Dos semanas después, Anya, Viktor, Francesca y Solé, estaban en la clínica esperando impacientes que les entregaran al pequeño Yuri para llevarlo a casa. —Estoy feliz, por fin podré llevar a mi solnyshko conmigo —dijo Anya con una sonrisa radiante, usando la palabra rusa de cariño para su "solecito".—Todos estamos felices, ese malen'kiy (angelito) será la alegría de nuestro hogar —expresó Francesca abrazando a Anya con afecto.Anya les devolvió una sonrisa a medias, ocultando sus verdaderos planes, había rentado un pequeño departamento para vivir independientemente con su hijo y Sonia, pensaba informarles cuando llegaran a la villa, necesitaba su propio espacio para criar a su hijo.La enfermera se acercó con el bebé en brazos y se lo entregó a Anya, ella lo estrechó contra su pecho, sintiendo alivio, por un momento había temido que Alexei intentaría quitárselo. —Ahora vamos a casa, como la semya (familia) que somos —declaró Viktor tomando el bolso del bebé.Francesca observó con
Anya sintió un nudo en el estómago mientras el avión privado aterrizaba en Rusia, era el momento que tanto había temido desde que aceptó comprometerse con Viktor. Pronto tendría que enfrentar a Alexei, su ex esposo, para poder divorciarse y empezar una nueva vida junto al hombre que la había rescatado.—Será difícil que Alexei me de el divorcio.—No creo que se niegue a hacerlo, por amigos en común sé que Stephanie ha dicho que se casarán en cuanto logre divorciarse, así que creo que ya es tiempo de que lo enfrentemos.Anya sintió un escalofrío recorriendo su espalda sólo de pensarlo, pero Viktor tenía razón, había llegado la hora de encarar su pasado. No sabía nada de su familia desde que la repudiaron y la dieron por muerta. Al parecer la habían olvidado por completo, incluso sus mismos padres, aunque no había diferencia, ellos jamás la habían cuidado.—No te pongas triste por eso, preciosa —tomó su rostro entre las manos con delicadeza— me tienes a mí y eso es lo que importa, ell
Alexei, furioso al ver a su abuelo golpeado, se lanzó sobre Viktor dispuesto a defenderlo.—¡Maldito infeliz, cómo te atreves a golpear a mi abuelo! —Alexei temblaba de furia.Ambos hombres rodaron por el suelo, soltando un golpe tras otro, sin tregua, la sangre comenzó a brotar de sus labios partidos, los guardaespaldas y personal de seguridad de los dos hombres intentaban separarlos, pero la furia desatada era demasiada.— ¡Se lo merecía por insultar así a mi mujer! ¡Tú y tu familia la han humillado por última vez!—¡Anya dejó de ser mi mujer en cuanto se revolcó con otros hombres! ¡Es una ramera indigna!— ¡Basta ya! ¡Por favor, deténganse! —Anya gritaba entre lágrimas, horrorizada por la violenta escena.Finalmente, varios guardias musculosos lograron separar a Viktor y Alexei, sujetándolos con fuerza para evitar que siguieran agrediéndose, ambos tenían el rostro amoratado e hinchado por los golpes. —Viktor, por lo que más quieras, vámonos de aquí. —suplicó Anya, tomándolo del b
Viktor pasó toda la noche en vela, realizando múltiples llamadas para averiguar los detalles del sepelio del patriarca Vladimir Ivanov. Finalmente, uno de sus informantes le confirmó que el funeral se llevaría a cabo esa misma tarde a las 4 pm en el Cementerio Ortodoxo Ruso.A primera hora, Viktor se dirigió a la habitación de Anya con un ramo de rosas blancas en las manos, ella aún dormía, pudo observar sus bellos ojos hinchados de tanto llorar, la sacudió con suavidad.—Anya, mi amor, despierta, tengo algo importante que decirte.Ella parpadeó con pesadez, su mirada era vidriosa y pérdida.—¿Qué sucede? —preguntó con desconcierto.—He averiguado dónde y a qué hora será el sepelio de tu abuelo Vladimir, iremos a despedirnos como se debe.Los ojos de Anya se abrieron desmesuradamente al comprender las palabras de Viktor.—¿Iremos? Pero... ¿Cómo? Ellos no querrán que esté presente, han dejado muy claro cuánto me desprecian —claro que quería ir, pero tenía miedo, miedo de su propia fami
A la mañana siguiente, Viktor despertó y se arregló apresuradamente, había tomado una firme decisión durante la noche.Salió de la mansión con paso decidido y llamó a uno de sus guardaespaldas de mayor confianza, Anya aún dormía en su habitación junto al pequeño Yuri.—Pavel, prepara el auto blindado, tengo un asunto urgente que atender.—¿A dónde nos dirigimos, señor?—Al corporativo Ivanov & Petrov, es hora de encarar a Alexei de una vez por todas.En las oficinas principales del corporativo, Alexei disfrutaba de una taza de café negro mientras revisaba algunos contratos, la puerta de su despacho se abrió de golpe cuando su eficiente secretaria ingresó con aire agitado.—Disculpe la intromisión señor Ivananov, pero tiene una visita inesperada.—¿A quién debo echar esta vez, Olga? Diles que estoy muy ocupado para perder el tiempo.—Es el señor Viktor Sokolov quien insiste en verlo, dice que es un asunto de suma urgencia.Alexei enarcó una ceja, sintiendo la curiosidad despertar dentr
Una gruesa carta de varias páginas estaba dentro, con el antiguo y elegante garabato que era la letra característica de su abuelo, su corazón latía acelerado mientras sus ojos comenzaron a devorar las palabras..."Mi muy amada Anya:Si estás leyendo esto, es porque finalmente la muerte me ha alcanzado pese a luchar con todas mis fuerzas para no marcharme sin antes poder reparar la mayor injusticia que cometí en mi vida. Esos actos viles, inmundos, sólo producto del orgullo y la soberbia que durante años me cegaron al ver únicamente con los ojos de la opulencia y el ego...Fui un necio, un completo imbécil que se dejó envenenar por las mentiras y envidias de aquellos que ni siquiera debería considerar mi familia. Te repudié, te insulté de la peor forma, a ti que eras la joya más preciada de nuestra familia, te privé del apoyo y el amor que merecías por algo tan absurdo como las calumnias de un ser enfermizo que decía amarte.El día anterior a escribir esta carta, por casualidad o por o
En la mansión de los Sokolov, Anya se encontraba sentada en el enorme ventanal de su habitación con su pequeño Yuri en brazos. Una sonrisa plácida adornaba sus facciones mientras observaba el enorme parque con jardines y fuentes que rodeaba la propiedad.Por una vez, sentía que la vida comenzaba a sonreírle una vez más, después de tanto dolor y sufrimiento, su abuelo, aquel a quien más había amado y venerado, finalmente le devolvía el cariño lejos de reproches, difamaciones y del supuesto deshonor.—¿Lo oyes, mi pequeño Yuri? Ese es tu legado, nuestra nueva vida a partir de ahora, nada más de escondernos o guardar silencio, tu mami por fin es libre.El pequeño sonrió a su madre, en ese momento, el estruendo de voces furiosas llegó hasta el pasillo exterior, el ama de llaves ingresó con la angustia reflejada en su arrugado rostro.—¡Señora Anya, discúlpeme por favor, he intentado impedírselos pero no me han hecho caso!Irina, Nikola y todos los demás irrumpieron como una turba furiosa,
Unas horas más tarde, la limusina que trasladaba a Anya arribó a la entrada principal del lujoso club del que Viktor era socio desde hacía años, el mayordomo la recibió con una respetuosa reverencia y la condujo al área de reservados privados, tal como su prometido había solicitado.Viktor ya se encontraba esperándola, salió a recibirla con un beso en la mano y la guió al elegante reservado, ordenó una botella del mejor vino tinto para celebrar mientras contemplaba embelesado a su futura esposa.—Luces verdaderamente deslumbrante con ese atuendo, mi amor, vas a dejar a más de un caballero babeando por tu hermosura esta tarde.—Sólo tengo ojos para causar ese efecto en un hombre, mi amado Viktor.Se sentaron uno al lado del otro, tomados de la mano como dos enamorados jovenzuelos, pidieron un aperitivo ligero mientras esperaban a Francesca y a Sonia.El tiempo transcurrió entre besos furtivos, miradas ardientes y planes sobre su prometedora luna de miel una vez que se casaran.Alrededo