Una gruesa carta de varias páginas estaba dentro, con el antiguo y elegante garabato que era la letra característica de su abuelo, su corazón latía acelerado mientras sus ojos comenzaron a devorar las palabras..."Mi muy amada Anya:Si estás leyendo esto, es porque finalmente la muerte me ha alcanzado pese a luchar con todas mis fuerzas para no marcharme sin antes poder reparar la mayor injusticia que cometí en mi vida. Esos actos viles, inmundos, sólo producto del orgullo y la soberbia que durante años me cegaron al ver únicamente con los ojos de la opulencia y el ego...Fui un necio, un completo imbécil que se dejó envenenar por las mentiras y envidias de aquellos que ni siquiera debería considerar mi familia. Te repudié, te insulté de la peor forma, a ti que eras la joya más preciada de nuestra familia, te privé del apoyo y el amor que merecías por algo tan absurdo como las calumnias de un ser enfermizo que decía amarte.El día anterior a escribir esta carta, por casualidad o por o
En la mansión de los Sokolov, Anya se encontraba sentada en el enorme ventanal de su habitación con su pequeño Yuri en brazos. Una sonrisa plácida adornaba sus facciones mientras observaba el enorme parque con jardines y fuentes que rodeaba la propiedad.Por una vez, sentía que la vida comenzaba a sonreírle una vez más, después de tanto dolor y sufrimiento, su abuelo, aquel a quien más había amado y venerado, finalmente le devolvía el cariño lejos de reproches, difamaciones y del supuesto deshonor.—¿Lo oyes, mi pequeño Yuri? Ese es tu legado, nuestra nueva vida a partir de ahora, nada más de escondernos o guardar silencio, tu mami por fin es libre.El pequeño sonrió a su madre, en ese momento, el estruendo de voces furiosas llegó hasta el pasillo exterior, el ama de llaves ingresó con la angustia reflejada en su arrugado rostro.—¡Señora Anya, discúlpeme por favor, he intentado impedírselos pero no me han hecho caso!Irina, Nikola y todos los demás irrumpieron como una turba furiosa,
Unas horas más tarde, la limusina que trasladaba a Anya arribó a la entrada principal del lujoso club del que Viktor era socio desde hacía años, el mayordomo la recibió con una respetuosa reverencia y la condujo al área de reservados privados, tal como su prometido había solicitado.Viktor ya se encontraba esperándola, salió a recibirla con un beso en la mano y la guió al elegante reservado, ordenó una botella del mejor vino tinto para celebrar mientras contemplaba embelesado a su futura esposa.—Luces verdaderamente deslumbrante con ese atuendo, mi amor, vas a dejar a más de un caballero babeando por tu hermosura esta tarde.—Sólo tengo ojos para causar ese efecto en un hombre, mi amado Viktor.Se sentaron uno al lado del otro, tomados de la mano como dos enamorados jovenzuelos, pidieron un aperitivo ligero mientras esperaban a Francesca y a Sonia.El tiempo transcurrió entre besos furtivos, miradas ardientes y planes sobre su prometedora luna de miel una vez que se casaran.Alrededo
Yuri seguía llorando contra el pecho de Anya, aterrado por la violenta confrontación, la expresión del pequeño frenó en seco a Alexei, sus hombros se hundieron y suspiró hondo, conteniendo las palabras.Anya no sabía qué hacer, se sentía aterrada, por momentos el aire le faltaba, pero hacía un gran esfuerzo por no demostrarlo, sí Alexei no creía en las palabras de Viktor, sí se daba cuenta de que Yuri era su hijo, estaba segura que lo alejaría de su lado, era un ser malvado.—Será mejor que te marches, está es una reunión familiar, agradezco que hayas salvado a mi hijo de caer en la piscina, pero por favor retírate, estamos celebrando algo y tu presencia aquí interrumpe —Viktor deseaba que Alexei se largara, no le agradaba como miraba a Anya.La mirada de Alexei fue de Anya hacia el niño, después con gesto indescifrable, se dió la vuelta, y sin despedirse, salió a grandes zancadas del club, completamente consumido por un torbellino de emociones contradictorias que apenas lograba conte
Alexei sentía que su pecho explotaría en cualquier momento ante lo que estaba escuchando.—Me temo que así es, señor Petrova —El investigador siguió hablando — todas las pruebas apuntan a que el pequeño Yuri Ivanov, de 4 años de edad, es su hijo biológico, un hijo que usted procreó con su esposa años atrás...Un silencio sepulcral reinó en la estancia. Alexei se quedó estático, como si le hubieran lanzado un cubo de agua ardiente. Grigori se aclaró la garganta antes de dar continuar.—Y no sólo eso, señor... también descubrí que Anya Ivanov es actualmente la única heredera universal de Vladimir Ivanov, pues éste cambió su testamento para desheredarlos a todos al enterarse de las maquinaciones y engaños que perpetró su gente en contra de su propia nieta, por lo visto el hombre se dio cuenta de que todo lo que se decía de ella era una burda mentira.Un jadeo ahogado escapó de la garganta de Alexei, sus pupilas se dilataron por la impresión mientras lentamente su mente asimilaba toda la
Días después, Alexei se paseaba como fiera enjaulada dentro de su oficina principal en el Corporativo. Su mente no dejaba de pensar sobre el hecho de que no estaba incluido en la vida de su hijo.De no haberse dejado manipular por Stephanie en el pasado, tal vez habría llegado a formar una familia con Anya, pero por ahora era mejor seguir fingiendo, actuar como hasta ahora lo había hecho, y hacerle creer a Anya que se había tragado el cuento de que Yuri era hijo de Viktor, así ganaría tiempo.De pronto, la puerta de su despacho se abrió de golpe y su asistente entró casi corriendo.—¡Señor Petrova! ¡Señor! —Balbuceó la pobre mujer, sobresaltada.—¿Qué demonios ocurre? —Alexei la encaró con los ojos chispeantes de ira— ¡Le dije muy claramente que nadie debía interrumpirme! —L-Lo siento señor...pero es que...tienen que ver esto.Desconcertado, Alexei salió al pasillo y lo que vio heló la sangre en sus venas, un séquito completo de hombres de traje y aspecto legal avanzaba por el corre
Alexei sentía que se asfixiaba cada vez que tenía que estar cerca de Anya, durante todos esos años separados, se había intentado ahogar sus recuerdos en alcohol y los brazos de otras mujeres vacías. Pero nada funcionaba, el deseo de volver a acariciar la suave piel de Anya, de embriagarse con su exquisita esencia femenina, lo perseguía incluso en pesadillas.Aquella mujer había sido una hechicera que le había robado la voluntad desde la primera vez que la tuvo entre sus brazos, sometiéndolo bajo su embrujo. Se paseaba por su despacho presidencial como un tigre furioso enjaulado, sus ojos se clavaron en la puerta cuando se abrió intempestivamente. La voluptuosa figura de Stephanie ingresó contoneando las caderas, pavoneándose como si le perteneciera el lugar después de haber recogido sus pertenencias que habían quedado regadas sobre el pasillo.—Dime que no te quedarás de brazos cruzados mientras esa arpía se sale con la suya y nos arrebata todo lo que es nuestro —demandó con su voz
Anya palideció, Viktor se tensó en actitud protectora delante del pequeño, mirando a Katya con rabia asesina.—Cierra tu sucia boca de una vez —Viktor gruñó las palabras con ferocidad apenas contenida— nadie, y mucho menos una alimaña de tu calaña, insultará a mi hijo de ese modo tan denigrante.Katya parpadeó, observando con renovado interés el cuadro que Viktor formaba acunando al pequeño contra su cuerpo. Un súbito destello iluminó sus facciones mientras entrecerraba los ojos con suspicacia.—¿Acaso es realmente posible...? —musitó medio para sí misma, sin poder contener las palabras mientras seguía cavilando—. ¿Este pequeño bastardo será en realidad el hijo de...? —había reconocido las facciones de Alexei en el niño.—¡Basta ya, maldita sea! —El grito de Anya, la sacó de su estupor— ¡No permitiré que sigas insultando, ni a mí ni a mi hijo!Anya se adelantó con paso acelerado para arrancar a Yuri de los brazos de Viktor y estrecharlo contra su pecho, mirando fijamente a su prima co