido—me negué con la cabeza a su orden, él no puede verme, pero mis ojos se aguaron. Se escucha oscuro y temible.—no me culpes despu&ea
Narra Karina.En el horario del almuerzo bajé a la cafetería que se encuentra a dos cuadras de la empresa, decidí que iría caminando. Encuentro que es más tedioso ir al estacionamiento de la empresa que ir esas dos cuadras andando.Cuando estoy a punto de empezar a comer mi móvil suena indicándome que me ha llegado una notificación, y al revisar es un mensaje de un número desconocido que dice:~me encanta el aroma que emana tu piel~—Maldito enfermo—esas palabras salieron de mi boca como un gruñido, puesto que sé que nadie más que Edgar es quien me envía tales mensajes. Únicamente su mente enferma y hostigadora se prestaría para empezar a acosarme a través de mensajes. Puse el móvil a un lado para seguir con mi almuerzo, pero otra notificación sonó.<<No lo voy a mirar>>pensé y la curios
—Edgar, no me lastimes. Mi padre jamás te lo perdonaría— habló ella entrecortando las palabras, sintiendo mucha sed y mareada también.—nena… —escuchó una voz masculina y bastante grave, más de lo normal, le pareció artificial. Un escalofrío recorrió todo su cuerpo y alarmó sus sentidos, se sentía expuesta y débil.—déjame ir te lo ruego, nadie sabrá nada de esto—intentó convencer a su secuestrador—por favor— volvió a intentar estando muy segura que se trataba de Edgar.—esta vez no te me escaparás…. No sabes cuanto te deseo, siempre serás mía. —algo muy suave bajó desde el inicio de sus