Natalia.

Que podía decir al respecto, él chico sonreía de oreja a oreja tenía un parecido al gato que aparecía en la película de Alicia el país de las maravillas.

Trate de disimular no quería articular palabra alguna me coloque el Capote de mi suéter en la cabeza, trate de hacerme la tonta a lo que me decía, él chico se pone de cunclias y recoge los papeles, Me los entrega sin dejar de verme.

-Gracias- digo con nervios.

-No es nada Gatita.

Por Dios ahora que haré, tal parece que el chico insiste con llamarme gatita, sólo actuare con normalidad.

Camino por el largo pasillo de la prestigiosa Universidad, él desconocido camina a mi lado, me hace señas por donde debemos ir supongo que es por ahí el auditorio. Entramos por una gran puerta, El detrás de mí, lo miro sobre mi hombro y no quita su vista.

Al entrar al gran auditorio me sorprendo al mirar cientos de estudiantes sentados en las lujosas sillas, todo estaba bien organizado, los maestros se encontraban en la gran Tarima.

-Son bastantes alumnos- susurró para mí misma sin percatar al chico desconocido detrás de mí.

-Si son muchos y aún hay más al otro lado de este auditorio.

Mis ojos se agrandan al oír eso, tal parece que está es una de las mejores universidades.

-Ohh es en serio- vuelvo a hablar en susurro.

Él sonríe y asiente. El Rector nos informaba detalladamente los reglamentos de la Universidad, su misión y visión, toda la información necesaria y de total importancia para el alumnado.

Luego de estar casi una hora ahí dentro todos salimos en Orden, él chico desconocido sigue detrás de mí, les diré que su actitud me está poniendo nerviosa ni yo misma se por qué.

Caminamos por unos grandes pasillo que supongo que nos llevará al salón donde podremos ver las carreras y sus materias asignas y los horarios. Todo acá es lujoso hasta el piso por donde uno camina, al llegar al gran salón. Varias chicas y chicos se acercan a la pantalla gigantesca en la cual indica las carreras.

-¿Que estudiaras?- pregunta el chico bonito de ojos cafés.

-Idiomas- digo sin quitar la mirada de él.

-Vale que hemos coincidido.

-¿De veras? ¿Usted estudiara idioma o ya está estudiando?- una leve sonrisa aparece en la comisura de su labio.

-Todos los que estamos en este sector somos primer ingreso nenita, por lo tanto es mi primer año- asiento regresando mi vista hacia la pantalla.

-Me llamó Adrien Russell ¿Y tú gatita?- nuevamente me giro hacia él y le digo.

-Mucho Gusto Adrien, pero ¿Por qué quiere saber mi nombre?- él frunce el ceño y chasquea la lengua.

Resoplo y le digo mi nombre.

-Natalia Claris y deje decirme gatita por favor- ríe bajito, se ve adorable al sonreír es muy guapo.

Una voz chillona me hace reaccionar y salir de mi trance, una chica llama a Adrien ella se le acerca a él, es muy linda su cabello es algo rojizo viste muy elegante, lo abraza con fuerza. Ambos tienen un tremendo parecido, deben ser parientes.

Al lado de ellos se encuentra una chica linda, su cabello es negro y lacio, ojos marones, muy guapa, noto como ella mira embobada a Adrien. Ella se acerca más a él y roza su labio, rápidamente quito mi mirada de ellos. Camino buscando el salón de idiomas, después de la irremediable búsqueda por fin doy con mi salón. Entró y miro muchos alumnos, todos hablan y comentan entre ellos, al dar paso a la sección se quedan callados no entiendo el porqué. Busco un pupitre vacío, encuentro uno al final de la primera fila, dejo mi mochila sobre la pequeña mesa, saco mis apuntes.

Levanto la mirada, miro como algunas chicas no quitan su vista de mí cuchichean y ríen a carcajadas. Será que me miro como una Payasa o mejor dicho me atuendo les hace gracia.

Vale que me importa una mierda, me encojo de hombros ignorando las miradas incrédulas de varias chicas que parecen salidas de alguna revista de porno, río para mis adentros.

Escribo garabatos en mi cuaderno mientras espero que entre la docente. Tal parece que las pornógrafas dejaron de verme y reír, un golpe en la silla donde me encuentro sentada me hace empuñar mis manos.

-Hola cuatro ojos, tal parece que tienes mucho frío- levanto la mirada hacia la voz gruesa, un chico alto rubio de ojos verdes me mira incrédulo, su mirada es de burla.

Resoplo sin ponerle importancia, bajo la mirada hasta mi cuaderno, nuevamente el maldito hijo de Satán sigue golpeado la silla, oigo las risillas de algunos alumnos, Juro que si lo vuelve a hacer va a conocer mi parte mala.

-Oye Pato feo acaso eres sorda muda- sigo escribiendo cuando golpea la silla nuevamente, Maldita sea esta vez se la vera en grande conmigo, me levanto del pupitre enojada, clavo mis ojos en él, Hago mis manos en puños y sin pensarlo tanto le propinó una fuerte bofetada.

Todos dejan de hablar y reír. Mierda me dolió las manos.

-Maldita como te atreves- grita furioso, miro como levanta su mano para golpearme, cierro los ojos pero el golpe no se hizo presente en mi rostro, oigo el bullicio de los alumnos y al abrir mis ojos me encuentro con la espalda ancha de un chico.

-Acaso eres un marica para querer pelear con una mujer- esa voz es del tal Adrien.

-No te metas cuñadito- le dice el maldito Rubio

-No, tú no eres mi cuñado Lucas, estas muy equivocado y te lo advierto acá no te hagas en hombrecito- ambos se tiran miradas asesinas, Una voz suave y a la vez firme nos saca a cada quien de nuestro trance.

-Muy buenos días niñatos, espero que empecemos bien las clases, una escenita más como esta y los pongo el primer cero a todos en mi clase de francés.

Que directa es la maestra. Al parecer todos han obedecido ninguno dijo nada en todos la clase.

-Bien niñatos, en esta hoja que les daré a cada uno de ustedes pondrán su nombres completo, edad y por qué eligieron esta carrera y entre otras cosas que está escrito en la hoja, espero este todo completo ya que vale su primer puntaje de acumulación en mi clase. Ahora manos a la obra y en silencio.

Todos empezaron a escribir, realmente está maestra es muy firme en su trabajo y ella aún no se ha presentado, debe ser de esas señoras que no le da importancia a la formalidades.

La clase estaba por terminar todos entregaron la hoja ya llena con nuestros datos, la maestra se presentó con nosotros, su nombre es muy lindo y al parecer no dijo nada más

Analisse Chespiers, eso Fue lo único que replico antes de salir del Salón de clase.

Empaco mis pertenencias y miro a mi compañero que hace los mismo, trata de hablarme pero yo lo ignoro, salgo del Salón ignorando a varias pornógrafas que no dejan de mirarme con asco.

Se preguntarán el ¿porque? les e encajado ese nombre pues verán la mayoría están vestida con minifaldas mostrando su muslo y su vientre y ni decir de sus escotes. Y su rostro maquillado de una forma, Ags ni hablar, sé que no debo juzgar ya que yo no soy la indicada, pero por Dios es un Universidad no un prostíbulo o un Burdel. Suspiró en varias ocasiones mientras camino hacia la salida.

Ya todos se están marchando algunos riquillos en sus lujosos autos y otros en motocicletas.

Waaaa me encantaría sentir la adrenalina en esa gigantesca moto Pulsar, Conozco mucho de Motos y Autos, trabaje en taller Mecánico durante dos años, desde ese entonces me fascinan hasta he estado en carreras de auto, joder en esa parte envidio a los Riquillos.

Camino rápidamente hasta la salida muchas niñatas no dejan de verme y sé que es por mi Ropa, ruedo los ojos y sigo mi camino. Me detengo en la acera a esperar el metro.

Mientras pongo mi trasero en la banca de metal un Audi A6 color negro se estaciona muy cerca de mí.

-Gatita, anda sube te daré un Aventón- me dice Adrien, que molestó se ha vuelto en pocas horas.

-No es necesario, gracias- le digo sería.

Él sonríe y tal parece que no se cansa de sonreír.

-No seas malita gatita, anda sube por favor.

Oh María y José. Denme un poco de paciencia con este niñito rico.

-Está bien, sólo por esta vez y por agradecerte lo del Salón.

El bonito sonríe, sale del coche abre la puerta del copiloto me adentro y tomando lugar en la cómoda silla del auto.

-Gracias y espero que sea la última vez.

Adrien arranca a toda velocidad, ambos estamos en un silencio incómodo.

Ahora lo único que pienso es cómo deshacerme de él, Sólo espero que no le cuente a nadie que trabajo en un burdel.