Capítulo 449
—Es un secreto, ¡no puedo decírtelo! —sonrió Santiago amablemente—. De todos modos lo sabrás pronto.

—¡No hagas locuras! —Laura resopló—. ¡No me asustes!

—Tranquila, ¡definitivamente no lo haré! —prometió Santiago.

Laura lo observó detenidamente por un largo momento.

—¿Laura me está interrogando? —rio Santiago.

—¡Llegamos! —interrumpió Samuel. Papá y mamá solo hablaban entre ellos, ni siquiera se preocupaban por su querido hijo. ¡Seguro era adoptado!

Laura apartó la mirada y vio el letrero de pediatría.

—Llévalo tú al chequeo, yo me sentaré afuera a descansar un poco.

Santiago, viéndola agotada, sintió pena por ella.

—Bien, ve a descansar.

Cuando Santiago entró con su hijo a la consulta, Laura encontró un asiento, exhaló profundamente y dejó su mente en blanco.

Al terminar todos los exámenes, encontraron a Laura dormida en la silla.

—Samuel, ¿puedes caminar solo?

Samuel se golpeó el pecho con sus manitas regordetas, enderezó la espalda con aire de importancia.

—¡Papá, claro que puedo!

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