Al fin y al cabo, aún necesitaba pedirle a Miguel el medicamento especial.Si se enemistaba con él, seguro que no le daría el remedio, y entonces su abuela seguiría sufriendo. Solo de pensarlo, se le retorcía el corazón.—Bueno, vámonos —dijo Miguel, dándose la vuelta y marchándose.Jenny fulminó a Laura con la mirada antes de apresurarse a seguir a Miguel.Laura miró las figuras de ambos alejándose. Miguel parecía muy complaciente con Jenny.Patricia apresuró a Laura para que se dirigiera hasta la mesa y le dijo con aire misterioso: —Laura, tengo una sorpresa para ti.Laura se calmó un poco, sirviendo dos tazas de té y entregándole una a Patricia. —¿Qué sorpresa?Después de todo, su vida con Miguel era como un estanque muerto, sin la menor emoción.Patricia se hizo la misteriosa. —¡Adivina que es!Laura, bebiendo su té, en realidad no lo sé. —¡Dime que es!Patricia la miró con seriedad. —¡Podrías al menos intentarlo!Parecía que Laura llevaba una vida monótona sin pasión alguna. Eso n
Laura tardó un momento en reaccionar y, señalándose a sí misma, preguntó:—¿Es para mí?Santiago afirmó. —En un par de días es tu cumpleaños. Mañana tengo que viajar por trabajo y no podré estar aquí para celebrarlo contigo, así que preferí adelantarte tu regalo.Laura esbozó una ligera sonrisa.—Muchas gracias en serio por acordarte de mi cumpleaños. Aprecio el lindo gesto de tu parte, pero me es imposible aceptarlo.Maite estaba enamorada de Santiago, y ella necesitaba mantener su distancia con él. Si no lo hacía, Maite seguramente armaría un escándalo que todos terminarían conociendo.Ahora Laura era la esposa de Miguel, y aunque los demás no lo supieran, ella tenía muy claro que mientras estuviera casada con él, no se permitiría ningún tipo de acercamiento con nadie más.Al escuchar su rechazo, Santiago se sintió bastante consternado. Pero no dejó que se notara en su rostro.—Es solo un pequeño detalle que hice yo mismo, no es nada costoso. No tiene nada de malo que lo aceptes.Lo
Patricia miró hacia donde estaba Miguel, sintiéndose indignada. Había notado claramente el brillo de admiración en los ojos de Laura. Le habían encantado los aretes, pero no se atrevía a aceptarlos por Miguel. ¡Qué detestable en realidad era ese imbécil!Después del incidente del regalo, los tres comenzaron a comer en un ambiente algo tenso. Laura comía distraída, perdida en sus pensamientos, pero de repente sintió náuseas.De inmediato dejó los cubiertos y, cubriéndose la boca con la mano, dijo:—¡Voy al baño! —y se levantó apresurada.Santiago la siguió con la mirada, mientras una sombra de melancolía cruzaba en su rostro.Patricia observó discreta cómo Laura se alejaba.Por supuesto que sabía muy bien porque Laura estaba vomitando. Pensó en ir a verla, pero temía que Santiago notara algo extraño. Después de dudarlo por un instante, decidió no hacerlo.Laura le había pedido que mantuviera en secreto su embarazo para evitar que alguien pudiera usar esa información en su contra.Al ver
Laura se preocupó al darse cuenta y sus mejillas se sonrojaron un poco. —Me mordí el labio sin querer —dijo.Aunque en realidad, había mordido los labios de Miguel.—Toma, límpiate —Patricia le extendió un pañuelo.Los ojos oscuros de Santiago eran profundos e indescriptibles, imposible saber qué pasaba por su mente.Laura tomó el pañuelo y se limpió la boca, recordando con molestia el atrevido comportamiento de Miguel afuera del baño."¿Qué se cree Miguel?", pensó. "¡Besándome cuando se le da la gana! ¡Sin importarle si esto me mete o no en problemas!""Si fuera Jenny, seguro no se atrevería a hacer algo así..."—Por cierto, Laura —dijo Patricia con entusiasmo—, el señor Montero me presentó un proyecto importante. ¿Podrías ayudarme si tienes tiempo? Yo sola no doy abasto con todo.Laura dejó a un lado el pañuelo y afirmo.—Claro, de todos modos, creo que tendré bastante tiempo libre próximamente.Con Jenny en Vértice, quizás le quitaría varios casos. Era probable que su carga de trab
Por eso, a escondidas de su familia, contrató profesores particulares para ella. Piano, baile... se volvió experta en todo. Ante sus ojos, ella siempre había sido excepcional.Si no hubiera sido por aquel año en que conoció a Miguel, ahora quizás sería la señora Montero.Pero lamentablemente...Patricia, que conocía la historia de la infancia de Laura, no se sorprendió al escucharla agradecer a Santiago.A veces realmente agradecía que Laura hubiera conocido a Santiago, quien le dio el amor y la compañía que tanto necesitaba durante su crecimiento.Y ella también agradecía haber conocido a Laura, pues gracias a ella había logrado sobrevivir durante tantos años.—No tengo ningún talento especial —dijo Laura. —Solo que como gastaste dinero en mí, no quería decepcionar tu confianza ni desperdiciar tu dinero, por eso me esforcé tanto en aprender.Al recordar con nostalgia el pasado, Laura sentía que los únicos momentos verdaderamente felices fueron los que pasó con Santiago.Si no hubiera
Laura se sonrojó.Patricia ladeó la cabeza mirándola con burla.—Ah, con que por eso tenías sangre en el labio, porque lo mordiste a él.Ahora entendía por qué Laura se había puesto tan roja cuando le preguntó.Jenny se puso lívida de rabia.Antes solo sospechaba que algo había pasado entre ellos en el baño y podía consolarse pensando que eran imaginaciones suyas, pero ahora que Miguel lo confirmaba, la consumían por completo los celos."¡Esa zorra de Laura! ¡De verdad lo sedujo en el baño! ¡Descarada!"Miguel presionó un poco su labio lastimado mientras miraba a Laura con una pícara sonrisa. —¿No piensas hacerte responsable?Laura apretó con rabia los dientes y le dijo a Patricia:—Adelántate al estudio, envíame los documentos del proyecto por correo y te llamo cuando los revise para discutirlos.—Pero, tú... —Patricia no quería dejar a Laura sola con Miguel.—Tranquila, con su amorcito presente no me hará nada —le susurró con sutileza Laura.—Está bien, ¡pero ten cuidado! —advirtió
"¡Primero me hace subir y ahora me dice que baje! ¿Está loco o qué?"Miguel apretó los labios, se inclinó para cargarla entre sus brazos y le dijo a Mario:—Lleva tú a la señorita Urquiza.Laura comprendió de inmediato su intención.Jenny se había quejado del sereno, así que la bajaba a ella para que Mario llevara a Jenny.¿Debería felicitarlo por ser tan considerado?Mario miró sorprendido el rostro pálido de Laura, dudando si hablar."¿Acaso el señor Soto no se da cuenta de que esto lastimará a su esposa?"Sentía que el señor Soto se estaba metiendo cada vez más en problemas.—Miguel, ¿no vendrás conmigo? —Jenny clavó la mirada en Laura, que estaba en brazos de él, consumiéndose por completo de celos.¡Prefería quedarse con Miguel en el frío que irse sola en el auto!Laura escuchó a Jenny y al levantar la vista se encontró con su mirada asesina. Sus labios se curvaron en una leve sonrisa."Vaya, vaya... ¡Está muerta de celos y rabia!"Pensándolo un momento, rodeó el cuello de Miguel
Laura no quería hablar sobre Santiago.Porque, aunque lo hiciera, Miguel no entendería."¡No hay nada que decir!"—Primero dices que quiero el divorcio y por eso grabé videos tuyos con Jenny, ahora dices que tengo prisa por encontrar a alguien más. Miguel, ¿no crees que estás siendo un poco ridículo con todo esto?Quería decirle que era un bobo, pero sabía que no debía provocarlo.—Laura, escúchame bien: mientras yo no quiera, no conseguirás el divorcio, aunque lo intentes. Y si piensas en ir a juicio, tengo todo el equipo legal de Nexus a mi disposición, ¿cómo podrías tú sola ganarme? Al final, la única que sufrirá serás tú —Miguel sonrió con frialdad, levantándole el mentón con la mano, sus ojos llenos de burla."Ella en verdad cree que mi equipo legal es simplemente de adorno.""Quiero que entienda que jamás podrá ganarme."Laura miró sus finos rasgos, sintiendo una oleada de tristeza.—Miguel, ya tienes un hijo con Jenny, ¿por qué no quieres divorciarte? ¿Por qué no me dejas ir? ¿H