Capítulo 56
Laura, con un dolor intenso y lágrimas contenidas en los ojos, dijo: —Miguel, ¿acaso no te das cuenta de que está fingiendo el desmayo?

¿Cómo podría Miguel, siendo tan perspicaz, no darse cuenta de que Jenny fingía?

Pero aun así él elegía tolerarlo.

Ella estaba claramente lastimada y no solo no se preocupaba, sino que la acusaba de estar fingiendo.

¿Era tan despiadado con ella solo porque no la amaba?

—Solo veo que ella se desmayó mientras tú estás perfectamente de pie. Laura, ¡ven conmigo! Si no lo haces, desde mañana no necesitas presentarte a trabajar —pronunció Miguel lentamente, enfatizando furioso cada palabra.

Laura miró atónita al hombre frente a ella, su corazón hecho mil pedazos: —Pensé que alguien como tú sabría separar lo personal de lo profesional. Pero veo que solo fue mi ingenua imaginación.

La amante la difamaba y su esposo, para ayudarla, la amenazaba con total descaro con su trabajo.

¡Qué irónico!

—Jenny se desmayó, ¡Miguel, llévala rápido al hospital! Yo me encargo d
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