Antara:
Mentiría si dijera que no estoy ansiosa y preocupada, no solo por saber cómo es Felicia y que opina de mí, aunque ya me doy una idea, también es el hecho de que no he podido quitar de mi mente a Marko, es absurdo que lo extrañe de esta forma, tal vez se deba que de todos, ese lobo loco es el único que me a valorado y procurado desde un principio, quitando la parte en la que casi me ata con sus garras, aunque le hubiera agradecido que no trajera a Felicia, justo el día de mi presentación, pero no podria negar que es el mejor regalo, el único si he de admitir, pues los nobles hasta sus obsequios se llevaron, pero eso ahora es nada comparado con que Marko movilizo a los rastreadores solo por mí, consiguió en días lo que el gran duque del imperio no pudo hacer en años, encontrar a su hija biológica, aunque también estaba un poco preocupada, pues com
La noticia de que el rey visitaría la mansión White, en pocas horas, poco o nada preocupaba o inquietaba al duque, lo único que este hombre con alma de lob tenía en su mente, eran las palabras del doctor y no era el único en estar preocupado.— Yo… no sabía lo que ocasionaría mi presencia. — se lamentó con honestidad Felicia.— No eres tú… — trato de consolarla Cameron, la había extrañado, claro que sí, pero en su ausencia fue Eleonor quien le daba un motivo para ponerse de pie cada día, aunque este fuera molestar a la humana, y luego, la culpa lo carcomió por dentro, hasta que finalmente su lobo acepto que queria a Eleonor como una más de la manada White, como a su hermana.— No, pero… fue mi presencia lo que complico todo, yo… no es que no escuche a padre esa noche, lo hice adrede, sabia que había un baile, solo para ella, el príncipe Marko me lo dijo, me informo que era el baile de presentación de Eleonor, fue por ello por lo que ingrese… queria arruinar su noche y estoy arrepentid
El cielo se oscureció, tan rápido como el trueno lo ilumino, el ¡No! que Eleonor no pudo gritar, lo lanzo el cielo, mientras la joven quedaba de pie, con su lengua adormecida, su cuerpo rígido y su corazón doliendo.— ¿Qué? — murmuro Felicia y de forma inconsciente se alejó del rey y se ocultó tras Cameron.— Eso es imposible, descabellado. — replico apretando los dientes Elías, porque el duque sabía que si Felicia fuera la compañera de Marko, él mismo la hubiera escoltado aquella noche, no antes de vestirla de seda y adornara su cuerpo con oro, hubiera enviado su mejor carruaje… y fue allí que sus puños se cerraron, al recordar como Marko le perdona la vida a Emir, quien lo ataco luego de que Marko hiriera a Eleonor, todo fue por un pedido de su hija, y luego, envió a su mejor carruaje para que la trasportaran, si, Marko era el compañero de su hija, pero esa no era Felicia.— No tiene por qué alterarse duque, sé que han estado separados de ella por mucho tiempo, mi corazón no permiti
Antara:Mi pecho dolía como jamás lo había hecho, era un dolor aun más fuerte del que sentí el día que madre murió, tenia ganas de llorar, pero no podía hacerlo, no por no tener lágrimas, era el saber que la lluvia comenzaría una vez más y eso no era bueno, muchas familias estaba siendo trasladadas, ya que durante los años de sequía las personas se fueron apoderando de tierras que pertenecían a los ríos, pensando quizás que la naturaleza nunca reclamaría lo que les pertenecía, y ahora que los ríos crecían, estaban perdiendo todo, lo que más me molestaba era que los seres afectados eran brujos de bajo rango, cuyo poderes no servían para casi nada, o simples humanos que buscaban sobrevivir. No, el lanzarme sobre la cama a llorar solo dañaría a personas que nada tenían que ver con mi pena, por
El tiempo pasaba, los hombres White estaba ocupados y atentos hasta en el más mínimo detalle del baile de presentación de las jóvenes de la familia, buscando que todo sea perfecto, y Eleonor, junto con Felicia, habían conseguido que los padres adoptivos de esta ultimo fueran a la mansión White a visitar a la joven humana, algo que debía alegar a Eleonor, pues al fin tendría a un grupo de brujos cerca de ella y así quizás, con suerte, podria pedir ayuda en secreto para poder manejar y desarrollar sus poderes, pero la verdad era muy distinta, cada pensamiento de la joven bruja, cada latido e incluso sus suspiros tenían nombre y apellido, Marko Goldeblack, el rey Alpha, y eso la estaba enloqueciendo, no comprendía porque no podía sacarlo de su mente, si, había decidido tomar la semilla de su alteza real y así con suerte, si quedaba embarazada, podria sacar algún tipo de beneficio, como recuperar el reino Kael o incluso conseguir inmunidad al darle un heredero al reino y así al fin se ase
— Felicia. — una mujer regordeta de cabello rubio corrió hasta abrazar a la joven.— Mamá. — algo en el corazón de los jóvenes White se removió ante esa imagen, aunque debían comprender que Felicia no había conocido a su verdadera madre y esa mujer la había cuidado durante años.— Eleonor, ellos son la familia Otto, el señor Nicanor. — presentó el duque a un hombre alto, también de cabello rubio. — La señora Eimy. — continuo al observar que la bruja regordeta al fin liberaba a Felicia de sus brazos. — Y sus hijos, Sebastián y Luis. — ambos jóvenes tendrían la edad de Emir y Cameron, ambos rubios y Eleonor recordó que todos los brujos tenían el cabello rubio, menos la realeza, o sea ella y sus padres.— Es un gusto conocer a quienes han cuidado a mi hermana. — se pronunció Eleonor dándole la mano a Nicanor y quien casi sufre un infarto al sentir la energía de la joven, solo sus reyes poseían una energía tan grande.— Usted es…— Humana. — se apresuró a decir Eleonor que también sintió
Marko paso días empapándose de la historia de los reinos, cuatro razas que convivían en paz, del lado este del planeta, separados por los océano, los reinos de la diosa luna, mientras que del otro lado, los hijos del dios sol gobernaban, las hadas, los elfos, los demonios de fuego y las quimeras, seres que no tenían una apariencia tan humana como ellos, salvo por las hadas y elfos, que lo único que los delataba eran las alas en el caso de las hadas y las orejas en punta en el caso de los elfos, se regían por normas muy similares a los de los hijos de la luna. Nada de aquello le servía a Marko para descifrar ¿Quién o porque estaban malditos?— ¡Esto es una m****a! — rugió lanzando el libro contra una de las paredes.— Creo que llegue en mal momento. — la voz de Máximo lo hizo girar, no tenia problema alguno con el que supuestamente era su medio hermano, quizás en el pasado sintió celos de él, ya que pensaba que su padre había desterrado a su madre por su culpa y la de Elsa, pero al sabe
La cena había sido muy beneficiosa, para ambas jóvenes, al menos ahora Eleonor sabia que no estaba enloqueciendo, aunque esa misma información la llevo a permanecer despierta toda la noche.— Ese maldito lobo loco. — murmuro apretando su puño, ¿Cómo se atrevía a desecharla y escoger a Felicia si ella era su verdadera compañera?— ¿Disculpe mi señorita? — iris estaba cubriendo su cuerpo con un vestido verde azulado, que cambiaba su color cuando la luz se reflejaba en el y por un segundo Eleonor lo comparo con el color de las plumas de un colibrí, llevándola a recordar nuevamente a Marko, al parecer era todo en lo que podía pensar.— Nada, es solo que… ¿Qué puede llevar a un lobo a reclamar a alguien como compañera y luego solo dejarla? — necesitaba saber si era ella el problema o Marko, en el caso
Marko estaba demasiado ocupado con las recientes inundaciones y las consecuencias de las mismas, como para así sea pensar en asistir al baile de presentación de las jóvenes White, además sabía que la invitación solo se la habían enviado por obligación, no era como que el duque lo quisiera cerca de sus hijas, pero aun así, deseaba poder estar allí, seguro Eleonor luciría aun más hermosa que lo de costumbre, pero tampoco es como si quisiera verla, eso significaba aumentar su dolor, aunque debía confesar que los celos lo estaban acabando, el pensar que ella pudiera bailar con algún joven noble, solo le causaba el pensar en derramar la sangre de cualquiera que osara, así sea a verla a los ojos, pero confiaría que tanto Emir como Cameron mantendrían a todos a raya.— Debes hacer algo con los habitantes que han perdido sus hogares… — la reina “viuda” llevaba casi una hora en su despacho y la paciencia del nuevo rey se había terminado.— Elsa. — corto sus órdenes camufladas de preocupación p