Capítulo 439
Manolo esbozó una sonrisa sardónica.

—Así que, según tú, ¿está bien vender a tus hijos por tu carrera?

De niño creía que su padre era un hombre íntegro. Ahora se daba cuenta de que lo había visto a través de un filtro que lo hacía parecer grandioso.

Juan, al oír esto, ensombreció su rostro.

—Manolo, no creas que porque ahora tengas alas fuertes ya no puedo controlarte. Tu relación con Milena solo puede avanzar, no retroceder. ¡Fuera de aquí!

Manolo le dirigió una mirada profunda antes de marcharse.

Juan observó su espalda mientras se frotaba las sienes, inquieto. De repente se daba cuenta de que Manolo había crecido y ya no podía controlarlo. Este reconocimiento lo aterraba. Su mayor objetivo en la vida había sido llegar a la cima. Había usado media vida para alcanzar su posición actual, y estando tan cerca de la cima, ¿cómo podría rendirse?

Manolo fue al garaje y llamó a Miguel desde su auto.

Después de un rato, Miguel contestó.

—¿Qué pasa?

—¿Dónde estás?

—En el hospital, mi hija tien
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